Capítulo 7

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-Oye T/n, ¿puedo preguntarte algo? -dijo Chaeryeong cambiando de tema.

-Claro cuéntame. -dije frunciendo el ceño. Apoyé mi barbilla, sobre la palma de mi mano, para prestar una mejor atención.

-¿Como has conseguido que Ryujin te hable? -preguntó Chaeryeong ladeando su cabeza.

Aquí la pregunta era: ¿Cómo me había visto ella hablando con Shin? Siempre que se acercaba a mí era para pegarme o molestarme.

-¿Cuándo me has visto hablar con ella? -pregunté confundida.

-Hoy, a la salida, vi como ella corría hacia tí. Gritaba tu nombre, pero eso fué todo lo que alcancé a ver. -añadió Chaeryeong apretando sus labios al finalizar.

-Ahhh... -me hice la sorprendida aunque, en realidad, estaba aliviada de que no viese lo que pasó después. -Sí, ella me habla, aveces, desde que llegué. No se la razón por la que lo hace, sinceramente. ¿Por qué lo preguntas?

-No sé, me pareció raro porque ella es muy popular aquí y no suele hablar con las nuevas. -Chaeryeong hizo una pequeña pausa. -A menos que... -añadió de nuevo. Empezó a mirarme con una sonrisa pícara en el rostro y tapó su boca de una manera muy enternecedora.

-¿Qué? ¿Qué ocurre? ¿Ocurre algo? -pregunté un poco nerviosa ante aquel gesto.

-Creo que le gustas T/n. -Dijo Chaeryeong. -O por lo menos le atraes. -añadió nuevamente por si sus palabras eran erróneas.

Me quedé paralizada. ¿Acaba de decir que le gusto? ¿A Ryujin? ¿A Shin Ryujin? ¿La misma que me acosa diariamente desde que puse un pie en ese Instituto? Imposible, no me lo creo.

-No se si lo sabes, pero Ryujin es el crush de la mayoría de chicas de nuestro Instituto. -dijo Chaeryeong, ya que no veía respuesta por mi parte.

-¿Me estás diciendo enserio que Shin es el crush de medio Instituto? -pregunté asombrada.

-Sí sí, y con razón. Ella es tan atractiva... -dijo mientras miraba hacia otro lado y se le escapaba una sonrisa.

Creo que Chaeryeong se tomó algo raro ese día. Al igual que todas las chicas del Instituto.
A ver, atractiva es, pero es problemática y mala influencia. No me entra en la cabeza como les puede gustar una persona así.

-Bueno, si tu lo dices... -añadí, por último, no muy convencida de lo que había dicho mi amiga.

La tarde transcurrió con normalidad. Fuimos a un café que estaba cerca de allí y nos tomamos algo mientras seguíamos charlando.
Empezó a oscurecer y decidimos irnos a nuestros hogares porque mañana teníamos Instituto.

Llegué a casa reventada. Había sido un día muy largo y lleno de acontecimientos, unos más malos que buenos, así que opté por cenar algo rápido.
Antes de subir a mi habitación, cogí algo frío de la nevera y me lo puse en la mejilla porque aún me seguía doliendo y pensé que eso haría que bajase el dolor.
Después de unos minutos me lo retiré porque tenía la cara congelada, ya era tarde y debía irme a dormir.
Subí a mi habitación y me metí en la cama. Después de unos minutos, logré quedarme dormida acurrucada entre las cálidas sábanas que arropaban mi cuerpo cada noche.

• • •

A la mañana siguiente, me desperté con normalidad y fuí al Instituto como cada día. Lo único que cambió es que hoy teníamos educación física y tendría que llevar mi uniforme acorde a la situación. Que era un chandal de color negro, con dos rayas blancas a cada lado, que iban desde la parte superior hasta la parte inferior de la manga.

Estando en clase, mi mirada sin sentido alguno se desviaba hacia donde se encontraba Shin sentada en su pupitre.

-Si que es atractiva... -no pude creer lo que acababa de pensar. Me estaba volviendo loca.
Volví a poner atención a la clase para distraerme de otro pensamiento indeseado que decidiera pasar por mi mente.

-Chicas, he estado pensando y creo que para este tema no pondré examen, pero tendréis que hacer un pequeño trabajo. Será en parejas, así que id pensando con quien os vais a poner porque lo apuntaré enseguida -dijo el profesor. Mientras todas estaban escogiendo pareja, yo esperé a ver si sobraba alguien para ponerme con la persona restante.

El maestro comenzó a apuntar las parejas del trabajo, en una libreta negra, donde siempre tomaba apuntes.

-Nayeon, ¿con quién vas? -preguntó el maestro a la castaña con flequillo que se sentaba frente a su mesa.

-Con Mina, profesor. -respondió Nayeon.

-¿Sana? -preguntó de nuevo el profesor.

-Con Dahyun. -dijo Sana.

Así fué, preguntando, una por una, las parejas de toda la clase hasta que llegó el turno de Ryujin.

-¿Ryujin, tú? -preguntó el profesor.

-Con T/n -añadió Ryujin. Fruncí el ceño y comencé a mirar para todos lados.

No podía creer lo que estaba escuchando. ¿Por qué se querría poner conmigo? Ni siquiera me preguntó si yo quería ponerme con ella.

Levanté mi mano dispuesta a quejarme y cambiar de pareja pero, en cuanto Shin me vió, me fulminó con la mirada. Me asusté tanto que baje la mano lentamente pero el profesor ya me había visto.

-¿Ocurre algo Kim? -dijo el profesor. Me quedé pensando por unos segundos la respuesta que le daría.

-¿Puedo ir al baño? -inventé para disimular ante esa situación. Ni si quiera tenía ganas de ir pero no me apetecía ver la suela del zapato de Shin estampada en mi cara, otra vez.

Salí de clase y me dirigí a paso lento hacía el cuarto de baño, para hacer tiempo.
Justo cuando estaba entrando por al puerta del baño, alguien más quiso entrar a la misma vez que yo. Noté como unas manos agarraban mi cintura. La persona hizo un movimiento rápido cerrando la puerta y empujándome contra ella haciendo que esta se cerrase a mis espaldas.
Abrí mis ojos lentamente para averiguar quién era la persona que se encontraba frente a mí.
Ryujin apareció a unos diez centímetros de mi cara. Yo estaba parada entre sus brazos viendo como acercaba su rostro cada vez más al mío, dejando nuestros labios a unos centímetros el uno del otro.

-El lunes que viene te espero en mi casa -dijo Ryujin, en voz baja, frente a mis labios sin despegar su mirada de ellos.

Yo seguía ahí, quieta como una estatua frente a ella.
Observé como metía la mano en su bolsillo y de él sacaba un papelito doblado por la mitad. Metió la misma mano lentamente en mi bolsillo trasero del pantalón. Con la otra mano, sujetaba mi cintura sin quitarme ojo. Me acercó a ella con un movimiento rápido e hizo que nuestros cuerpos se tocasen.
Su mirada clavada en mis labios hacía que mi corazón se acelerase y que mis mejillas se volvieran coloradas.

-Te mandaré mi ubicación cuando pueda. -dijo Ryujin, esta vez, mirando mis labios. Sacó su mano de mi bolsillo y dejó dos golpecitos en él separándose de mí. -Sal tú primera. -ordenó mientras se apoyaba de brazos cruzados en la pared de enfrente. Sin pensármelo, salí rápidamente de aquella situación tan incómoda lo antes que pude.

Mientras andaba por los pasillos, metí la mano en mi bolsillo y saqué el papelito que se encontraba en él para ver lo que ponía en su interior.

Enemies to lovers (Ryujin y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora