Capítulo 14

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Anya.

El inesperado encuentro, entre Damián y Demetrius, me ha dejado sorprendida. Alterno la mirada entre ambos, los dos se ven con apatía. Ni siquiera parece que fuesen hermanos. Hasta entonces noto que ambos comparten algunos rasgos físicos, cómo el color de su cabello.

—Vine a buscarte, tengo prisa —le dice Demetrius, observando de nuevo a su reloj.

—Debiste avisar antes —responde Damián, dando un suspiro—. Ya he hecho planes con mi novia.

—Tendremos una cena familiar, la familia es más importante que cualquier otro plan.

—Ella también será parte de la familia algún día y ni siquiera la has saludado —espeta, poniendo una mano sobre mi hombro. Hasta este momento los ojos de Demetrius recaen sobre mí.

—Ya la había visto antes, en uno de los pasillos, cuándo vine a visitar mis antiguos profesores —contesta, apartando la vista de mí—. No sabía que tenías novia. En todo caso deberías presentarla formalmente a la familia, no está demás decir que tienes gustos excéntricos. «Además es muy enana.»

—La presentaré formalmente en su debido momento. Primero debo agradecer al señor Forger su confianza y a eso me dirijo, los Desmond tenemos honorabilidad y lo sabes muy bien.

—¿Forger? ¿Esta enana es Anya Forger? —cuestiona.

Devuelve la mirada a mí. Tonto Demetrius, ahora no sólo pensó la palabra enana; la dijo.

Él intenta tomar mi mentón, pero Damián detiene su mano, observándolo con una mirada amenazante.

—Hermano, te agradeceré que no le digas así a mi novia —demanda, soltando su mano. Demetrius se cruza entonces de brazos, dando un fuerte suspiro.

—Es que la imaginaba diferente, no lo sé quizás un poco más alta, con una personalidad más llamativa —opina, volviendo a fijar la mirada en mí. Qué ganas de golpearlo...

—Tiene una personalidad llamativa. No has dejado de hablar de ella, en los minutos que estamos acá.

—Eso es porque nuestra pobre madre, la pinta como un monstruo, que está alejando a su pequeño de ella. ¿Celos de madre podrían ser?

—No discutiremos sobre mamá, aquí.

—Entonces ven a la cena y demuéstrale que ella no te está alejando de nosotros.

—Ya dí mi palabra en acompañarla y no pienso cambiar de opinión.

—Amor —menciono, observando a Damián. aúnque mis mejillas arden de sonrojadas—. ¿Por qué no vas con tu hermano? Puedes venir conmigo a casa mañana.

—Ves, tú novia lo comprende —afirma Demetrius, volviendo a observar su reloj. Por lo que he visto, es muy controlador.

—¿Estás segura amor? —me pregunta, ablandando su mirada.

Me hubiera gustado decirle que no, que venga conmigo. Pero su familia es su familia, sean como sean.

—Muy segura —manifiesto, sonriéndole un poco.

—¿Por qué no vienes con nosotros?

—No, ¿Cómo creés? Es un reunión familiar, en otra ocasión será —sugiero sonriéndole.

No puedo estar en un lugar donde estará Donovan Desmond, me costaría mucho controlar mis pensamientos.

—Entonces deja que te llevemos a tu casa.

—No. Yo esperaré el transporte, no quiero retrasarlos más —me excuso rápidamente.

Desde luego, no puedo permitir que Demetrius sepa la dirección en que vivimos. Aunque, seguro nos investigarán.

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