Capítulo 20

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Después de ducharme, me sequé y me puse mi ropa interior bajo un albornoz blanco. Quería darle su merecido a Ryujin por haberme provocado antes de esa manera. Así que salí del baño y me preparé para entrar en acción.
Cuando abrí la puerta, vi que estaba sentada en la banca que había frente a mi cama, poniéndose unos calcetines. Caminé hacia donde se encontraba y me paré frente a ella sin decir nada.

-¿Ocure algo? -dijo Ryujin terminando de colocarse el calcetín mientras me miraba.

Sin decir nada, comencé a deshacer el nudo del albornoz. Lo retiré de mis hombros y estiré los brazos para dejarlo caer al suelo, dejando ver la lencería negra que traía puesta.
Ryujin me cogió por la cintura para acercarme más a ella y comenzar a besar mi abdomen. La cogí por el cuello suavemente y me senté en su pierna. Ella besaba mi cuello y yo me movía por su muslo.

-¿Esto es el postre? -dijo Ryujin despegándose de mi cuello. Le sonreí penetrando en su mirada y me levanté de su pierna lentamente. Me giré y me volví a sentar en sus piernas bailando sensualmente para calentarla aún más-. Te mueves bien amor -dijo Ryujin tomando mi cintura ya sentada en sus muslos. Tomé su cuello con la mano mientras ella abría mis piernas con las suyas. Puse mis manos en sus rodillas y comencé a moverme en sus piernas-. Deja de provocarme Kim. Si quieres follar ahí está la cama.

Esa es la frase que estaba esperando escuchar. Comencé a reirme sarcásticamente y me levanté para tumbarme en la cama cubriéndome con las sabanas.

-Ya es tarde para tomar el postre -dije sonriendo pícaramente.

-Esta te la dejo pasar, porque no quiero que tu tía escuche a su sobrina gritar mi nombre de placer en su propia casa -dijo Ryujin mientras se acostaba a mi lado abrazándome por detrás.

-Buenas noches -dije en un tono burlesco ignorando sus comentarios.

• • •

A la mañana siguiente me despertó mi alarma. Me giré para darle los buenos días a Ryujin pero ella ya no estaba. Salí despeinada y aún con el pijama de mi habitación y caminando por el pasillo me crucé con mi tía.

-Cariño, Ryujin ha tenido que marcharse porque tiene que cuidar de su hermana pequeña que se puso enferma durante la noche -dijo la tía Jisoo. Yo asentí bostezando y me dirigí hacia mi habitación nuevamente para prepararme para ir al Instituto.

A la salida del Instituto le pregunté a Ryujin por su hermana pequeña. Me dijo que estaba con tos y fiebre. Después de un rato conversando por chat me dijo que si me venía bien este sábado para ir a cenar: Chaeryeong, Chan, ella y yo. Le dije que el sábado me venía perfecto así que avisé a Chaeryeong.

• • •

Para la cena de hoy, sábado, me puse un vestido blanco de mi madre que me parece realmente precioso. Lo combiné con unas medias negras, unos tacones del mismo color y un bolso de mano pequeño de la marca Channel. Quería causar buena impresión, ya que iríamos a un restaurante bastante caro y moderno.
Una limusina negra me recogió en la puerta y Ryujin salió del coche para saludarme.

-Estas preciosa cariño -dijo Ryujin tomándome por la cintura. No me dió tiempo a agradecerle cuando ella comenzó a besarme. Tomó una de mis nalgas y la apretó con fuerza.

-Deja el postre para después, ¿no? -dije guiñándole el ojo y metiéndome en el coche. Ella al saber a lo que me refería, aplaudió de emoción y se metió en el coche.

Llegamos al lugar y en la puerta nos estaban esperando nuestros amigos. Ryujin me abrió la puerta y me ayudó a bajar tomándome de la mano. Nos dirigimos juntas hacia la pareja.

-Chanpán, esta es T/n -dijo Ryujin acercándome más al círculo con su mano.

-¡Oh vamos! Ryujin te dije que no me llamaras así -dijo Chan frunciendo el ceño. Ryujin nos contagió su risa a todos-. Encantado T/n soy Chan, Bang Chan -dijo Chan recalcando su nombre mientras me daba la mano fulminando a Ryujin con su mirada.

-Igualmente -dije riendo tomando su mano.

-¿James Bond? ¿eres tú? -dijo Chaeryeong tapando su boca de la risa.

-No empieces tú también -dijo Chan girándose hacia Chaeryeong.

-¿Vas a castigarme? -dijo Chaeryeong tomándolo por la corbata.

-Eso está por verse -dijo Chan sonriendo.

Mientras, Ryujin y yo observábamos la escena aguantándonos la risa.

-¿No tienes hambre cariño? -dijo Chan con doble sentido.

-Ahora mismo me apetecen unos Chan-piñones -dijo Chaeryeong estallando en risas.

-Ostras -dijo Ryujin para comenzar a reírse-. Buena esa Chaery -dijo Ryujin chocando su puño con Chaeryeong.

-No seais malas... Anda vamos para adentro -dije.

-Ya me caes bien -dijo Chan regalándome una sonrisa-. Parece que somos los únicos maduros por aquí -dijo Chan.

-Si si... -dije riendo.

Entramos al lugar por fin y tomamos asiento. Pedimos la comida y comenzamos a comer en cuanto el camarero sirvió el último plato. Estaba todo exquisito.

-Bueno... ¿Quién quiere postre? -dijo Chan.

-Yo mejor me lo tomo en casa -dijo Ryujin guiñándome el ojo.

-A mí no me apetece postre, estoy llena -dije tocando mi barriga.

-¿Quieres que compartamos cariño? -dijo Chaeryeong refiriéndose a Chan. El nombrado asintió y pidió al camarero lo que habían elegido.
Cuando terminaron pedimos la cuenta y salimos del lugar.

-T/n y yo nos vamos. Tenemos un asunto pendiente en mi casa -dijo Ryujin tomándome del hombro mientras miraba a la pareja.

-Ya veo... Nosotros daremos un paseo para bajar la comida, ¿te parece? -dijo Chan mirando a Chaeryeong la cuál asintió encantada-. Tenemos que quedar más veces todos juntos me lo he pasado realmente bien -dijo Chan tomando del hombro a Chaeryeong y todas asentimos.

Ryujin y yo entramos en el coche y ellos dos se fueron a dar un paseo bajo la luz de la luna.
El coche nos llevó a la casa de Ryujin y nos bajamos en su puerta.

-Quiero enseñarte una cosa -dijo Ryujin mientras abría la puerta con las llaves.

Entramos al interior de la casa y subimos a la azotea. Esta era enorme y muy amplia, rodeada por una baranda de cristal. Presentaba algunas zonas de césped y una de ellas tenía una silla colgante. Y por último un gran jacuzzi iluminado con luces blancas en su interior.
Ryujin aún con mi mano agarrada me acercó hacia la baranda de la azotea. Desde esta podía verse pequeñas lucecitas que inundaban la ciudad

-Que hermosa vista -dije admirando el paisaje urbano que había frente a mí.

-Mhm muy hermosa... -dijo Ryujin colocándose detrás mía y mirando mi rostro. Tomó mi mano y me giró para quedar cara a cara. Cogió mi rostro con su mano y conecté mis ojos con sus ojos, los cuáles brillaban tanto como las luces que iluminaban la ciudad. Apoyó su otra mano en mi cintura y comenzó a bajarla acariciando mi muslo para levantar mi pierna y pegarla a su cadera. Se acercó a mis labios y antes de comenzar a besarlos paro a escasos centímetros de ellos-. El postre está servido -susurró Ryujin. Empezó a besarme y me cogió en brazos. La intensidad aumentaba y las ganas no se quedaban atrás.
Sin dejar de besarnos, fué caminando hacia el jacuzzi. Me dejó en el suelo cuando paró al lado de este y bajó la cremallera de mi vestido. Después de que este callese al suelo hizo lo mismo con mi ropa interior.

Enemies to lovers (Ryujin y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora