Segunda parte de "Bungou Stray Dogs the type of boyfriend".
Déjate llevar por aventuras con los personajes de Bungou Stray Dogs y diviértete.
Los personajes son propiedad de Asagiri Kafka (menos ____).
📌NO SE ACEPTAN COPIAS TOTALES O PARCIALES NI...
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~•~
Chuuya es el tipo de novio que parece Sugar daddy
Otro día tedioso en la universidad debía tener un buen final, eso pensaba Chuuya, quién literalmente pasó a recogerte en su auto para llevarte a casa y después ir a patear traseros en la mafia.
Ahí estabas con tus amigas criticando la heteronormatividad mientras comían un helado fuera de la cafetería cercana. "Que curiosos son los universitarios" pensó estacionando el auto donde se le dió la gana ¿Alguien lo detendría?, Jamás.
Lo viste acercarse, era imposible no reconocer el sonido de sus zapatos costosos chocar contra el asfalto—. ¡Qué raro verte aquí!.
Chuuya formó una sonrisa orgullosa por las reacciones de tus amigas, desde bocas abiertas hasta mejillas sonrojadas—. Solo quise llevarte a casa, ¿Es un crimen?.
Lo señalaste—. Es Chuuya, mi novio.
"Debe ser mayor" pensaron todas, quizá por su forma de vestir y el auto del que bajó hace minutos, la más tímida de todas dedujo que por lo menos debía doblarles la edad para tener un reloj valuado en diez mil dólares. Nakahara alzó la mano suavemente—. Es un gusto...¿Quieren pedir algo más?.
Todas negaron entusiasmadas por tu felicidad monetaria—. Estamos bien.
Estiraste tu mano para tomar la de Chuuya poniéndote de pie—. Debo irme, seguramente Chuuya quiere pasar a ver algunas tiendas. Nos vemos mañana, las quiero.
Trataron de formar una palabra pero cuando vieron como apretaba tu cintura. Asintieron curiosas cuando el joven sujetaba tu muñeca con su mano libre—. ¿Y tu reloj?.
—Dejó de funcionar, pero lo llevaré a arreglar—dijiste apenada.
—Ten el mío, bebé —se lo quitó en cuestión de segundos para ponerlo en tu mano y apretar el seguro—. Listo, bueno, nos vemos niñas.
—Son de mí edad —murmuraste al mismo tiempo que se alejaban. Apenas los vieron irse todas ellas soltaron un chillido.
—¡Es un tipo hermoso! —gritó una.
La mayor asintió—. ¡¿Y vieron como la mira?! Dios, necesito a un tipo similar.
La que se quedó callada compartió el dato más obvio de todos—. Luce estúpidamente rico, es el indicado.
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Notas de la autora:
Mi historia más personal es que un quedante pagó el consumo de todas mis amigas (era un cumpleaños) y después me lo cobró a mí 🤡🤡
Estoy harta de no tener a un wey que me de un pinche reloj valuado en casi medio millón para poder venderlo. ¿Dónde está mi buchón con quinientas rosas?
