Capítulo 34

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Elena:

Han pasado horas y ya no tengo casi fuerzas, mi cuerpo duele por los golpes y Mark no ha dejado de apuntarme con su pistola.

Llegamos a un lugar que me parece conocido, hay una casa que parece abandonada en frente.

—vamos, bájate —paro el auto y me obligo a bajar.

—¿qué ocurre?

—a la mierda con Kendall, ella es una zorra de mierda, hagámoslo aquí mismo —dijo.

—¿Qué?, no deberíamos ver a... Kendall primero —trate de convencerlo.

—no me importa Kendall lo hacer contigo —se acercó a mi acorralándome contra el auto.

—¡no, déjame! —grite.

El siguió acercándose a mí y empezó a besar mi cuello.

—¡suéltame! —le di una patada en la entrepierna y traté de huir.

—¡maldita perra! —grito, me haló del pelo hacia el dándome una cachetada que me desoriento por un momento—te voy a coger y si no te embarazas voy a matarte aquí mismo.

Me arrastro a la casa abandonada y me tiro en un montón de paja que había allí.

—¡suéltame, suéltame! —grite con todas mis fuerzas, patalee, y trate zafarme.

El empezó a manosearme, asquerosas manos sobre mí, en mis pechos bajando a mi entrepierna, grité, grite hasta que me dolía la garganta; y entre manoseos, forcejeos y cachetadas, entendí que nadie llegaría, seria asesinada por mi ex, solo luego de utilizar mi cuerpo como él quiera. ¿Cómo llegue a esta situación? no he logrado ni terminar la universidad aun, ¿Por qué me ocurrió esto a mí?

Dejé de luchar, ya no tenía fuerzas, solo cerré los ojos; pensé en Andrea, ella debe estar muy preocupada, mis padres, espero que aún no sepan que desaparecí... Maximiliano el... dijo que yo le importo, enserio me debí haber quedado con él esa tarde.

—¡maldita mierda, quita tus asquerosas manos de encima! —escuche una voz cargada de molestia. ¿Quién era? Su voz me parece conocida.

Abrí los ojos, con un ápice de esperanza; era el, Maximiliano, él está aquí vino por mí.

Mis ojos no creían lo que veían, pero una sola acción vasto para traerme al mundo real nuevamente.

Mark saco su pistola y apunto justo a la cabeza de Maximiliano. Mi corazón latió muy fuerte, no supe que hacer, si me movía él podría disparar, pero si no hacía nada lo mataría.

—eres un hijo de puta y por eso te vas a morir —dijo Mark

Maximiliano estaba sobre el con su guante lleno de sangre. En un rápido movimiento esquivo la pistola haciendo que a Mark se le zafe un tiro, que me asusto, luego le quito la pistola, Mark le dio un golpe en la cara y aprovecho para levantarse y sacar una navaja de su bolsillo. Todo paso muy rápido, solo vi como Mark corro hacia mí y cayó al suelo, sonó un nuevo disparo; Maximiliano fue quien disparo a la pierna de Mark.

Tiro el arma a un lado y ce acerco a él, lo tomo de la camisa y le quito la navaja.

—¡eres un maldito imbécil! Como te atreves a golpear a elena, mira como la dejaste maldito —lo golpeaba una y otra vez cada palabra que decía iba acompañada de un golpe. Nunca había visto a Maximiliano tan alterado.

Mark estaba casi inconsciente, las manos de Maximiliano estaban rojas, se volteó a verme y dejo al imbécil tirado en el suelo para acercarse a mí.

—oh, mira cómo te dejo ese idiota, ¿estas bien? ¿no te llego a hacer nada... como lo que quería hacer ahora verdad? —tomo mi cara con suavidad— oh, mierda, te ensucie con la sangre de este bastardo.

Placer y PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora