XIX

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-Quédate dónde estás yo voy por ti.

-Muy amable de tu parte, estoy en la entrada, dónde está el Inbursa.

-Vale ya voy.

-Muchas gracias.

La llamada se cortó y Satoru corrió hacia donde estaba el otro con cuidado de no sudar para no apestar la ropa que Shoko le había comprado, al cabo de unos segundo lo logró divisar a la lejos y disminuyó su paso.

-Nanamin- le habló un poco más alto de lo normal y el hombre lo volteo a ver con la mano levantada.

-Buenos días Gojo, gracias por la invitación.

-Gracias a ti por aceptar, ¿Nos vamos?- el rubio asintió con la cabeza y el otro se tomó el atrevimiento de enlazar su brazo con el suyo. Nanami solo se dejó ser.

-Disculpa la pregunta, pero, ¿A dónde vamos?

Satoru comenzó a sudar, no lo había pensado, al final Shoko no lo ayudo.

-Ya verás, no sea impaciente Nanami.

-Está bien Gojo.

Sus decisiones impulsivas le estaban cobrando cuenta, no tenía a dónde llevar al hombre y no quería quedarle mal, recuerda haberlo visto tomar café el día que desayunaron entre todos, entonces asumió que le gustaba y lo llevo al "Cielito Querido", no sabía si el cafe estaba bueno, pero esperaba que si.

Gojo quería subir en el elevador ya que el local estaba hasta el tercer piso, pero Nanami lo convenció de usar las escaleras porque había mucha gente según el y que era más rápido.

Llegaron y Gojo tomo lugar en una mesa dónde cubria el techo mientras el rubio imitaba la acción, tomando lugar en el lago contrario.

-Si quieres podemos ver el menú y ahorita ordenamos.- Sato tuvo que hablar más alto por el cine situado detrás de él y pensó que sería un inconveniente para tener una propia conversación con Kento.

-Me parece bien- el rubio sacó el celular de su chaleco y escaneo el código que se exhibía en el centro de la mesa, deslizó sobre la página hasta que encontró los postres.

Gojo no quería nada de comer porque había desayunado y no hacía tanto frío como la noche anterior, entonces se decidió en un café con leche frío,a diferencia de Nanami que decidió que quería un café americano y pretzel lunar.

-Si no te molesta, dime qué vas a pedir y yo voy.

-Está bien, lo agradezco, quiero un americano y el pretzel lunar.

-Va- Gojo se formó detrás de una señora y observó cómo está miraba a Nanami de reojo, no sabía si era la forma en la que lo hacía o si era el simple hecho de que lo mirara, pero eso no le gusto, de cierta forma logró ver algo de interés en ella, la señora se distrajo al ser llamada por la trabajadora y escucho como pedía el pastel que quería para él pero que se lo iba a dar a Nanami, porque le gusta el dulce, pero le gusta más Nanami y por eso él se lo merecía más que él.

La mujer salió de la fila después de pagar y él avanzó, dio sus órdenes y su mundo se le vino pa bajo cuando le informaron que el pastel se había terminado por el día, la señora escucho eso y Gojo vio cómo se sentó en su silla y sostuvo el plato con el postre hacia el hombre, Nanami no se veía molesto, apenado sí, vió como se negaba a tomarlo y la señora seguía insistiendo hasta que el rubio lo aceptó, Gojo se dirigió a la mesa en lo que esperaba su orden y sacó un billete bastante grande como para un simple pan de promoción, pero había visto como Nanami iba a sacar dinero y eso no le agrado porque el lo había invitado y con su única experiencia en citas que eran las que tuvo con su ex-mejor amigo, novio o lo que sea que hayan sido, en estás el aprendió que el que invitaba pagaba la mayor parte de la cuenta, pero quiso hacer una excepción está vez y pagar todo el mismo.

-Yo se lo pago.- Los dos se miraron a los ojos, la gente ya los comenzaba a notar y estába muy seguro de que alguien estaba narrando en Twitter. - Insisto- Era como si el peliblanco la quisiera hundir bajo tierra a presión.

-No hay necesidad señor yo se lo estoy regalando al joven de aquí - el peliblanco se iba a desmayar por el insulto y el rubio se quería morir.

-Lo digo enserio, agradezco su amabilidad pero no lo quiero. -a Nanami ya se le había ido el apetito y empujó el plato hacía el lado de la mesa dónde estaba la señora.

Esto, por lo visto, la ofendió bastante y por alguna razón se lanzó hacia a Gojo a cachetearlo diciendo una y otra vez que fue su culpa.

Nanami y una joven del local intentaban separarlos pero simplemente no sé soltaban, uno de los clientes llamo a un policía de la plaza y este entró a tratar de quitar a Sato de debajo de la señora, todo iba relativamente bien hasta que sonó como si arrancarán un pedazo de tape seco de un pedazo de madera viejo, todos se quedaron estáticos, los clientes del local se asomaban por encima de los cuerpos intentando ver de dónde había provenido el sonido, la señora no perdió tiempo y empujó a la trabajadora y al de seguridad, ahí fue cuando Nanami los vió, posados en la mano de la señora, aquellas blancas hebras que vió en su almohada esa misma mañana después de que se fue de su hogar, inmediatamente tapó el gran hueco en la cabeza del otro con sus manos y Gojo quiso llorar, el policía echó a correr detrás de la mujer y el acomodo a Satoru en la silla que el había designado para este, sacó un pequeño gorro de su bolso, se parecía a los que usaba Ino e incluso este mismo se lo había regalado, casi nunca lo usaba pero lo traía a todas partes por si lo necesitaba, y de verdad lo necesitaba, lo poso por encima del hueco intentando que el hombre no se sintiera peor de lo que seguramente ya se sentía.

-¿Estás bien Satoru?

-Me duele. Perdón, actúe muy infantil, lo lamento, si quieres nos podemos ir.

-¿Por qué nos iríamos? Admito que tú reacción no fue la mejor, pero la señora estaba mal para comenzar, aparte agradezco que fueras la causa para que, se fuera, de cierta forma.

Satoru no dijo nada, solo lo miró.

-Me estaba incomodando bastante, gracias Satoru.

Una pequeña sonrisa fue lo que Nanami soltó de su boca, Gojo olvidó todo lo que había pasado en las fotos unas horas antes y el inmenso dolor que tenía en su cabeza.

Satoru le sonrió de vuelta.

-De nada Nanamin.

Amor a solo un taco [Nanago]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora