Maximiliano:
Me duele la cabeza, anoche no podía dormir por lo que paso con elena no la he vuelto a ver en línea ni he sabido nada de ella, me puse a beber a medianoche y ahora tengo resaca, Me levanto con una cara devastada por el alcohol y me meto a la ducha.
<<Yo no te importo de la forma en la que tú me importas a mi>>
Las palabras de elena pasan nuevamente por mi cabeza, como dice que no me importa como yo le importo; maldita sea esa cabeza dura claro que me importa, si no dije nada antes fue porque no supe cómo reaccionar, elena me hace sentir cosas que nunca había sentido con nadie; ni siquiera con...Cris.
Salgo del baño y escucho sonar mi teléfono, es ¿Andrea? Sin dudarlo descuelgo el teléfono.
—¿Andrea? Buenos días —salude— ¿Qué ocurre?
—buenos días, es que quería saber si elena paso la noche en tu casa —respondió al otro lado de la línea.
¿No paso la noche en su casa?
—no, ella no paso la noche aquí, ¿intentaste llamarla?
—me pase toda la noche llamando, estoy preocupada, ella me avisaría a donde fue y no he podido dar con ella —informo Andrea.
—la llamare a ver si a mí me responde o quizás lo tiene apagado.
—bien —dijo Andrea
—la llamare del teléfono del trabajo, si está ocupada y ve que es del trabajo contestara.
—gracias, te avisare si la encuentro —corto la llamada.
Esto me da un mal presentimiento.
Rápidamente me visto, me dirijo al despacho y la llamo desde el teléfono, pero me sale el buzón de voz, ¿Dónde puede estar?
Llamo a Alejandro, el me ayudara a encontrarla en caso de que se haya ido a algún sitio sin avisar; pero es que no tiene sentido que desaparezca así, ella siempre avisa, incluso ayer me aviso a donde iba al salir.
Una idea cruzo por mi cabeza por un momento, sentí como si mi corazón se detuviera, y me quedé parado estático en medio del pasillo. ¿y si elena... y si Mark se la llevo? Ella nunca se iría con él por su propia voluntad y menos sin decirle a Andrea.
—Max, ¿Qué ocurre, Encontraron a camely? —pregunto Alejandro al llegar.
—elena...ella. ¡nos vamos! —ordene.
—¿Qué? Pero si acabo de llegar —protesto Alejandro.
—vamos a la empresa —dictamine.
—bueno, bueno, pero cálmate —Alejandro fue tras de mí.
Subimos al auto y montamos camino. Esa idea no salía de mi mente ¿y si ese imbécil la secuestro? No, no puede ser ¿verdad? Ella es fuerte, no se dejaría ¿cierto? Pero por si acaso hay que corroborar.
—Buenos días, señor Maximiliano —saludo la recepcionista.
—busco a mi padrino —informe ansioso.
—él está arriba, pero creo que está en reunión —informo la chica.
—bien —me dirigí al ascensor para subir a su oficina.
Al subir, efectivamente él estaba en una reunión, pero eso no me importo; fui directo a abrir la puerta cuando Alejandro detuvo mi mano.
—espera, no puedes interrumpir una importante reunión de negocios para conseguir un teléfono por una suposición —argumento.
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Placer y Pecado
RomanceElena Hoffman una estudiante universitaria de 19 años, consigue un empleo como asesora en administración de empresas del futuro heredero de una importante compañía, el sexy y excéntrico Maximiliano Walton, con una mirada tan seca y monótona que la...