Capítulo 24

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Ya acabaron las clases y voy directamente a la cafetería en busca de Andrea, cuando la encuentro voy directamente a su mesa.

—¿qué tal te fue con tu cámara? —pregunte.

—pues el profesor se molestó por que le tire una foto sin peluquín y casi me quita la cámara —dijo Andrea.

—Andrea que hacías tirándole fotos a un profesor? —pregunte.

—eso fue innecesario debo decir —dijo alguien a mi espalda.

—Dani dónde estabas? —pregunto Andrea.

—yo diría que fue super necesario —dijo otra voz esta vez masculina.

—ves él me apoya —dijo Andrea.

Pronto reconocí las voces como Daniara y Líamm, dos amigos de Maximiliano con los que también se amigó Andrea.

—pues ella me apoya —dijo Daniara sentándose a mi lado.

Sin notarlo me vi envuelta en una conversación un poco sin sentido de por qué Andrea es una imprudente, y así nos pasamos gran parte del receso, resulta que son más agradables de lo que pensaba, Dani es muy asertiva y da respuestas muy difíciles de refutar; Líamm por otro lado es muy cariñoso y se ha vuelto cercano a Andrea.

Un rato después llego Alejandro junto a Maximiliano y Theo, el novio de Dani.

—¡camely! —grito Alejandro alzando las manos y corriendo peliculisticamente hacia mí.

Todos se quedaron con cara de ¡¿qué demonios?!

Yo solté la carcajada y choqué sus manos con todo y brinquito.

—no te importa que tu bestie sea mi bestie también verdad? —pregunto Alejandro a Andrea.

—estoy es confuso, pero está bien —respondió Andrea

La cara de Maximiliano era un poema, no sabía que carajo pasaba, solo se quedó ahí a espera de una explicación que nadie le daría, o eso espero.

—oye —Alejandro se acercó a Andrea— ven quiero mostrarte algo.

La tomo de la mano y se la llevo sin más, yo apenas y procesé lo que ocurrió; durante un rato hablamos Dani y yo, pero ya después de un rato Dani, Theo y Líamm se tenían que ir, le hice todos los gestos del mundo para que no me deje sola con él, pero ella al parecer no entendió. Así que me dejo sola con él, intente levantarme, pero de repente Maximiliano se sentó a mi lado.

—me dirás que te pasa? —pregunto.

—de qué? —fingí ignorancia.

—elena, aunque no lo creas ya te conozco lo suficiente como para haber notado que algo te molesto esta mañana, pero aún no sé qué fue —dijo

Entonces si se dio cuenta de que me molesto, pero no le diré porque, no estoy lista para ese tipo de conversación con él.

—no me pasa nada, tranquilo —mentí.

Se acerco más a mí, hasta estar a una distancia lo suficientemente cerca como para poder oler su shampoo.

—Eli, no me gusta que te enojes conmigo ya sabes eso —dijo a mi oído.

Genial ahora hasta me da un apodo, ¿cómo se supone que voy a alejarme de el sí me habla así?

—anda, dime que te sucede —volvió al ataque—si hice algo mal lo solucionare.

—no hiciste nada mal, tranquilo—mentí de nuevo.

—y que es lo que te pasa entonces? —pregunto.

Placer y PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora