Capítulo 11

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Ya era lunes por la tarde. Justo había terminado de almorzar y me dirigía hacia mi habitación. Cuando me llegó una notificación al móvil.
Lo encendí y vi que era de Ryujin. Me mandó la ubicación de su casa. Después me mandó otro mensaje diciendo que estuviese allí las 18:00 y que fuese puntual.
Yo respondí a su mensaje con un simple "ok".

Comencé a hacer mi tarea, antes de irme a la casa de Shin. Rápidamente la terminé y cogí la mochila del Instituto, para llenarla con cosas que nos harían falta para hacer el trabajo.

Salí de mi casa los minutos exactos antes, que me ponía la aplicación que iba a tardar en llegar a pie y llegué a una casa típica de barrio, con un patio delantero muy pequeño y no muy cuidado.
Llamé al pequeño timbre justo cuando dieron las 18:00 en punto, pero este no funcionaba. Así que opté por llamar a la puerta.

Vi como se abría la puerta lentamente. Y una niña de unos seis años con unos preciosos ojos negros, enormes y brillantes me recibió con una sonrisa.
Ryujin apareció por detrás. Apoyó su mano en el hombro de la pequeña y se agachó para decirle algo.

-Yuna, ve a jugar a tu habitación. Si necesitas algo llámame. Yo estaré haciendo un trabajo con T/n en mi habitación ¿vale? -dijo Ryujin. La mayor dejó un beso en la frente de su hermana y esta se fué a su habitación como le dijo Ryujin.

Yo tan solo miraba la escena con una sonrisa. Me pareció muy tierna la manera en que Ryujin hablaba con la pequeña niña.

Ryujin se puso de pie y me hizo un gesto con la cabeza para que pasase al interior de su casa.

-No hagas ruido mi madre está descansando -susurró Ryujin.

-¿Esa era tu hermana? -le pregunté susurrando al igual que ella, mientras nos dirigíamos a su habitación-. Es muy linda -añadí antes de que la contraria me respondiese.

-Mhm -asintió Ryujin con los labios apretados.

Llegamos a su habitación y esta no era demasiado grande. El sitio estaba impregnado con el olor de su perfume y se veía muy acogedor.

-Siéntate aquí -me ordenó la pelinegra apoyando su mano en la silla del escritorio.

-Pero solo hay una silla -dije frunciendo el ceño. Me pregunté dónde se sentaría ella.

-Tranquila que yo te veré desde mi cama -dijo Ryujin y puso su mano en mi hombro.

-¿Si no lo ibas a hacer conmigo, para que me hiciste venir hasta aquí? -le reproché enfadada.

-Pues para vigilarte y ver si lo hacías bien -dijo Ryujin. Después se sentó en la cama que había detrás del escritorio y se puso con el móvil.

Tan solo suspiré y comencé a hacer el trabajo por mi cuenta y a mi gusto.
Ryujin, que estaba en la cama sentada, se iba acercando cada vez que le daba la gana para ver cómo iba.
La tarde no pudo empeorar más, cuando se puso a llover y yo no traía paraguas debido a que no habían anunciado lluvia ese día.

Ryujin salió del cuarto porque oyó que la llamaban. De un momento a otro comencé a escuchar gritos por parte de su madre. Parecía muy enfadada con ella.
Me empecé a asustar porque eran muy fuertes. Los gritos se calmaron después de que se escuchara como alguien le pegaba a otra persona.

Ryujin abrió la puerta de la habitación con sus ojos cristalizados y con una parte de su cara muy roja.

-Tienes que marcharte -dijo Ryujin intentando contener sus lágrimas.

-Shin ¿estás bien? He escuchado gritos y... -dije. No me dejó terminar.

-He dicho que recojas tus cosas y te vayas Kim -dijo Ryujin muy seria mientras se acercaba a mí.

Enemies to lovers (Ryujin y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora