Capítulo 23

326 23 0
                                    

Desde aquel día, Yuna se volvió como la hermana pequeña que nunca tuve. A Ryujin y a mí nos encantaba jugar con ella y llevarla al parque cada vez que podíamos.
Debido al trabajo de su madre Lia, la pequeña, no estaba teniendo una verdadera infancia al dar sus clases en casa, en vez de ir al colegio como todos los niños. Por ello, dejábamos que viniese con el grupo cuando salíamos, para que pudiese relacionarse con otros niños y salir un rato de casa.

Un día que fuimos a pasear todos juntos al Han River, supimos que el invierno había llegado, cuando comenzaron a caer copos de nieve. El suelo se pintaba de blanco y las superficies mojadas se congelaban al instante.
Por las tiendas y las calles ya se podía respirar el espíritu navideño. Las luces de colores adornaban toda la ciudad y las familias estaban más unidas que nunca.

El 24 de diciembre, preparamos una gran cena familiar en la casa de Ryujin con amigos y familiares. Cenamos todos juntos y disfrutamos del gran banquete de comida que prepararon juntas mi tía Jisoo y Lia. Las dos son grandes cocineras, por lo tanto todo estuvo buenísimo.
Para el postre, se compró una tarta de tres pisos con glaseado blanco y fresas de un rojo intenso que le daban un toque de color al pastel.

Al final de la noche, llegó la hora de abrir los regalos. Mientras yo estaba con Yuna abriendo uno de sus regalos, pude ver cómo la tía Jisoo y Ryujin salían a la calle. La puerta se cerró y no pude ver lo que pasó después. Aunque me pareció raro, no le di gran importancia al asunto y seguí abriendo regalos junto a mis amigos y sus familiares.
Las ausentes aparecieron con una caja de un tamaño entre mediano tirando a grande y la dejaron cerca del árbol donde estabamos todos. Chaeryeong me tomó de la mano y me llevó hacia la caja.

-Cariño, este es un regalo de parte de tus madres, ábrelo con cuidado -dijo la tía. Me arrodillé y deshice el lazo dorado que tenía puesto. Quité el papel que envolvía la caja y comencé a abrir las solapas.

-¡Ala! -dije, y un pequeño perrito blanco saltó hacia mí y comenzó a lamer mi rostro-. Que bonito es -dije tomándolo en mis brazos y acariciando su pequeña cabeza.

-Bonita -corrigió la tía.

-¿Cómo le vas a poner? -dijo Chaeryeong acariciando a la criatura junto a Yuna.

-Mmm... ¡Nabi! -dije. La palabra 'Nabi' significa mariposa en coreano y me pareció un bonito nombre para la perrita.

-Nabi se parece a un copito de nieve -dijo Yuna. Ninguna persona de la sala podía evitar sonreír con los encantos de la pequeña Yuna.

-Ahora es turno de mi regalo -dijo Ryujin entregándome una pequeña caja negra con un lacito blanco. Lo deshice y abrí la caja. Era un collar de plata precioso hecho con diamantes rosas en forma de corazón.

-Muchas gracias cariño, es precioso -dije levantándome para abrazarla.

-Eso no es todo -dijo Ryujin. Metió su mano dentro de su jersey y sacó de su cuello un collar parecido al mío, pero este tenía solo el borde del corazón. Ryujin tomó mi collar y encajó su corazón al mío-. Así se siente mi corazón cuando estoy contigo.

Intenté aguantar mis lágrimas porque me daba vergüenza llorar frente a todos. Ryujin lo notó y me abrazó para que pudiese llorar en su hombro. Las personas de la salsa conmovidas comenzaron a aplaudir.
Al separarnos, Yuna levantó en sus brazos a Nabi y esta comenzó a secar mis lágrimas con su lengua haciéndome sonreír. Tomé a la perrita en mis brazos y Ryujin la acarició por primera vez.

Después de que todos abrimos nuestros regalos, los adultos se quedaron con los niños en el salón y nosotros cuatro nos fuimos a bañarnos al jacuzzi de la azotea, en el que el frío no era un problema debido a la calidez de sus aguas.
En él hicimos batallas montados a caballito y tomamos algunas copas mientras observábamos las vistas.
Chaeryeong que salió antes que nosotros, se enrolló en su toalla y se sentó en la silla colgante.

Enemies to lovers (Ryujin y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora