Mi último día había llegado. Al día siguiente tendría que tomar el avión hacia mi país y tendría que olvidar toda mi experiencia aquí.
Ese día mi tía estaba muy rara. Rara en el sentido de que parecía que me ocultaba algo.
Por la tarde me insistió mucho en que diese un paseo con ella y después de tanto insistir acepté.
Durante el camino, se notaba muy nerviosa pero no quise preguntar, por si me estaba metiendo en algo.
Después de andar por un rato, la tía me dijo que debíamos volver a casa.
Llegamos y cuando mi tía abrió, esta estaba totalmente a oscuras.-¡¡¡Sorpresa!!! -dijeron todos al unísono.
Me quedé paralizada sin saber que decir o hacer al ver lo que habían preparado mis amigos. Corrieron hacia mí para abrazarme mientras yo seguía parada en la puerta.
-¿Por qué no querías quedar con nosotros? -dijo Chan acariciando mí cabeza.
-Pensé que si os iba olvidando ya, después no dolería tanto -dije cabizbaja.
-¿Eres tonta? -dijo Chaeryeong-. ¿Por qué tendrías que olvidarnos?
-Cariño, prefiero que nos tengas como un bonito recuerdo a que nos olvides -dijo Ryujin acariciando mi espalda.
-¿Un gofre? -dijo Chan acercándome el plato.
-Gracias por todo chicos -dije tomándolo.
-Vamos a sentarnos -dijo Chaeryeong señalando a la mesa con comida que habían preparado.
Estuvimos merendando y pasando un rato entre amigos durante lo que quedaba de tarde. Cuando acabamos lo recogimos todo y se marcharon para sus casas.
Preparé mis maletas y me fui a duchar. Cené algo ligero ya que no tenía mucha hambre y después me acosté, porque mañana tendría que madrugar.Por la mañana el chofer nos llevó a mi tía, mis amigos y a mí al aeropuerto para despedirnos.
Ya allí nos quedamos esperando a mi vuelo. Ryujin y yo nos quedamos abrazadas durante ese tiempo. Quería pasar mis últimos minutos junto a ella.
Llegó la hora de embarcar y tuve que despedirme de ellos.-Ryujin, no quiero irme, quiero quedarme contigo... con vosotros. No puedo sin tí, te necesito en mi día a día... -dije estallando en lágrimas sin querer soltarla.
-Eh eh eh... Cariño, tranquilízate. Has vivido toda tu vida sin mí, claro que puedes... -dijo Ryujin separándose del abrazo para tomar mi rostro-. No te tomes esto como un hasta nunca. Podemos visitarte cuando quieras y tú serás bienvenida aquí siempre. Prometo escribirte y llamarte cada día. Te mandaré cartas si hace falta... Pero no quiero que te olvides de nosotros, ni de los momentos felices que has vivido aquí. Te vamos a echar muchísimo de menos -dijo Ryujin. Miré hacía atrás y todos asentían aguantando las lágrimas. Ryujin me abrazó tan fuerte como pudo sin poder contener más sus lágrimas. Todos vinieron abrazarme junto a Ryujin.
Antes de entrar por la puerta Ryujin dejó un pequeño beso sobre mi nariz y después, sin resistirse a mis labios, comenzó a besarlos.
-Ryujin, va a perder el vuelo -dijo Chan. Ryujin se separó de mis labios lentamente.
-Porfavor, no mires hacia atrás como en esas películas cliché, que no voy a poder dejar de llorar -dijo Ryujin con la voz rota mientras sonreía haciéndome sonreír a mí también.
-Que tengas un buen viaje cariño -dijo la tía dándome un último abrazo.
-Te echaremos de menos -dijo Chan.
-Llámanos cuando llegues, te quiero -dijo Chaeryeong.
Cogí mis maletas y me dispuse a entrar. Esta vez, por lo menos no viajaba del todo sola, Nabi estaba conmigo.
En el avión me puse a llorar como una magdalena leyendo las cartas que mis amigos habían escrito para mí. Hasta Yuna me hizo un dibujo de una margarita.
Rosé, mi acompañante de vuelo, con la cuál me reencontré de nuevo después de tanto tiempo, estuvo consolándome y animándome durante el viaje de vuelta.Después de horas, llegué al aeropuerto y me despedí de Rosé para recoger mis maletas.
Al salir de la puerta de embarque corrí hacia mis madres que me estaban esperando con ansias.-Hija, te hemos hechado muchísimo de menos -dijo mi madre Jennie entre lágrimas.
-Yo también a vosotras -dije acompañando sus lágrimas con las mías.
-¿Qué te ha parecido la experiencia? -dijo mamá Lisa envolviéndome en sus brazos.
-La repetiría mil y una veces -dije con una enorme sonrisa.
-¿Nabi se ha portado bien durante el vuelo? -dijo mamá Lisa.
-Muy bien como siempre -dije mirando a la pequeña.
-¿Quién es la perrita más bonita? ¿Tú verdad? ¡Siii! -dijo mi madre Jennie como si le estuviese hablando a un bebé, mientras metía sus dedos por los agujeritos del transportín para tocar al la perrita. Mi otra madre y yo las mirábamos con ternura.
En el coche de vuelta a casa estuve contándoles todo. Les hablé de mis amigos, de mi relación con Ryujin, las fiestas, la Navidad, el Instituto...
Llegamos a casa y fuí directamente hacia mi habitación para escribirles a mis amigos que había llegado bien a casa.
Instalé a Nabi en mi habitación y empecé a ordenar la ropa.-Cariño, baja a comer -dijo mamá Lisa desde la planta baja.
En la mesa seguí hablándoles de mi experiencia en Corea. Sobretodo les hablé de Ryujin, la echaba tanto de menos que no podía evitar hablar de ella todo el rato.
-Ryujin se ve muy buena chica, ¿algún día nos la presentarás no? -dijo mamá Jennie a lo que yo asentí.
-Me encantaría que eso ocurriese algún día -dije un poco nostálgica.
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Enemies to lovers (Ryujin y tú)
FanfictionKim T/n una chica de clase alta, decide mudarse a Corea para pasar su último año de secundaria allí. Su llegada al nuevo Instituto no fue bien recibida por una de sus compañeras de clase, la cual le haría la vida imposible. Con el paso del tiempo T...