Capítulo 37

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Narra Anya:

»Unas horas de sueño están bien, fueron suficientes, hoy me espera un día lleno de emociones quizás pa y ma me acompañen al igual que Damián«. Eso pensaba al salir de mi habitación aún un poco adormecida manteniendo la vista baja, si no recuerdo mal Damián me acompañó anoche hasta que me quedé dormida, aún me queda esa sensación de tranquilidad.

Avanzando por el pasillo dí un bostezo hasta llegar a la puerta del baño pero antes de abrirla alguien la abrió, observé un tanto hacia arriba ruborizándome al encontrarme con unos ojos marrones claro fijos en mí ¿Damián pasó la noche aquí? Lleva una toalla blanca sobre los hombros secando con una punta de ella su cabello mojado, luce un aspecto despistado pero muy lindo, además está vestido con la ropa de pa.

—Buenos días amor —me saluda con un rubor notable en sus mejillas.

—Buenos días amor, pensaba que tú...

—Ah sí —me interrumpió riendo de una forma enternecedora—. Anoche me iba a ir, pero tú padre dijo que me podía quedar a pasar la noche en su antigua habitación, también tomé un tanto de su ropa, imagino que ya no le queda no sé si eso le llegue a molestar no traía más ropa y aún no se levanta para preguntarle.

—No creo que eso le moleste, quizás se durmió tarde anoche.

—Sí, tenían muchas cosas de qué hablar con tu madre.

—Yo también pero esperaré a que se despierte, espera sólo tomaré un baño y te prepararé algo de comer.

—Pero yo puedo...

—Espera ya volveré —le interrumpí entrando al baño y cerrando la puerta.

Encontrarlo aquí ha sido una bonita sorpresa, le podré cocinar algo de lo que he aprendido de pa y de la comida aceptable de ma, también habrá que cocinar para ellos claro...

Terminando de darme el baño, luego de vestirme empecé a cepillar mi cabello, debo darme prisa.

»¿Le gustará esto a Anya?«

Al escuchar ese pensamiento salí del cuarto de baño observando desde el pasillo a Damián, él ya se encuentra cocinando, parece ser bueno en ello. Sonreí y estaba dispuesta a ayudarlo pero antes de avanzar en dirección a él me percaté de otro de sus pensamientos.

»¿Anya siempre ha podido leer mi mente? Eso no me asusta pero me asombra un poco, así que ella siempre ha podido ver a través de mí... ¿Desde siempre supo lo que siento por ella? Quizás por eso no dejó de insistir hasta que me decidí a sincerarme con ella tanto en palabras como en pensamientos, aúnque se haya acercado a mí por la misión de su padre eso hizo que nos conocieramos y estoy agradecido por ello, tálvez a partir de ahora deba controlar más mis pensamientos no quiero llegar a pensar algo que pueda molestarla...«.

Leer sus pensamientos mientras lo veo prepar la comida hizo que me ruborice mucho, en verdad Damián es el mejor chico que he conocido.

Dejé de esconderme y caminé hacia él, se sorprendió un poco de verme.

—Creí haberte dicho que yo te prepararía algo

—Umm podemos cocinar juntos —respondió dándome un beso en la mejilla.

—Ya tienes casi todo preparado —me quejé al ver todo cocinandose.

—Puedes ayudarme con ummm ponerle salsa a los omurice pero no te olvides de colocarle un corazón al mío al que será tuyo —me dijo apegando su frente a la mía cerrando los ojos tomando mis mejillas con ambas manos.

—Eso será fácil —susurré tomando con una mano el recipiente de la salsa, él se apartó enarcando una ceja como diciéndome que quería ver eso. Coloqué un poco de salsa en mi dedo índice y lo acerqué a su mejilla dibujandole un corazón—: ¡Tarán! Ya le hice un corazón a mi novio —le sonreí y él apartó la mirada sonrojado.

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