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Taehyung estaba casado.

Fue lo primero en lo que Jungkook pudo pensar cuando su mente recuperó el riego un segundo más tarde.

Estaba casado. Tenía un hijo. Tenía una familia.

Lo segundo en lo que pensó, al segundo siguiente, justo antes de que la idea de haber estado con un hombre con familia le arañase las tripas en forma de una mano negra que ya podía sentir deslizándose por su garganta, fue que no. No era posible. Tenía que haber alguna explicación, porque Taehyung jamás habría ocultado algo así y jamás habría permitido que hicieran lo que hicieron si fuera verdad.

Pero, entonces, ¿quién era ese niño?

Ese niño que estaba tomado de la mano de Taehyung y que le estaba mirando.

Taehyung se agachó a la altura de la criatura, que probablemente no tenía más de ocho años, y le dijo algo que, a juzgar por sus labios, fue parecido a "Papá tiene que trabajar, ¿crees que puedes jugar un ratito tú sólo?" Él, sin embargo, mantuvo sus fascinados ojos grandes clavados en Jungkook, que entonces concibió su tercer pensamiento: tenía la boca abierta.

La cerró rápidamente, una mezcla ansiosa de negación y nerviosismo inundando su sistema mientras el niño se soltaba de Taehyung y corría hacia él.

Oh, Jesús.

—¿Tú eres Jeon Jungkook? —le preguntó. Era muy bajito, tenía las mejillas ruborizadas y el asombro escrito en toda la cara. Jungkook era mucho más alto, tanto que tenía que doblar el cuello completamente para mirarle, y probablemente tenía las mejillas aún pálidas del susto. Sin embargo, en lo del asombro... Bueno, ahí estaban igualados.

Se dio cuenta de que se había quedado mirando al niño como un idiota cuando Taehyung apareció a su lado, carraspeando.

—Em... Sí. —dijo el hombre, sonando incómodo. —Este es Jeon Jungkook, cariño.

—Wow, ¿de verdad? —Sin dejar de mirarle, sus ojos se agrandaron aún más. —¿Eres tú?

Jungkook levantó la mirada hacia Taehyung. Parecía nervioso, como si creyera que le iba a dar una mala contestación a... ¿Su hijo? No se parecían en nada.

Volvió a mirar al niño e intentó no parecer un imbécil.

—Sí, soy yo. —respondió.

Automáticamente su cara se iluminó.

—Wow. —Una sonrisa a la que le faltaba un colmillo se extendió rápidamente. —Wow.

Jungkook sonrió con los labios pegados, sintiéndose rígido, y Taehyung carraspeó de nuevo. Parecía acabar de decidir algo cuando Jungkook le miró.

—Bueno —dijo el hombre, señalándole al niño con la cabeza. —, Jungkook, este es Minki, mi hijo. Y Minki, este es Jungkook, como habrás podido comprobar.

Jungkook volvió a mirar a Minki, sólo una milésima de segundo, y estaba seguro de que descubrir su existencia de manera tan abrupta había roto algo en su cabeza, porque, teniendo las opciones que tenía, lo único en lo que podía pensar era en el hecho de que no se parecía en nada a Taehyung. La forma de la nariz era diferente, los ojos eran más suaves, su boca era redondeada y no con forma de corazón...

La mirada de Taehyung, oscura, le recibió como un golpe cuando apartó la suya de la del niño. Estaba tan afilada, con una advertencia y un "atrévete a insinuarlo" tan explícitos en ella, retorciéndose en su iris como una fiera a punto de atacar, que su intensidad atenuó la del nudo que se estaba construyendo en su estómago.

No era amable, pero era claro. Taehyung no tenía pareja. Él no era así. Sus ojos lo confirmaban.

Pero, entonces...

Olympic - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora