Capítulo 32

5 1 0
                                    


Elena:

Mark está sentado en un sillón leyendo el periódico. Yo estoy tirada en la cama mi cara duele por los golpes sospecho que se va a hinchar, ayer intente salir, pero Mark no me dejó, no he comido nada y anoche tuve que dormir amarrada y el abrazándome, fue asqueroso, por suerte aún no se le ha ocurrido tocarme, o eso creo.

Andrea tiene que estar preocupadísima por mí, la conozco se imaginará lo peor, espero que Líamm, Dani o Alejandro estén con ella, ella aun no podrá manejas sola un ataque de ansiedad con todo lo que ha estado pasándole.

El teléfono de Mark sonó.

—¿ocurre algo señor walton? —pregunto Mark.

Maximiliano.

Me abalancé a donde estaba Mark gritando.

—estoy aquí —una fuerte bofetada me paro a medio grito, la llamada acabo.

—que es lo que ten pasa maldita perra de mierda —me tiró al suelo ahorcándome—es que quieres que nos encuentren, te matare si es así, nadie va a encontrarte.

El aire empezaba a escasear en mis pulmones, forcejeé, pataleé, pero Mark es más fuerte que yo, está loco ¿realmente va a matarme?

La impotencia y el miedo se apoderaron de mí y lágrimas empezaron a correr por mis mejillas mientras Mark me ahorcaba.

—por... favor —pronuncie.

Mark me miro con esa maldita sonrisa de mierda, y luego empezó a reír a carcajadas.

—siempre has sido una perra llorona —me tomo del pelo tirándome a la cama—no vamos de aquí.

—¿a...dónde vamos? —trate de recuperar el aliento.

—eso no te importa —dijo tomando un florero que estaba en una repisa.

—¿que ...para qué es eso?

Se acerco a mí y sin previo aviso me propino un fuerte golpe en la cabeza dejándome nuevamente inconsciente. Todo se iba oscureciendo.

***

No sé cuánto tiempo paso, estoy acostada en el asiento trasero del auto de este imbécil, no sé a dónde vamos, tengo manos y pies atados.

—oye, oye, ¿A dónde me llevas? —pregunte.

—Hoffi, despertaste —me dio una sonrisa vacía.

—a donde me llevas Mark, dímelo, aun tienes tiempo de volver a la ciudad, no diré que me secuestraste, no te pasara nada —mentí.

—debí amordazarte también para que cierres la boca —refunfuño.

—¿por qué haces esto? —pregunte.

—oh, mi querida Hoffi, eres una maldita perra preguntona, pero solo por esta vez responderé a tu pregunta.

Me quede callada esperando a que él diga algo

—pasa que me casé con Kendall, bueno no me case, pero vivimos juntos, y ya me aburrí de estar con ella, no aguanta nada, es una maldita sumisa de mierda, me dice que si a todo, pero se negó a darme descendencia, dice que no tendrá un bastardito como yo en la barriga por nueve meses.

...así que voy a llevarte a casa para que cojamos como lo hacíamos antes, pero esta vez frente a ella para que vea como hago descendencia sin su ayuda. Luego duraras conmigo hasta el parto, ya quizás luego te deje ir o tendré más descendencia, o que pase primero. Mira aquí tengo una foto de ella —me mostro la foto en el teléfono.

Mi piel se erizo y no pude articular palabra. Que es lo que me planea hacer ese maldito, el loco, esa foto el... Tengo que salir de aquí antes de que haga algo como lo que planea hacer... debo mantener mi cabeza fría, no le tendré miedo a este imbécil, aunque me golpeo repetidas veces y casi me ahorca hasta morir.

Enserio no quiero que me haga nada, no le tengo miedo a él, pero el parece más peligroso que de costumbre. Bien esperare a estar cerca de la civilización y cuando se descuide saldré del auto, aunque sea dando brinquitos; aunque es mejor si busco como romper estas sogas.

—paremos aquí —anuncio Mark.

Bien en cuanto se descuide saldré.

Me desato de pies y manos y me saco del auto; ya estaba lista para golpearlo y correr cuando sentí algo en mi abdomen presionándome, al mirar mi sangre se helo, Mark tiene un arma, ¿enserio piensa asarla? Que pasara conmigo si trato de huir él podría... disparar.

—Hoffi, si intentas huir o pedir ayuda te juro que volare tus intestinos —aseguro Mark.

Debo ser más discreta si no quiero morir.

Entramos a una colorida cafetería, había gente riendo y hablando, familias, parejas y demás, un pensamiento me aturdió de repente << ¿y si mata a algún inocente en mi intento de escape?>> no puedo permitir eso. A ver piensa, piensa...

¡Bingo!

Hay una señal que discretamente puede hacer una víctima sin repercusiones mortales si no es descubierta. Sintiéndome como un genio por recordar semejante idea y auto engañándome con una falsa victoria para olvidar que me están apuntando con una pistola mientras como.

—oye necesito algo de beber —le susurro a Mark.

—y no sabes pedirlo tu misma —me reclama.

Llamo a una camarera para pedirle algo de beber y aprovechando que Mark no está pendiente, levanto mi mano con la palma hacia ella, doble el pulgar y cerré el puño encerrándolo, esto lo acompañé con un gesto desesperado.

La chica me mira confundida por un momento, y luego repite el mismo gesto saludándome. Sera estúpida, alarmada volteo a ver que Mark no la haya visto, por suerte no.

La camarera no entendió, bien lo intentare nuevamente, ubico a alguien que entendería, al final me decido por una madre sospecho que soltera, está sentada frente su hija, repito la operación esperando a que reaccione de alguna manera, pero quien reacciona es la niña.

—mami —le susurra la niña— esa señora esta secuestrada.

—¿qué señora, porque lo dices? Pregunta su madre también en susurros.

—ella hizo esto—repitió el gesto por debajo de la mesa para que solo su madre lo vea.

—y que significa eso? —pregunto su madre.

—que está en peligro, la profesora dijo que si alguien hace esa seña debemos llamar a la policía inmediatamente.

La mujer volteo a mirarme, hice la cara más lamentable que me salió hacer, la mujer asintió, tomo a su hija de la mano y salió, dio la vuelta y se paró en la ventana frente a mi mesa y la vi hacer una llamada.

Bien solo debo esperar unos cinco minutos y la policía vendrá a ayudarme y podre alejarme de este t...

—nos vamos —anuncia.

—¡no!, espera... aun no termino mi comida.

—no me importa, camina —me apretó aún más con la pistola, había olvidado que estoy con un psicópata que puede que sea un asesino.

Placer y PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora