Capítulo 38

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Elena:

Hoy es mi primer día viviendo en esta casa, ayer Maximiliano me ayudo a acomodar todas mis cosas en diferentes lugares de la casa, pegue algunos posters en su habitación pues ahí voy a dormir ahora, y casi toda mi ropa mi ropa está en su closet... bueno, nuestro closet, él dijo que ahora soy la que manda en esta casa, dio órdenes específicas para que se haga todo lo que yo diga.

Hoy es fin de semana así que no fuimos a la universidad, Maximiliano quien se acostó muy tarde anoche sigue aun durmiendo, ahora que ya no trabajo en la empresa el trabajo que antes era para los dos ahora es para el solo así que luego de ayudarme a guardar cosas y una noche de sexo caliente, Maximiliano recibió una notificación de un trabajo que debía entregar, así que nos quedamos hasta muy tarde haciéndolo, por el cansancio de todo el día más la universidad me quede dormida sin notarlo, pero el termino el trabajo y lo envió.

Me levanté con cuidado de la cama, me di una ducha y me dirigí a la cocina quiero prepararle un desayuno como el que el me preparo ese día en la casa del faro.

Al llegar estaban Carmen y Demian en la cocina. Ambos llenos de harina.

—wow, buenos días —saludo— empezaron su mañana activa.

—buenos días, señorita Elena —saluda Carmen— estamos horneando unos pasteles.

—ya veo, y ¿para qué son esos pasteles? —curioseé.

—son para Emily, hoy es el día de juegos —informo.

—¿día de juegos, que es eso? —pregunté.

—maxi no te dijo, será despistado —reprocho, y luego procedió a explicar— una vez al mes a Emily la dejan pasarse el día entero y amanecer hasta el otro día aquí, entonces hacemos un día de juegos, maxi, ella y yo; y ahora también tu.

Eso no me lo esperaba...

—¿y cuando viene Emily? —pregunte.

Demian miro el reloj de la cocina.

—en media hora —contesto.

—bien —Sali disparada de ahí para dirigirme a la habitación donde Maximiliano aun dormía.

—amor... amor—susurré a su oído acompañado de unos toquecitos— despierta, hoy es el día de juegos.

Luego de unos cuantos intentos más Maximiliano despertó.

—buenos días preciosa —sonrió.

—buenos días mi vida, hoy es el día de juegos, Emily llegara en media hora —informé

—¡cierto! —se levantó de golpe de la cama— mierda lo había olvidado.

—lo sé, Demian me dijo que tipo de ropa utilizas para esta ocasión, así que te busque algo, ahí tienes tu guante de... ¿Cómo se llama esa tela que se usan para trajes de baño?

—de hecho, yo tampoco se —respondió Maximiliano.

Luego de un rato Maximiliano bajo ya vestido con la ropa que le busque.

Unos 15minutos después llego Emily para su día de juegos.

—¿Quién eres? —pregunto la niña— te he visto en algún lugar.

—sí, en una actividad de Demian, nos vimos —respondí a su pregunta— ¿tú eres la novia de Demian, ¿verdad?

—no, ya no somos novios, él no me gusta —dijo la niña tranquilamente.

—pues tu tampoco me gustas a mi —se quejó Demian.

Eso es, nuevo...

Luego de eso pasamos a la sala, jugamos video juegos, comimos, guerras de dardos, pistolas de agua, películas, dulces, comida chatarra; todo lo que le gustaría a un niño, mi niña interior estaba feliz.

—¿Te estas divirtiendo? —me pregunto Maximiliano.

—como nunca —respondí.

*

*

*

Pasaron tres meses así de rápido y ayer fue la tercera vez que participe en un día de juegos, ya Emily me tiene confianza y Demian es cada vez más cariñoso conmigo.

Hoy es domingo y Maximiliano y yo vamos de camino a mi ciudad, hoy Maximiliano va a conocer a mis padres, creo que ya es momento.

—es aquí —señalo una hermosa casita con pintura azul pastel.

A Maximiliano se le salen los nervios hasta por los oídos.

—estas segura de que esto es necesario —pregunto nervioso.

—lo es lindura, tranquilo ellos no comen chicos tan lindos como tú.

Entramos a la casa y mis padres me esperaban ya.

—mi niña, como te ha ido en estos días? —me saludo mi madre.

—bien mami, él es Maximiliano, es mi novio —informe.

—mucho gusto —saludo Maximiliano.

—mucho gusto —se adelantó mi padre dándole la mano con fuerza.

Mi hermana Jessica salió a saludarme.

—¡Eli! —grito al verme—¿cómo estás?

—estoy muy bien, de echo quiero presentarles a alguien —tome a Maximiliano de la mano— él es Maximiliano, es mi novio.

—oh, mucho gusto, mi nombre es Jessica Hoffman y aquel rarito de ahí atrás —señalo a mi hermano que acababa de salir de su habitación con unos audífonos puestos— es Noa, también hermano, mi otra hermana no se encuentra.

Los ojitos de mi hermano se iluminaron al verme.

—¡Eli! —corrió a abrazarme— ya me hacías falta, ya salió en físico la reedición de <<Lienzo Rojo>>

—¡bien! —festeje— es el libro más reciente de nuestra autora favorita, es sobre un asesino que les envía un cuadro a sus víctimas de cómo van a morir antes de matarlas, la editorial saco una versión con ilustraciones.

—de hecho, a mi hermano le gusta esa escritora, así que compro dos de estas reediciones, si gustan puedo conseguirles una —se ofreció Maximiliano.

—¡si!... digo, si está bien —mi hermano no pudo ocultar la emoción.

—te le traeré la próxima vez que vuelva ¿sí?

—si —asintió mi hermano.

Maximiliano se supo llevar perfectamente bien con toda mi familia, a mi padre se lo gano con un poco de deporte, a Jessica con su encanto de chico lindo, y a Noa con sus habilidades frikis.

Si que es bueno en esto, llegada la noche tuvimos que irnos a casa pues toca universidad.

***

Son la ocho de la noche, Maximiliano y yo llegamos de la universidad, ambos estábamos agotados así que tomamos una siesta, pero esta se vio interrumpida por una visita inesperada...

—señorito Maximiliano, lo buscan —comento Carmen con detenimiento.

—bien —respondió Maximiliano.

Me levante junto con él y ambos nos dirigimos a la sala, el bajo más adelante, y justo al bajar se quedó paralizado, cosa que me dio un inmediato mal presentimiento.

Una hermosa mujer de curvas resaltadas, pelo corto negro, se acercó a Maximiliano, su porte era de una mujer de negocios, realmente hermosa y segura; todo eso lo pude notar en un primer vistazo, pero nada de eso importo cuando justo una décima de segundo después la mujer se acercó a Maximiliano que aún estaba paralizado, tomo su cara entre sus manos y le planto tremendo beso.

Él se alejó y yo inmediatamente reaccione.

—¿quién es usted? —baje los escalones que me faltaban.

—Christina —dijo Maximiliano.

¿Christina?

Cris...

Placer y PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora