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—¿Cómo ha ido? Y no me digas que bien porque no te voy a creer.

—¿Entonces qué quieres que te diga? ¿Mal?

—No lo sé, ¿ha ido mal? ¿Has hecho alarde de tu narcisismo demoledor demasiado pronto y se ha rendido ya contigo?

A pesar de que había sido una broma, Jungkook luchó para no resoplar. Después de lo ocurrido en el apartamento de Jieun y de haberse pasado una hora sentado en la silla de un psicólogo, callado como una seta y con la cabeza obligándole a volver una y otra vez a su amiga mientras el pobre hombre intentaba hablar con él, no estaba de su mejor humor. Comprendía que Taehyung quisiera mejorarlo, pero no iba a funcionar.

—Ja, ja, ja. —soltó, saliendo del edificio donde había sido la sesión. Taehyung le había llamado justo cuando había terminado. Se tragó un suspiro. —Ha ido bien.

—Jungkook...

Jungkook gruñó ante su tono.

—Ha ido todo lo bien que podía ir, Tae.

—¿Y qué se supone que significa eso?

¿Sinceramente? No lo sabía.

No estaba acostumbrado a hablar de sus sentimientos. No le gustaba. No se sentía cómodo y, si no era algo que estuviera dispuesto a hacer con personas con las que era cercano, no iba a hacerlo por las buenas con alguien a quien acababa de conocer, ese tal... Namkoon, o algo así. Las únicas personas que habían visto un destello de su interior habían sido Seokjin, Jieun y, ahora, Taehyung, y aún así no sentía que correría hacia ninguno para contarles su vida.

Tampoco es como si pudiera.

Además, con todo lo de la chica tan reciente en la cabeza, lo último que quería era darse rienda suelta para hablar. No sabía lo que podía salir de su boca cuando aún no había tenido tiempo para encerrarlo.

—Bueno, no importa. —resolvió Taehyung al otro lado de la línea. —Es la primera sesión, supongo que tienes que darle tiempo. Estas cosas no funcionan sin esfuerzo de un día para otro.

—Sí, supongo.

Taehyung emitió un pequeño "mh".

—Y... ¿qué tal el día? —preguntó tras un pequeño silencio.

Jungkook se tensó.

—Bien. —mintió, sin pensar. Se mordió la lengua al instante.

—¿Sí? ¿Hiciste algo divertido?

—Lo de siempre. —En cuanto lo dijo, su corazón se aceleró.

—Ah, genial. —Otro silencio. Esta vez, Jungkook lo sintió mucho más denso a su alrededor y, cuando Taehyung se aclaró la garganta, lo escuchó como un disparo. —Oye, ¿te estoy distrayendo? ¿Estás ocupado?

No.

—No, ¿por qué?

—Nada, es que suenas un poco, um... Distante. —Ahora él también sonaba tenso y Jungkook tuvo que dejar de caminar y cerrar los ojos un momento para tranquilizarse, porque su pecho se sentía pesado de repente y si no dejaba de apretar la mandíbula iba a romperse los dientes.

Por favor, pensó, esto no.

Porque conocía muy bien esos silencios. Porque eran los mismos que había tenido últimamente con Jieun solo que, esta vez, podía ver que emanaban de sí mismo.

Mientras Taehyung hacía un esfuerzo palpable por entablar una charla y él le respondía con monosílabos, tratando de regular su respiración, se dio cuenta de que estaba allí. Esa sensación. Esa incomodidad extraña que no había sentido con él ni siquiera al principio de su relación. Pero, ahora, la sintió súbitamente, agazapada en algún punto entre ambos y deslizándose lentamente para tapizar su conversación como una serpiente enroscándose alrededor de su presa antes de apretar.

Olympic - TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora