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—¿Un mes?

Minjae asintió.

—Un mes. Lo mejor del país estará allí.

Taehyung se pasó una mano por el pelo. Encontrarse a Minjae esperándole en el polideportivo cuando llegó ya había sido suficiente para ponerle nervioso, pero la noticia de que habría una competición a nivel nacional dentro de cuatro semanas había estado a la altura de sus temores.

Es decir, el problema no era la competición, Jungkook estaba más que preparado. El problema era convencerle para que fuera.

Y, como si de una broma se tratara, Jungkook apareció justo en ese momento, puntual como un reloj, y su ceño se frunció al verle junto a su representante. Se acercó.

—¿Qué ocurre? —preguntó.

Minjae se lo dijo.

—¿Es importante? —preguntó él, sorprendentemente en calma. —Faltarán cuatro meses para los Juegos, no puedo distraerme.

—Bogum ya lo ha decidido.

—Bueno, pues dile que no iré.

—Ya ha anunciado tu asistencia.

Taehyung contuvo la respiración mientras el rostro del gimnasta se crispaba mínima, casi imperceptiblemente.

—Bueno —repitió, más lento. —, pues dile que la cancele. Y de paso dile...

—Jungkook. —le llamó él, interrumpiéndole. Jungkook le miró, rodó los ojos y cambió el peso de una pierna a la otra. Taehyung se dirigió entonces al representante: —¿De verdad es imprescindible ir? —preguntó.

Minjae asintió.

—Necesitamos que lo haga. Los patrocinadores quieren salir al público antes de los Juegos, es cuestión de márketing, si no fuera necesario...

—Siempre es por el márketing. —escupió Jungkook. —Si no es por los fans es por el márketing, y si no es por el márketing es por mi imagen o la publicidad o la opinión pública. ¡Soy un deportista, no un puto actor!

—Lo sé, pero...

—¡Sin peros! ¡Siempre es lo mismo! ¡Y cederé y dentro de dos meses me haréis otra putada!

—¡Jungkook! —le gritó Taehyung.

Jungkook se calló, resopló y le miró otra vez. Sus ojos se habían ensombrecido pero, paradójicamente, su mirada ahora ardía. Le señaló.

—Y tú... —Respiró. —Sólo... Cállate.

Acto seguido se metió en el vestuario.

Taehyung suspiró.

—Hablaré con él.

—Taehyung. —Minjae sonó serio. —Entiendo cómo se siente, no pienses que me gusta haceros esto, pero sin los patrocinadores los Juegos quizás ni siquiera existirían. Jungkook tiene que entender que no se puede tener una cosa sin la otra. —Taehyung asintió. Lo sabía. Era algo que tendría que meterle en la cabeza al chico aunque fuese a base de gritos y peleas, aunque el problema fuera... Bueno, que no hacía falta. Jungkook ya sabía todo aquello, pero no quería aceptarlo.

Eso lo hacía todo más difícil.

Minjae debió de leerle la mente, porque su expresión formal se intensificó de pronto hasta casi volverse triste, tan sutil que casi podría considerarse cómplice, y añadió, en voz más baja:

—Los directores por encima de Bogum no confían en Jungkook. Creen que es posible que decida irse a pesar de su contrato, ya sabes, por el problema con su actitud, y que hable con la prensa sobre los contratos con firma de silencio y fecha de caducidad.

Olympic - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora