Capítulo 29

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Ya ha pasado un mes desde que Ryujin no está con nosotros. Creo que ha sido el período de tiempo más duro y largo de mi vida.

En ese tiempo, decidí que estudiaría en Corea hasta sacarme la carrera. Así que, en vez de irme con mis madres de vuelta, me despedí de ellas y me quedé en casa de la tía Jisoo.
Muchos podrán decir que hubiese sido mejor volver a mi país para que no se me hiciese tan difícil olvidar mi dolor, pero eso era lo que menos me importaba.
Allí tenía a mis mejores amigos y a mi segunda familia. Con segunda familia me refiero a la madre y la hermana pequeña de Ryujin.
Durante los momentos difíciles, nuestro añoro nos unió más que nunca. Las tres estábamos igual de destrozadas pero, sin embargo, nos dábamos apoyo mutuo para seguir adelante.

Uno de esos días en los que fuí a verlas, su madre me dió la parte del collar que Ryujin compartía conmigo. El corazón de su collar estaba tan vacío como el mío.
Decidí ponérmelo junto al que yo tenía y juntarlos para sentirme algo más unida a ella.
Ese mismo día me propuse ir a verla al cementerio. Fuí caminado hasta llegar a su tumba y me coloqué de rodillas frente a ella.
Tiempo atrás no hubiese sido capaz, pero ahora sentía que debía decirle algo, así que antes de ir, escribí una carta que dice así:

Querida Ryujin...

Nunca imaginé que me tocaría hacer algo así por alguien y menos imaginé que lo haría por tí. Así que con todo el dolor de mi corazón, me gustaría dedicarte unas últimas palabras antes de dejarte ir en paz.

Siempre he pensado en lo injusta que es la vida. Lo amarga, lo contradictoria y lo egoísta que es me causa náuseas.
La vida y el destino van de la mano. El destino, es el mismo que te puso en mi corazón y la vida la misma que lo destrozó, al dejarte ir.
"¿Por qué si el mundo sabía que estábamos hechas la una para la otra, tuvo que separarme de tí?" Esa misma pregunta aparece en mí cabeza cada vez que te pienso, y me niego a creer que no eras mi destino. Porque dime, ¿quién podrá llenar de nuevo este desierto donde antes había un corazón que latía por tí? La respuesta es nadie. Sé que jamás volveré a sentir de la misma manera... jamás amaré y jamás extrañaré tanto a una persona. La misma persona que me enseñó a amar y cuyo nombre no sale de mi cabeza desde la primera vez que lo oí.
Y se me encoge el pecho, porque odio que te hayas convertido en un simple recuerdo... Un recuerdo bonito, como me dijiste aquella vez en el aeropuerto antes de marcharme a casa.
Recuerdos como cuando me acariciabas el pelo o te despedias de mí con tus pequeños besos sobre mi nariz. Jamás los olvidaré, como jamás olvidaré lo que alguna vez llegaste a significar para mí en esta triste vida.

Espero que ahora estés descansando en paz y en libertad, como la mariposa la cuál querías convertirte cuando pasara la mayor desgracia de mi vida.

Siempre tendrás un hueco en mi corazón...

Te echaré de menos, T/n.

• • •

Terminé de leer la carta con los ojos empapados y la dejé bajó las flores blancas que su madre le dejó.
Iba a irme, no tenía nada más que hacer o decir, pero algo me detuvo.
Vi como una mariposa blanca venía volando y se posaba en las flores. Me quedé observando su belleza por unos segundos, jamás vi una mariposa blanca tan bonita como aquella. Le fuí a tomar una foto para recordar su bonito patrón, pero está echó a volar y se posó en mi nariz. Justo después de eso, se posó en nada más y nada menos, que en el nombre grabado en la lápida de la tumba donde yacía mi amada.

En ese momento supe que Ryujin había cumplido su deseo. Ahora ella revoloteaba en libertad con esas preciosas alas de color blanco, sin preocupaciones, sin dolor...





                                FIN

Enemies to lovers (Ryujin y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora