Pacto de sangre

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Azriel

"Ya no hay tiempo Azriel"

Las palabras de Alina comenzaron a calar en su cuerpo y a medida que ella se iba quedando inconsciente, él iba despertando más y más, hasta tener una claridad absoluta. Ahora lo entendía todo, los secretos entre Rhys y ella, el afán por protegerlo a toda costa y su decisión tan radical de romper el vínculo.

Alina iba a morir.

Iba a morir.

Terminó apoyado en una de las paredes de piedra, sosteniendo su cabeza entre sus piernas. Sintiendo que cada pedazo de su ser desaparecía en ese mismo instante. De pronto, las palabras que le había dicho a Alina antes de dormirse no sirvieron de nada, ni si quiera de esperanza o consuelo.

– Rhys. – habló con un tono de desesperación y dolor por ese hilo de comunicación entre mentes que su hermano siempre dejaba abierto para él.

– ¿Está todo bien? – Preguntó con preocupación después de un instante.

– Alina va a morir. – Se limitó a decir. Hubo un silencio largo, tan largo que Azriel estuvo a punto de tamizarse y joder absolutamente todo el plan.

– Si. – Fue todo lo que respondió Rhys, con tanta sequedad en la voz que Azriel sintió la impotencia de su hermano.

Azriel mantuvo el aire en sus pulmones mientras sus manos comenzaban a temblar. Tenía que comenzar a pensar con claridad. La bruja le había dicho que Alina podía cambiar los futuros. Ella podía escribir su propio futuro, era posible una salida...

– Alina no quería decírtelo porque en todos los futuros en los que te lo dice, tu.... tu también mueres al intentar salvarla. – Azriel no se sintió preocupado o sorprendido por ello. Obviamente ahora que sabía, haría todo bajo su poder para intentar salvarla. Morir en el intento no le preocupaba tanto si su compañera no sobreviviría.

– Hay una forma de salvarla. – Dijo Azriel y a penas lo dijo, sintió la tristeza de Rhys.

– Vi todos los futuros, los vi todos y no hay forma de salvarla. – Habló Rhys con cansancio. Azriel no quiso hablar, solo le mostró sus recuerdos.

– Ella tiene el poder de La Madre. – Dijo Rhys con sorpresa.

– Si y por eso puede escribir su propio futuro.

Escucho a Rhys reír, una risa de júbilo que solo la había escuchado muy pocas veces.

– Por eso no vi esta línea del tiempo, todo esto de ya no tenerte como compañero es nuevo. Quizás una oportunidad.

Azriel no hubiera utilizado exactamente esas palabras o ese entusiasmo, pero lo dejó pasar. Porque a pesar de que doliera, tenía razón. Quizás era la oportunidad para que Alina se salvara.

– Lo confirmaré con Bryaxis. Mientras tanto, no se lo digas. No quiero que tenga esperanzas si no es verídico. – Dijo Rhys. Azriel amplio los ojos. Ya se lo había dicho, pero quizás ella no lo recordaría mañana, después de todo, estaba bastante drogada cuando se lo contó.

– Háblame de este plan. ¿Qué sigue? – Preguntó evasivamente, por suerte, Rhys no lo notó y le contó el plan.

Keir no era estúpido. Así que había mandado a sus propios espías. Aún así, Alina estaba un paso adelante, siempre. Así que había encargado a Rhys para que manipulara sus mentes. Los hombres tenían una viva imagen de Azriel y Alina, caminando hasta la zona con magia, como dos simples mortales sin sombras o arena.

Una Corte de Sombra y EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora