Ya ha pasado un mes desde que estoy con Nick, dos meses desde que deje a Maximiliano, ya tuviéramos cinco meses juntos; este mes es su cumpleaños, realmente espero que él sea muy feliz con Christina.
Yo estoy feliz con Nick, salimos a ver películas y comer juntos, hemos tenido sexo unas tres o cuatro veces, él es muy gentil y eso es bueno, aunque siento que aún falta algo.
Hoy me decidí a buscas todas mis cosas en casa de Maximiliano, no me importa si veo a Christina ahí, o tengo que ver toda su felicidad como pareja reconciliada.
Con decisión tome un taxi hasta la casa de Maximiliano, pase el jardín frontal y toque la puerta.
—¡señorita elena! —saludo Carmen que fue quien me abrió la puerta.
—hola, Carmen, ¿cómo estás? —salude.
—Qué bueno que está aquí, el señorito Demian se alegrara de verla, pase, pase.
Entre cuidadosamente para evitar toparme con Christina.
—donde esta le señora Christina —le pregunte a Carmen.
—oh, ella se fue hace un mes, pero el señorito Maximiliano no ha vuelto —respondió Carmen.
—¿qué quiere decir con no ha vuelto? —inquirí.
—¿no lo sabe? El señorito Maximiliano se fue de la casa el mismo día que usted, dijo que no estaba dispuesto a vivir en una casa con una mujer que no es su novia —explico Carmen.
¿Qué? Pero eso no es lo que me dijo esa mujer...
—y ahora por que no está aquí — pregunte.
—él dice que no tiene sentido volver si usted no está —respondió Carmen— ahora está viviendo en la casa del faro, no sale, solo bebe y se lamenta, no quiere ver a nadie.
Llegamos a la sala y Demian estaba sentado en la sala leyendo un libro.
—¡elena! —grito al verme— que bueno que estas aquí.
—hola, Demian, como estas —le di un abrazo.
—¿fuiste a ver a maxi? —preguntó
—¿debería? —cuestione.
—claro que si, por favor vea verlo él no se ve bien, a parte necesitas la llave de su habitación para llevarte su ropa —argumentó.
Bueno creo que tendré que ir a la casa del faro...
***
Estoy muy nerviosa, tengo casi dos veces sin ver a Maximiliano, mi corazón late muy rápido. Toco la puerta esperando alguna respuesta, pero no recibo tal cosa, vuelvo a tocar con insistencia.
—¡no moleste váyase! —grito Maximiliano.
—¡abre, soy elena! —grite de vuelta.
Se escucho un traqueteó y en dos segundos la puerta estaba la puerta abierta.
—¡elena! —ante mi apareció un ojeroso y despeinado Maximiliano, olía a alcohol y llevaba un pantalón solamente, parece haber estado haciendo ejercicio pues estaba un poco sudado, no llevaba su guante y su tatuaje se mostraba sin ningún tipo de importancia.
—vine a buscar la llave de tu habitación, quiero llevarme mi ropa —aclare.
—elena, por favor... tenemos que hablar —suplicó.
No puedo verlo así, por más que me haya hecho sentir mal, me duele verlo así.
—entremos, te voy a escuchar —dije.
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Placer y Pecado
RomansaElena Hoffman una estudiante universitaria de 19 años, consigue un empleo como asesora en administración de empresas del futuro heredero de una importante compañía, el sexy y excéntrico Maximiliano Walton, con una mirada tan seca y monótona que la...