XV

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-¿Puedo quedarme a dormir?- Satoru fue el primero en romper el silencio abrumador que envolvía la habitación y que ahogaba a los dos presentes.

-¿Y Megumi?- Todavía seguían reposados en los brazos contrarios

-Shoko se queda a dormir en la casa cuando vengo a las oficinas porque regreso tarde, no importa si hoy no regreso- Parecía un bebé grande, enterrando su nariz y boca en el espacio entre el hombro y el cuello, buscando calor o buscando consuelo.

-No- No titubeó.

-Dale, di que sí, hace frío y va a llover y ya sabes, manejar en la lluvia es peligroso y esas cosas.

-Está bien- Tampoco puso tanta resistencia, tal vez si quería que se quedara, pero dudaba demasiado y eso era un problema para el en general, cuando se trataba de trabajo, el rubio tomaba decisiones con la cabeza y corazón fríos, pero cuando se trataba de su vida personal, era como si no supiera lo que quería en verdad o tal vez si sabía, pero pensaba que ya no lo merecía.

Satoru saltó y celebró mientras abrazaba a Kento, este solo lo miraba discretamente, como si lo analizara, le parecia algo extraña la reacción de Ino, a él solía caerle bien todo mundo, pero no le quiso prestar tanta atención.

-Déjame preparo un futón extra- El rubio se separó de los brazos del peliblanco y comenzó a subir las escaleras.

-No puedo dormir contigo?- Sato lo comenzó a seguir.

-Dormiremos en el mismo cuarto, pero no quiero dormir en el mismo futón que tu, me da cosa.

Satoru si quería dormir con él, apoyar su espalda en su pecho y aferrarse a él, como si buscara refugio al frío.

-Me conformo, ¿puedo tomar tu mano?

-No

-Ta bien

Cuando finalmente llegaron al cuarto Satoru le ayudo a Kento a bajar las mantas y almohadas y el rubio las acomodó para que quedaran juntos. Nanami le prestó una pijama a Gojo de esas que no tenían mangas y eran de short para que le quedara mejor y el se puso una de tela ligera por si hacía calor pero larga para que lo tapara del aire que entraba por la ventana

Ambos se acostaron y apagaron la luz.

-Nanamin

-¿Qué sucede?- el rubio ya estaba cansado, quería dormir.

-Buenas noches, descansa.- Satoru apretó un poco más su mano y se acurrucó contra ella.

-Gracias Gojo, descansa, hasta mañana.- El peliblanco terminó por pegarse a su brazo, como si fuera una almohada y no pudiera dormir sin ella.

Ambos traían bastante cansancio por encima del que ellos ni cuenta se dieron, por lo tanto cayeron dormidos a brazos de Morfeo.

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Eran las 3 de la mañana, Nanami se levantó por un vaso de agua, un hábito que tienen desde pequeño para evitar el feo olor en su boca en las mañanas, apenas se había destapado cuando sintió una mano en su antebrazo, era un toque con presión, pero en si era un agarre débil. Nanami volteó su mirada al hombre a su lado, estaba agarrando el borde de la manga de su pijama.

-No te vayas, no estoy viejo, yo no lo hice, no me dejes solo, no otra vez.- Todo eso salió de la boca del peliblanco en débiles susurros, uno más débil que el anterior al igual que el agarre en su mano, Nanami no se movió, si no que, espero a que Satoru lo soltara por cuenta propia, fue cuestión de minutos, pero al final su mano pálida cayó al suelo como si estuviera muerto, el rubio se le quedó viendo un rato y se paró por completo dispuesto a ir a la cocina; mientras bajaba las escaleras se puso a pensar en si Gojo tenía problemas en casa, aunque según lo que Yuuji le contó, en la casa de Megumi solo viven el y su hermano y que la hermana de Megumi estaba de viaje, no menciono nada sobre algún otro pariente, parece que el puesto de barbacoa era de su padre.
Después de servirse un té y su vaso de agua se sentó junto a la isla que se mostraba inerte en el centro del cuarto de cocina desde que se construyó.
Recordó como se sentaba a tomar café por las noches con Haibara frente a él y como el comía pastel antes de dormir, como le caía pesado y ya no podía dormir y por consiguiente Kento lo abrazaba mientras Yu le contaba sobre su día, sobre sus planes, sobre su boda, a quien iban a invitar, que iban a comer, que colores iban a usar y una centenar de cosas más, Nanami ni estaba tan interesado en el evento, solo quería casarse con Yu, por eso había dejado que él decidiera todo, a veces piensa en como el y Yuuji se hubieran llevado muy bien, a veces le encantaría regresar en el tiempo y revivir todos esos momentos, a veces simplemente trabaja para okvidarlo por la idea de que cada que lo desea no deja que su prometido descanse en paz como debe de ser. Quería empezar todo de nuevo, pero tal vez, Yuuji y Satoru eran ese nuevo comienzo.

Estuvo tan inmerso en sus pensamientos que no se dio cuenta de los brazos que lo rodearon, ni del hecho de que sus bebidas estaban terminadas por completo.

-Pa, ¿te sientes bien?

-Si Yuu, me siento muy bien.- Nanami le regresó el abrazo al pelirosa y se recargo en él, se abrazaron un largo rato hasta que Yuuji se separo.

-Ve a dormir pa, pensar mucho no es bueno. - Yuuji comenzó subió las escaleras.

-Si Yuu, no te preocupes, descansa mi sol.

-Tu también pa, hasta mañana.

-Hasta mañana.

Con eso último Yuuji desapareció en la oscuridad de las escaleras y se metió al cuartos donde la manga de simios a quienes llamaba amigos estaban tirados por todos lados, Nobara y Maki se encontraban juntas pero desparramadas en el suelo, se habían salido de su futón e Ino quien estaba en su cama también tenía medio cuerpo fuera con la cabeza en el piso, Yuuji lo bajó por completo y se acostó el solo en su cama.

Amor a solo un taco [Nanago]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora