Narra Anya:
—Damián Yo... —empiezo a hablar, él me animaba con la mirada a que continue.
He leído sus pensamientos. Él sospecha que quiero información sobre su familia, tálvez para venderla o que me acerqué a él por un interés amoroso.
Es cómo dijo Becky, tanta insistencia de mi parte para acercarme ya no se ve cómo una simple amistad. Me había enfocado tanto en el plan B, que me olvidé de lo que los demás pensaran y, de que soy una chica en plena adolescencia, desde los ojos de los demás Damián me gusta.
¿Me gusta? Si digo que sí posiblemente pueda seguir estando cerca de él, si digo que solo me sigo acercando por amistad; pensará que busco información sobre él y su familia, la misión de papá estaría en riesgo.
—¿Tú qué Anya? —insiste en saber.
—Yo... Estoy... —Relentizo mis palabras, a medida que hablo.
—¿Estás? —cuestiona, esperando la respuesta.
—¡Estoy enamorada de tí desde que éramos niños! —grito, cerrando los ojos.
Por alguna razón siento mi corazón latir fuerte. Al abrir lentamente los ojos de nuevo noto que el rostro del segundo hijo está completamente ruborizado, su mente extrañamente está en blanco.
Abro los labios para seguir hablando, pero en ese momento varios guardias de seguridad llegan a la terraza.
—¡Ahí está ese perro! —gritan viéndolo a nuestro lado.
Devuelvo la mirada a Damián y en ese momento me doy cuenta de que nos encontramos en una situación muy comprometedora. Él se levanta rápidamente de sobre mí, ofreciéndome su mano para ayudar a ponerme en pie.
—¿Estás más calmada? —cuestiona.
—Sí —respondo poniéndome de cuclillas acariciando a Bond. Escondo por un momento mi rostro sonrojado entre su pelaje.
Sigo nerviosa, pero no por la caída sino por lo que le dije al segundo.
—Está prohibido traer mascotas —me dice uno de los guardias.
—Tenemos que llevarnos a ese perro y ustedes nos acompañarán con el rector, estaban demostrando una conducta inapropiada.
—Es mi mascota, Bond, y no estábamos haciendo nada malo —afirmo volteando a verlos.
—Traer una mascota a la academia, no es nada elegante señorita Forger —menciona el profesor Henderson saliendo de tras uno de los tanques de reserva de agua.
Eso nos sorprendió tanto a Damián cómo a mí. ¿Estuvo aquí todo el tiempo?
—No sabía que había venido hasta acá desde casa —acepto suspirando.
—Es verdad, ella estuvo todo el tiempo conmigo —aclara Damián.
—Yo me haré cargo del perro —nos dice el profesor Henderson con tono serio—. Al menos hasta que termine la bienvenida a Anya en la reunión que se propicia. —Él se acercó a nosotros, fijó por un momento la vista en mí—. Señorita Forger debe tener más cuidado y asegurarse de que su mascota se quede en casa, de lo contrario tendrá otro tonitrus.
—Sí profesor —contesto bajando la mirada.
—Señor Desmond —pronuncia llamando la atención del segundo hijo—. Su forma de salvar a la señorita Forger dió a relucir su elegancia, le haríamos entrega de otra stella si pudiéramos.
—Anya está bien, eso es más importante para mí que otra stella —declara.
Al haber dicho esas palabras logra hacer que me sobresalte, ¿Él dijo realmente algo tan lindo frente a los demás acerca de mí?
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La decisión
Fanfiction🏅22/01/2023: ganador de tercer lugar en la categoría fanfic del concursoparaescritor 2022-2023🏅 🏅24/01/2023🏅 etiqueta #1 Anya ¿Que pasa cuándo tienes muchos secretos que ocultar conociendo la identidad verdadera de tus padres adoptivos y tienes...