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Jungkook tenía muchas ganas de entrenar esa tarde. No es que normalmente no las tuviera, pero hoy tenía, de manera excepcional, esa sensación que sólo aparecía de vez en cuando y que le hacía ver la rutina con los ojos maravillados que tenía cuando era un niño. Esos eran los momentos en los que más agradecía tener la vida que tenía, y en los que le embargaba la imperiosa necesidad de llamar a su madre y preguntarle qué tal había ido el día. Lo hizo. Y, después, se dirigió hacia el polideportivo.

A medio camino, sin embargo, su teléfono comenzó a sonar, y el nombre que apareció en la pantalla hizo que su buen humor se difuminara un tanto.

—No tengo tiempo. —Fue lo primero que dijo al aceptar a regañadientes la llamada, haciendo que, al otro lado, Bogum se atragantara con su "buenos días".

—Pero si ni siquiera he empezado a hablar. —protestó.

—No importa. Estoy yendo a entrenar.

—¿Puedes hacer ya el Yurchenko?

El despotismo con el que formuló aquella pregunta, como si fuese un CEO exigiéndole el trabajo semanal a su empleado del mes, le hizo perder el resto de su buen humor.

A veces creía que Bogum lo hacía a propósito, que escogía cuidadosamente aquellos días en los que todo parecía ir bien para recordarle casualmente su condición de ser humano imperfecto. De gimnasta incompleto. Siempre, incluso en los momentos en los que más intocable se sentía, lograba aplicarle presión.

—¿Llamas sólo para eso? —preguntó, evitando contestar. Si lo hacía y le decía que aún ni siquiera lo había intentado, el director empezaría con alguna charla hipócrita sobre su actitud y su esfuerzo, relacionándolas aunque no tuvieran nada que ver, que no estaba dispuesto a tolerar.

Además, si se lo contaba... quizás regañase a Taehyung.

Por suerte, Bogum debía tener otras cosas en la cabeza, porque dijo que no sin pararse a preguntárselo dos veces.

—Te llamo para recordarte, porque sabía que ibas a olvidarlo, que hoy no tienes entrenamiento. Lo cancelé hace meses. —dijo, haciendo a Jungkook frenar sus pasos en seco.

Era cierto. Había ocurrido en una de las reuniones a las que no había ido y se había enterado después. Había armado un escándalo por el robo de uno de sus días de entreno, por eso se acordaba.

—¿Por qué? —inquirió, no pudiendo recordar la razón. Bogum suspiró.

—¿Te suena la frase "gala benéfica para la asociación de niños huérfanos"?

Joder.

—Joder.

—Sí, exacto. —El director ni siquiera parecía sorprendido. —Taehyung ya está sobre aviso y estará allí para recogerte en veinte minutos. Tienes que estar listo para entonces.

—¿En veinte minutos? Pero...

—Jeon. —Su tono se endureció.

—No me va a dar tiempo. ¿Prefieres que llegue tarde o que llegue vestido de chándal?

—Prefiero que seas responsable. Sabes lo importante que es tu imagen, lo importante que es el cómo la gente te vea, tanto para tu carrera como para el Centro, y aún así... —Con un sonido que evidenciaba lo mucho que le costó, se cortó a sí mismo. —Me da igual cómo lo hagas, pero quiero que en veinte minutos estés listo y perfecto, y que vayas a ese evento y te presentes allí con una puta sonrisa a fingir que te importa. Luego haz lo que quieras, me es indiferente, pero ahora haz algo para tener contentos a tus seguidores. No sé si te crees que van a estar ahí siempre.

Olympic - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora