Amor a solo un taco [Nanago]

XXVI

Las cosas seguían calmadas entre ellos, salían de vez en cuando, se llamaban cuando trabajaban, se veían cuando estaban libres y solían dormir en la casa del otro de vez en cuando, Satoru no había mencionado que hacía el resto de la semana, pero mencionó en alguna ocasión que trabajaba algo lejos de ahí y que en ese lugar había conocido al papá de Megumi y Tsumiki. Nanami estaba calmado, se sentía amado por Gojo y el por Nanami, y esa sensación les agradaba bastante.

Poco a poco se volvían más cercanos, no le habían puesto etiquetas a su relación, pero de cierta forma, cada uno le había puesto una en su cabeza y estaban bien con ello, pero Nanami ya no estaba contento con ello, quería a Gojo, quería todo de él, quería cuidarlo y protegerlo de todo mal, se notaba que tenía problemas y quería ayudarlo de cualquier forma que pudiese, en cuanto a Maeumi y a Yuuji, iban bien, se tomaban de la mano, se abrazaban y se daban besos de vez en cuando pero tampoco se molestaron en ponerle un nombre a eso.
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El verano finalmente había llegado, después de mucho aflojar y soltar, Nanami tomó una decisión y un sábado por la mañana se levantó, se arregló, tomó su cartera y se dirigió a la plaza no sin antes citar al peliblanco en un parque por la tarde para tener un picnic recibiendo una respuesta efusivamente afirmativa, envió un mensaje para Ino pidiendo que preparara una canasta como la que le había preparado para una de sus tantas citas, pidiendo de favor que pusiera algo más para comer, apagó su teléfono y al llegar a la plaza bajo para ir a buscar una joyería, no iba mucho por ahí más que las veces que Yuuji o Satoru lo llevaban, pero no fue mucho problema para encontrar un local vacío, vió un rato con calma tomando en cuenta que citó al peliblanco hasta dentro de unas 3 horas más, se fijó anillo por anillo, buscando algo sofisticado pero sencillo que le gustará.

Al final se decidió por un par dónde el suyo estaba decorado por dentro y el que designó para Satoru estaba con el mismo grabado, pero por fuera.

Entusiasmado con una mezcla de ansiedad y nervios se dirigió hacia su casa para dejarle dinero a Yuuji por si quería salir y para recoger la canasta.

Observó de reojo la pantalla de su celular observando el cuestionamiento de Satoru, dónde preguntaba a dónde iban a ir y que debería ponerse.

Le mandó la ubicación del parque al que planeaba llevarlo y le dijo que se pusiera cómodo y que al rato lo veía, Satoru le contesto con un "está bien" y un " cuídate" y hasta ahí, gracias al tráfico de un sábado a medio día, Nanami tardó 40 minutos en llegar por la canasta, revisó que todo estuviera bien, dejó dinero y se despidió de Ino, se dio cuenta que Yuuji no estaba y al preguntar fue informado de que estaba en una cita con Megumi, no le dio más vueltas al asunto y se fue, llegó casi a la hora a causa del mismo tráfico que lo retuvo de regreso, caminó por el parque con la canasta hasta que vio al peliblanco sentado abajo de un árbol viendo las nubes.

-Perdón llevas mucho tiempo esperando? - No esperó una respuesta, simplemente dejó la canasta en el suelo y se hincó frente a Satoru para abrazarlo con fuerza y darle un beso de la mejilla, tal vez su corazón latía muy fuerte, porque sin decir algo, el peliblanco puso su mano en su pecho izquierdo, tal vez solo para tocarlo o talvez, para comprobar que no era su propio corazón el que bombeaba esa sangre de forma tan agresiva, tan ansiosa y tan fuerte.

-No llegué hace 5 minutos, el tráfico está del demonio, pero ya estoy aquí. - Nunca despegó su cabeza del pecho, si no que se levantó sobre sus piernas para abrazarlo de vuelta, a pesar de que su cuerpo y su mente estaban por todos lados,

Se dispusieron a comer y a caminar tomados de la mano, al caer la tarde se subieron a sus autos y se dirigieron a la casa del rubio para dormir.

Llegaron en silencio y subieron al cuarto y mientras Satoru se quitaba la camisa Kento se aferró a su espalda.

-Satoru, te quiero mucho y estoy más que seguro que quiero estar contigo, quise estar a tu lado ayer, quiero estoy a tu lado hoy y si me lo permites quiero estar contigo mañana, si tú me lo permites, quiero estar siempre contigo, por eso, me gustaría casarme contigo- Nanami se inco abriendo la caja, de esta salieron luces y los dos anillos relucian en su máximo esplendor.

-Permiteme ser tuyo y por favor, se mío.

Nadie dijo nada, Gojo se lanzó taquleando a Nanami al suelo y lo beso como nunca beso a alguien.

-Si si si, si quiero, si es contigo quiero todo, te quiero mucho, te amo, te adoro Kento.

Se besaron aún en el suelo, se abrazaron y Satoru estaba llorando y sonriendo al mismo tiempo. Nanami limpio sus lágrimas y lo tomo de la cara.

-Gracias Satoru, gracias por llegar a mi vida a darme lo que me faltaba, gracias por haberme tirado ese taco en el pantalón, porque si no hubiera sido por eso, yo no estaría aquí de esta forma, no estaríamos aquí de esta manera.

Satoru no podía dejar de llorar, se besaron con calma durante un rato y ya sentados en el suelo, intercambiaron anillos, intercambiando promesas e intercambiando caricias.

Finalmente iban a estar juntos por siempre, finalmente eran felices, finalmente tenían lo que les faltaban, finalmente se sentían bien, se sentía correcto, se sentía increíble y eso, les encantaba.