Enemies to lovers (Ryujin y tú)

Capítulo 22

Salimos del jacuzzi después de tener nuestro momento de placer juntas. Hacía muchisimo frío, ya que corría un poco de aire y durante el día hizo fresco. Nos arropamos con las toallas enseguida, pero yo aún seguía tiritando.

-Ven bebé -dijo Ryujin abriendo su toalla. Me acerqué a ella y me abrazó tapándome con su toalla. Seguía teniendo frío así qué enterré mi cabeza en su cuello-. ¡Para, me hace cosquillas! -dijo Ryujin entre risas-. Vamos para adentro anda...

Antes de despegarme de ella, dejó un beso en mi frente y tomamos nuestra ropa para meternos dentro de la casa. Después nos dimos una ducha rápida y nos vestimos. Me sorprendió el echo de que Ryujin dormía en ropa interior.

Nos acostamos en su cama abrazadas, hasta quedar dormidas.
A mitad de la noche, me desperté y me quedé mirando al techo. Me parecía estraño no ver las mariposas talladas del techo de mí cama al mirar hacia arriba, pero me di cuenta de que yo tenía a la mía durmiendo profundamente junto a mí.

A partir de ese día Chan, Chaeryeong, Ryujin y yo empezamos a quedar cada vez más seguido, y que con el paso de los meses nos convirtió en un grupo. Un grupo donde no faltaban las risas ni la confianza. Un grupo donde poder ser tú mismo y expresar abiertamente tus sentimientos sin ser juzgado. Un grupo inseparable, mi lugar seguro.

Juntos fuimos al parque a pasear, al de atracciones también; a jugar al golf, a desayunar, almorzar, merendar y cenar. También fuimos al cine, al club de golf, a la montaña... Hicimos picnis, vimos atardeceres y comimos mucho helado. Siempre teníamos algo que hacer y siempre nos lo pasábamos en grande.
Ellos dicen que es porque siempre tengo la cabeza llena de ideas y nunca nos aburrimos, pero yo creo que es porque cada uno brilla independientemente y es por eso que es tan especial para mí cada momento que paso con ellos.

Un día sentada en mi ventana pensé "Separarme de ellos va a ser lo más duro de mi intercambio. Sobre todo, tener que pasar mis días a kilómetros y kilómetros de Ryujin. Sin poder verla. Sin poder tocarla... O tan sólo besar sus labios." Las lágrimas comenzaron a caer por mi rostro desconsoladamente. Se me rompía el corazón cada vez que recordaba que mi estancia aquí no duraría para siempre.

• • •

Un sábado por la mañana recibí un mensaje de Ryujin donde me preguntaba que si le gustaría conocer a su familia. Ella quería aprovechar un fin de semana en el que su madre no estaba trabajando, para que pudiese conocerme y pudiese conocer a su hermanita pequeña, la cuál no veo desde aquel trabajo de clase que tuve que hacer en su casa.
Por supuesto que acepté, obviamente, con un poco de nervios e inquietud por como sería esa experiencia de conocer a la familia de mi novia.
Me dijo que sería una tranquila comida familiar y que se aseguraría de que no estuviese incómoda en ningún momento, lo que me tranquilizó bastante.

Me preparé con muchísima ilusión para la comida y mi chofer me llevó hacía la casa de Ryujin.
Cuando llegué a la casa, recorrí el patio delantero hacía la puerta intentando calmar mis nervios. Antes de llamar al timbre, tomé aire y lo pulsé con los ojos cerrados.
La puerta se abrió y bajé mi mirada para encontrarme a la pequeña Yuna parada frente a mí con un vestidito rosa claro y una pequeña horquilla en su cabeza en forma de margarita. Comenzó a agitar su mano y le sonreí devolviéndole el gesto.

-Hola bonita, ¿eres Yuna verdad? -Dije mientras me ponía de cuclillas para estar a su altura. La pequeña asintió sacando tiernamente su lengua hacía un lado-. Has crecido mucho desde la última vez que te vi -dije haciéndola sonreir. Ryujin apareció por un lado de la puerta con una sonrisa amplia.

-Yuna, esta es T/n, ¿te acuerdas de ella? -dijo Ryujin apoyando su mano en la espalda de la pequeña. Yuna asintió orgullosa con una sonrisa y se marchó corriendo-. Es algo tímida al principio, pero cuando te coge cariño se apega a tí y es una niña muy cariñosa -dijo Ryujin mientras nos poníamos de pie.