Alina
Azriel la siguió después de recobrar la cordura.
– Perdona, debí de llegar antes, te lo prometí. – Se limitó a decir. Alina giró para observarlo por un instante. Él sabía la verdad ¿Por qué no se lo decía? ¿También le temía? Pensar en eso le generó una horrible sensación en el pecho, pero luego observó las ojeras debajo de sus ojos color avellana y la extraña niebla de remordimiento y preocupación en su mirada y sintió mucha culpa. Él no lo sabía, pero Ella la que debía de sentirse horrible por estar ocultando tantos secretos, no él, nunca él.
– Te disculpo, con una condición. – Habló y forzó una sonrisa, dejando de lado todos esos pensamientos que le generaban dolor en el pecho. Az levantó las cejas con sorpresa, haciendo que ella sonriera de verdad. Jamás había visto ese tipo de mirada en su rostro, a decir verdad, ese simple movimiento de cejas le rebajaba muchos años de vida.
– Un...vestido, necesito un vestido. – Dijo rápidamente con algo de nerviosismo. El asintió con la cabeza.
– Y un baño. – Aclaró haciendo que sus mejillas se sonrojaran. El macho levantó sutilmente una de las comisuras de sus labios con una mirada sutilmente bromista.
– Pues tendré que ir a mi casa y hacerlo antes de que mate a alguien con mi olor. – Bromeó abiertamente. Azriel casi se atoró al escuchar el chiste.
– En tu casa está el horrible de Bryaxis y un par de guardias que lo resguardan. – Dijo con sequedad. Ella sonrió maliciosamente.
– ¿Celoso? – Preguntó juguetona.
La idea de que estuviera celoso le generó vértigo en el vientre. Era confuso saber que ya no existía un vínculo de compañeros, ni si quiera recuerdos de él y aun así sentir todas esas cosas.
– Oh sí. – gruñó haciendo que Alina parara en seco. El macho la había logrado relajar a tal punto que había olvidado lo que tenía que hacer ese día.
– Bueno, entonces tomaré un baño en la Casa del Viento. – Azriel sonrió abiertamente y Alina sintió que su centro se iba calentando. ¿Cómo podía calentarla una sonrisa? Esa maldita sonrisa. – No te acostumbres a que seda con tanta facilidad. – Le advirtió.
– Intentaré no hacerlo. – Se limitó a decir y hubo un brillo inusual en su mirada. Como si el macho realmente quisiera decirle la verdad. Quizás después de todo, no quería guardarse ese secreto para él. Sin embargo, ella guardaba peores secretos, tan horribles que posiblemente después de esa noche, él ya no le volvería a sonreírle jamás. Aquello le generó un horrible nudo en el estómago, después de esa noche, no lo tendría cerca nunca más.
Antes de irse y sin ningún tipo de anticipación, Azriel puso su mano sobre su mejilla, haciendo que cada espacio de ella se crispara.
– Intenta dormir un poco, te vez como la muerte. – Le susurró, haciendo que su vientre se calentara tanto que quisiera saltar sobre él en ese momento y que una sonrisa molesta se le formara en el rostro.
Alina no pudo evitar sonreírle con tristeza. Esas ojeras eran el fruto de no haber dormido nada toda la noche por generar el plan que lo cambiaria todo junto a Calia, Bryaxis e Isadora.
Azriel desapareció, dejándola con el aire en los pulmones y con una horrible sensación, casi dolorosa, en su centro.
– Concentrate. – Le regaño Calia mentalmente. Alina había decidido mantener la mente abierta para Calia. Quizás por qué confiaba en ella o porque necesitaría de todo el apoyo posible para seguir con ese maldito plan y no dar marcha atrás.
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Una Corte de Sombra y Estrellas
FanficUna Corte de Sombras y Estrellas cuenta la historia de Gwyn, Elain, Azriel y la misteriosa Alina. Una danzante de Arena que tiene el mismo rostro que la hermana asesinada de Rhysand.