Alina
Alina usualmente solía subir al techo de la torre más alta, la misma torre que había llegado a ser su cautiverio durante dos años. Se echaba allí y simplemente veía las estrellas. Sentir la brisa tibia en su cuerpo y ver el mar de estrellas en el cielo, eran la única forma de tener paz. Eso y saber que nadie más conocía su pequeño rincón. Se escondía de sus soldados, de su corte de Dioses y solo se quedaba allí. A veces hasta se tentaba con quitarse el antifaz, pero solo se quedaba en eso, un deseo de quitarse la máscara y ya.
A veces, al mirar el mar de estrellas, recordaba a Azriel. Sus suplicas antes de que ella lo dejara. Le había roto el corazón y a pesar de que él lo había hecho primero, Alina sentía mucha culpa.
– Deja de llorar por alguien que ahora te odia. – se dijo a sí misma, intentando inútilmente que su cerebro entendiera de una buena vez que ya no había vuelta atrás, que ya no existía forma de solucionar la relación con Azriel o Rhysand.
No era tonta y su corte de Dioses tampoco lo era. Habían interceptado a los espías de Azriel. Alina había entrado en sus mentes para mandar cada uno de los mensajes que habían llegado a él. También había manipulado a las gaviotas que volaban cerca de su barco. Sabía cuántos soldados llegarían y con que intenciones lo hacían.
Sabía que Nesta iba con solo una misión, matarla. Y que era una orden explicita de Feyre. No sabía de Rhys, el macho realmente había cubierto sus huellas bastante bien, pero sería cuestión de tiempo para saber de él y sus verdaderas intenciones. Quizás eran tan simples como las de Feyre, matarla.
Alina sabía que era demasiado arriesgado por parte de Feyre mandar a su corte para asesinarla, la verdad era suicida. Ella tenía el poder de la Madre. Y Nesta no podía matar a una Diosa, pero debía de admitir que saber que se acercaban le generaba emoción. Todo había sido muy monótono esos meses.
Tener un poder ilimitado y conquistar todo a su paso era tan fácil que era aburrido, tanto que Alina había decidido no matar a Eros aún. Quería dejar que sintiera lo que ella había sentido esos años, angustia y miedo, quería que se sintiera prisionero. Y lo estaba logrando con facilidad, después de todo, estaba escondido como una rata en las Montañas de lava del Noreste. Lo dejaría allí por un par meses más, hasta que realmente sintiera su miedo, allí lo mataría lentamente, como lo había hecho con los violadores de ese reino.
Las campanadas de las 6 de la noche iniciaron y con ellas, Alina comenzó a escuchar los rezos de toda la gente que la veneraba. Una vez que se pasó la voz de que Alina tenía el poder de la Madre y bajó su cargo a Dioses, no hubo vuelta atrás. La gran mayoría de personas decidió venerarla antes de luchar. Comenzaron a verla como una verdadera Diosa, aunque Alina estaba muy lejos de serlo. Sin embargo, sabía muy bien que debía de continuar con esa farsa, así que cada día cuando el sol se ocultaba, Alina salía por el antiguo balcón de Eros, para agradecerles públicamente por la veneración. Y cada día cuando el sol estaba en lo más alto del cielo, se sentaba en su trono, escuchaba sus peticiones y problemas y ayudaba a solucionarlos.
Mientras Alina iba despidiéndose de la gente que vitoreaba su nombre desde la plaza, la hembra sintió como unos brazos fuertes y cálidos comenzaban a tocar sus hombros y espalda, como la caricia sutil de un gato.
– ¿Algún día sabré donde te escondes? – preguntó Kushiel a su oído, haciendo que se estremeciera de placer. Alina sonrió por última vez a la multitud y cerró las puertas de su balcón.
– Es mi lugar. Así que no. – Se limitó a decir mientras giraba para observarlo. El macho de piel pálida y contextura muy delgada había cambiado radicalmente en esos meses. Su piel ahora tostada y sus pómulos llenos, lo hacían ver aún más atractivo que la primera vez que lo vio, sobre todo lo hacían ver mucho más sano que antes.
ESTÁS LEYENDO
Una Corte de Sombra y Estrellas
FanficUna Corte de Sombras y Estrellas cuenta la historia de Gwyn, Elain, Azriel y la misteriosa Alina. Una danzante de Arena que tiene el mismo rostro que la hermana asesinada de Rhysand.