Capítulo 16

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Me dirigía hacia la puerta de mi casa descalza. El suelo estaba helado y me dolían los pies de haber llevado los carísimos tacones de mi tía durante la noche.
La sudadera de Ryujin me protegía del frío de la mañana y mi nariz se coloreaba de un rosa claro.

Subí los escalones que habían antes de abrir la puerta y saqué las llaves de mi bolso.
Me adentré en mi casa y pude oír como Ryujin arrancaba la moto y se marchaba.
Después de cerrar la puerta la calidez volvió a envolver mi cuerpo.

-Cariño, ¿cómo estuvo la fiesta? -dijo mi tía desde la cocina. Comenzó a olerme demasiado bien, así que me acerqué donde se hallaba mi tía preparando algo.

-Muy bien tía -dije frotando uno de mis ojos-. ¿Qué estás preparando? -pregunté y un bostezo se escapó de mi boca.

-Toma, tu desayuno especial, para la resaca -dijo la tía Jisoo.

-Pero, si apenas bebí -mentí para ver su reacción. Ella me miró de arriba abajo y me entregó el plato con mi desayuno-. Gracias ¡Te quiero! -dije mientras la tía se marchaba de la habitación.

Me tomé el desayuno tranquilamente en la barra de la cocina. Estaba delicioso como siempre. Recogí el plato cuando terminé y fui a la habitación de mi tía.

-Tus tacones intactos -dije enseñándole los zapatos.

-Así me gusta. Déjalos de nuevo en mi vestidor, porfavor -dijo la tía Jisoo orgullosa de mí al no haber estropeado sus queridísimos zapatos.
Los coloqué como me ordenó y fui hacia mi habitación para descansar un poco.

Dormí plácidamente durante toda la mañana, y hubiese seguido sino hubiese sido por mi tía que me despertó para almorzar.
Terminé y fui hacia mi habitación para lavarme los dientes. Una notificación llegó a mi teléfono. Ryujin me preguntaba que si me gustaría ver una película y yo acepté.

Al decirme eso supe sus intenciones, así que tendría que prepararme para la ocasión.
Me vestí con lencería negra y encima me puse una mini falda con una blusa que hacía que se me transparentase el sujetador.
Ya estaba lista solo quedaba esperar a la hora. Le escribí de nuevo a Ryujin para decirle que no se preocupase por recogerme, que mi chofer me llevaría a su casa y ella aceptó sin problemas.

Cuando faltaba media hora para que dieran las 18:00, el chofer me recogió en la puerta de mi casa y me llevó hacia la casa de Ryujin.
Cuando llegué me despedí del chofer y se marchó.
Me dirigí hacia la puerta de la casa y llamé al timbre.
Ryujin salió en sudadera con la capucha puesta y unos pantalones grises de chándal.

-¿Dónde vas? -dijo Ryujin sonriendo al ver mis pintas. Me acerqué a ella y puse mi dedo anular sobre sus labios.

-Vengo a pasármelo bien -dije cogiéndola por la cintura.

Ella comenzó a besarme sin pensárselo dos veces. Cerró la puerta detrás mía y comenzamos a caminar sin despegarnos hacia el sofá.
La empujé para que cayera tumbada en este y me dirigí hacia la cocina, que quedaba justo en frente mientras ella me miraba caminar.
Me subí a la barra de la cocina y fuí abriendo las piernas lentamente como si se tratara de una especie de invitación.

Ryujin se relamió los labios y se levantó del sofa. Mientras ella se acercaba a mí yo iba acariciando hacia arriba mi muslo con la llema de mi dedo, haciendo que se subiera lentamente la falda.
Ella llegó a mí. Me cogió por los muslos y abrió mis piernas del todo. Comenzó a besar mi cuello, puso una de sus manos en él y se dirigió a mi oído.

-Cariño, hemos quedado para ver una película, no para follar -dijo Ryujin. Dejó dos palmaditas en una de mis piernas y se marchó al sofá-. ¿Quieres palomitas?

En ese momento me sentí una tonta. "¿Como pude admitir de esa manera las intenciones que tenía Ryujin?". Por otra parte me sentí egoísta, porque yo solo pensé en hacerlo con ella y ella solo quería que viésemos una película juntas.

Me bajé de dónde me encontraba subida y me encaminé hacia el sofá, haciendo un puchero y con mis mejillas coloradas de la vergüenza que sentía.
Ryujin dió pequeñas palmadas en la superficie del sofá, para que me sentara junto a ella y así lo hice. Al sentarme, ella pasó su brazo por detrás de mí para abrazarme.

-Lo siento -dije apoyándome en su pecho.

-No lo sientas de hecho te entiendo -dijo Ryujin tratando de consolarme-. Yo también quiero hacerlo de nuevo contigo estando consciente. Pero hoy me apetece más estar abrazada a tí mientras vemos una película.

Y Ryujin cumplió su palabra a la perfección. Se llevó toda la película abrazada a mí y escondiendo su rostro detrás de mí cuello.

-Si tanto miedo te dan las películas de terror, ¿por qué la elegiste? -dije riéndome de ella mirándola con ternura.

-No sabía que me daría tanto miedo. Lo hice porqué pensé que a ti te lo daría y así te llevarías abrazada a mi durante toda la película -dijo Ryujin apoyando su cabeza en mi pecho, mientras yo acariciaba su rostro.

El hecho de que ella solo quería estar abrazada a mí, me derretía por dentro.

-Para eso no hacía falta una película de terror -dije sonriéndole y ella me devolvió el gesto. Miré mi teléfono y leí la notificación que me llegó-. Ryu tengo que marcharme, mi chofer me espera.

-¿No puedes quedarte conmigo a dormir? Voy a tener pesadillas -dijo Ryujin haciéndome ojitos. Sujeté su rostro con mis manos y lo acaricié.

-Hoy no puedo, cariño. Ya han venido a por mí y mañana hay Instituto -le expliqué y ella asintió.

Bajamos del sofá y nos dirigimos hacia la puerta para despedirnos. Ryujin como siempre, dejó un pequeño beso en mi nariz y me abrió la puerta.
Antes de que la cerrara le agité la mano para despedirme de ella y subí al coche.

Enemies to lovers (Ryujin y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora