Capítulo 21

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Ya paso una hora, llevo listo hace 30 minutos así que decido bajar. Cuando llego a la recepción esta elena esperándome sentada en un mueble.

—aquí estoy —le digo

—bien, vámonos —me toma de la mano.

—¿oye, a donde me llevas? —pregunto.

—iremos a una feria —anuncia— vi en internet que hoy se haría un festival ahí, así que quiero ir.

—no me gustan las ferias —protesto.

—¡aanda! Te va a gustar, solo nos queda un día en Bélgica no seas así

¿Cómo es que una asistente tan diligente se puede comportar como una completa niña caprichosa?

está bien... —no es como si me pudiera negar.

***

Elena me hizo conducir por la ciudad hasta llegar a ese lugar; un bullicio ensordecedor, gente riendo y chillando, no estoy acostumbrado a nada de esto. realmente esta mujer está loca, como se puede ver tan a gusto en un lugar así.

—anda, vamos a subirnos en todos los juegos que podamos —fue de a brinquitos a la boletería.

¿Enserio estoy haciendo esto?

Entramos al lugar y antes de darme cuenta elena ya me había arrastrado a una fila para subirnos a una atracción. Mientras esperamos me dedico a verla dar saltitos de alegría, aparentemente le gustan muchos los parques de atracciones, creo que ni nota que esta emocionada como una niña, su pelo rojo atado en una cola alta se mueve de un lado a otro, lleva una gorra con el nombre del lugar y un patito pintado que no sé en qué momento compro, que sorprendentemente le queda muy lindo pues hace juego con su pantalón, lleva unos shorts un poco anchos que se tambalean cada vez que da saltitos.

—nos toca —anuncio— ¡Hey! nos toca.

Me zarandeó como a un muñeco.

—sí, sí, ya te escuché mujer —reaccioné.

Nos montamos en una atracción muy lenta realmente, era como un barco que se metía por un túnel o algo así, el maquinista dijo algo de un túnel del amor, elena se puso roja al escuchar eso y dijo que se equivocó de fila, pero yo no estaba dispuesto a hacer otra fila, así que la tome de la mano obligándola a sentarse.

Tarde me di cuenta de por qué se puso roja, el túnel estaba todo lleno de luces rojas y corazoncitos empalagosos, música romántica de época y animatrónicas besándose.

Ella se tapaba la cara de la vergüenza, yo trate de aliviar el momento haciendo conversación.

—oh, ese muñeco esta sin un brazo, este lugar se está deteriorando.

Ella levanto la cabeza.

—y ese corazón ya no brilla —dijo.

—enserio te gusta venir a este tipo de cosas deterioradas y asquerosas — señale un pequeño charco de algo extraño que burbujeaba en una esquina del barco.

—eso es asqueroso —hizo gesto de asco para luego reírse.

—¿y por qué te gusta? —pregunte.

—mis padres me llevaban de pequeña, pero había cosas a las que no me podía subir por la estatura, así que aprovecho ahora que soy alta —alzo la cabeza orgullosa de su altura.

—ni tan alta —hice gesto de medirnos.

Ella me fulmino con la mirada.

—Deberíamos limpiar eso —señalo el charco de antes.

Placer y PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora