Capítulo 30

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Elena:

Realmente estoy muy molesta ahora mismo, Maximiliano tiene razón y odio que él tenga razón. El maldito de Mark me ha tratado como a una estúpida mojigata, no pienso volver permitir que sea así.

Luego de que me dijo todas esas cosas me fui inmediatamente, no podía quedarme ahí, no quería, mi corazón no podría soportarlo, aún después de confesarme y ser rechazada me sigue gustando el muy idiota y el no ayuda buscándome todo el tiempo, estando al pendiente de mí y defendiéndome.

Hoy en la tarde tenemos que ir a ver un edificio que puede ser la futura posible cede de la empresa de Mark; no quiero ir y menos con él, es la persona a quien menos quiero ver, pero ahora debemos trabajar juntos en este maldito proyecto.

—¿cariño? —me hablo Andrea— ¿te ocurre algo?

—pareces perdida —añadió Dani.

—es solo que... estoy, estoy estresada, con lo del trabajo con Mark —me ahorre lo de Maximiliano— realmente no quiero tener que verlo todos los días, ni siquiera quiero verlo, es molesto, y... el siempre hace comentarios hirientes y yo por alguna razón no lo pongo en su maldito puesto.

—el un imbécil de mierda —soltó Andrea.

—¡wow! —exclame.

—¿Qué ocurre? —pregunto Andrea.

—es que tú, pues no sueles ser tan mal hablada, me sorprende, y más de él, siempre te abstuviste de hablar ml de el por ser amigo de Jonathan.

—yo ya no... ya no estoy con Jonathan, pudo hablar todo lo mal de el que quiera —indico Andrea.

—¡eso! Aplaudió Dani.

Reímos durante un rato, luego llego Líamm y centramos nuestra atención en molestarlo pues se puso una mascarilla para el pelo que le recomendó una compañera y le quedo verde.

—son crueles, muy crueles, ¿lo sabían? —refunfuño Líamm.

—tranquilo guasón —se burló Andrea.

—de echo soy más fan de Marvel que de DC —señalo Líamm

—muy desacertado tu comentario Andrea —se burló Dani.

—muy disicirtidi ti comintirio indrii se burló Andrea a su vez.

Y así pasamos todo el receso, hablando, riendo y burlándonos de Líamm; no me gusta mucho socializar demasiado con la gente, pero ellos lo facilitan mucho, me hacen reír con cualquier cosita, no me he preocupado por Mark o Maximiliano.

(Incluso había olvidado el hecho de que tendré que ir a ver ese edificio con Mark.

***

Ya casi es hora de irse a casa, Sali a comprarme algo de beber y de paso imprimir unas hojas de un examen. Luego de comprarme un jugo de chinola (mi favorito, por cierto) fui a la impresora, mientras mis hojas se imprimen noto que el nombre de la compañía walton sigue ahí.

No puedo creer que haya pasado tanto, ya tengo casi un año trabajando ahí, para Maximiliano, si hubiese hablado con mi yo de ahora en ese entonces y me dice que no solo cogería con el dueño de ese lugar, sino que también y para colmo me enamoraría de él no me lo creo, nadita.

Pero aquí estoy yo enamoradísima del muy pendejo, rechazada y pronto desempleada.

—¡oh! Elena, ¿Qué haces aquí? —escuche esa voz, esa que eriza mi piel cada que la escucho.

Volteo y lo veo a él, el motivo de mis actuales problemas, maldito sea el amor. Mi corazón empieza a latir cada vez más fuerte al ver que se acerca a mí.

Placer y PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora