Capítulo 08

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Narra Anya

—Señora, con todo respeto —respondo, con la voz un tanto baja—. No le estoy haciendo ningún daño a su hijo. Él quiso acompañarme hoy, además el día aún no termina.

—Se está volviendo descuidado por estar al pendiente de tí. ¿Tú fuiste quién le dió el pañuelo que tiene la letra A no? Anya Forger. «Justo el que tenía observando esa noche»

—Sí señora...

—¿De verdad quieres a mi hijo? —pregunta con mucha seriedad.

¿Sabe acerca de Damián y yo? No sabía que lo que estábamos empezando fuera tan visible a ojos de los demás.

—Sí, de verdad lo quiero —respondo con un tono de seguridad observando a sus ojos. Sonrie un poco y luego asiente. ¿Ella aceptará esto luego de que le haya asegurado que en verdad lo quiero?

—Si lo quieres tanto como dices, aléjate de él.

—¿Qué? ¿Por qué?

—No perteneces a nuestro círculo social, además nada garantiza que no lo terminarás lastimando un día ¿O sí? —cuestiona con una mirada calculadora.

Es cierto, por la operación Strix quizás llegue el momento en que lo pueda lastimar. Incluso sería mejor para mí estar lejos de su padre siendo que tenemos la misma capacidad para ser telépatas. Ella juega con mis debilidades, aún así...

—Haré todo lo que esté en mis manos para no lastimarlo —digo tomándola por sorpresa, se ve un tanto sorprendida por mi cambio de actitud—. ¿Usted sabe cuáles son sus planes a futuro? Sea cuál sea el resultado no pienso dejarlo solo —agrego con seguridad.

Segundo por dentro es un ser realmente maravilloso. Me da miedo aceptarlo, pero al parecer me he enamorado de él, tengo miedo de llegar a herirlo ahora que me está abriendo su corazón.

—¿Sus planes a futuro? —pregunta confusa, sacándome de mis pensamientos, abro los labios para responderle, pero en ese momento regresa Damián.

—¿Las interrumpo? —nos pregunta, alternando la mirada entre ambas.

—Para nada hijo —se apresura a responder Melinda, con una sonrisa carismática—. Solo le traía zapatillas a tu amiga, me cae bastante bien.

—Usted también me cae muy bien —digo observándola. «¿Ella lo había dicho en forma sincera o no?»

—Se llevarán mejor de lo que esperé —menciona Damián con una leve sonrisa, luego fija su mirada en mí—. Tus padres te esperan en la salida.

—En seguida voy —afirmo poniéndome las zapatillas volteando a ver hacia adentro— Bond nos vamos. —Él sale de tras el sofá, hasta llegar a mi lado.

Volteo a ver de nuevo a Melinda y me despido de ella con un beso en la mejilla, segundo se ofrece a acompañarme, así que caminamos juntos unos momentos.

—¿No te dijo algo molesto mi madre? —me cuestiona con seriedad, pero prefiero no decirle.

—No para nada, fué bastante amable.

—No tienes que finjir. Mi madre suele ser un poco complicada a veces pero no es mala persona, sea lo que sea que te haya dicho sólo ¿Olvídalo sí?

—Creo que ella se preocupa mucho por tí.

—Algo así —responde deteniendo sus pasos observando al portón de entrada—. Anda ve, te esperan.

—Nos vemos el lunes en clases —me despido dándole un beso en la mejilla.

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