Después de casi 20 horas, estaban en México, con un dolor de espalda horrible, sí, los asientos eran cómodos, pero estar sentados mucho tiempo era malo para ellos, aun así en el pequeño intervalo de tres horas que tenían antes de abordar el siguiente vehículo que los llevaría a su destino final, se encargaron de avisar que habían llegado bien, pasaron al baño y compraron algunos dulces para que no se les bajara el azúcar, parecía mucho tiempo el que tenían que esperar pero sin darse cuenta ya faltaba menos de 40 minutos para abordar el avión, entonces comenzaron a caminar a la terminal que ahora sí los llevaría a su destino, estab vez, para suerte de sus espaldas, el viaje a Guanajuato era de solo 21 minutos, lo cual era mucho mejor que el autobús el cual les iba a llevar más tiempo, aunque aún así debían tomar uno llegando al aeropuerto para ir a la ciudad donde se encontraban los papás de Satoru pero ese era otro pedo.
-Cariño, cuando lleguemos podemos comer algo antes de ir con mis padres??-Satoru estaba que se moría y haría lo posible por retrasar la llegada.
-Esta bien, ¿Cómo que se te antoja?
El peliblanco hizo una cara pensativa, no lo sé, pues ya veremos qué hay, no? Si no, pus ya salimos a ver qué hay afuera de la terminal.
Un asentimiento con la cabeza fue lo único que recibió para tener al rubio acurrucado en su pecho como un bebé, y por un momento, se olvidó de todo lo demás para envolver al amor de su vida con sus brazos, mantuvieron esa posición hasta que el avión estubo a punto de aterrizar y al bajar por sus cosas la ansiedad lo volvió a consumir.
El recoger su equipaje les tomo al rededor de media hora, pero al tenerlo en sus manos salieron dispuestos a buscar algo que comer, en la entrada del aeropuerto había un wings entonces pasaron para ser sentados en un gabinete de dos personas, considerando el hambre que Gojo traía, a Nanami se le hizo bastante raro que pidiera muchas cosas saladas, pero no dijo nada al respecto, aunque se preocupo después de un rato al ver que el ya había acabado sus boneless y a Gojo todavía le faltaban tres canastas de alitas.
-Si crees poder terminar a tiempo Sato?
-Simon- media ala se le salió de la boca.
-Lo podemos pedir para llevar y lo sigues comiendo en el autobús?
-Tu tranqui mi rubiecito, si no alcanzamos podemos cambiar la hora para ir sin prisas- Kento no sabe si fue su imaginación, pero el jura haber visto como Satoru comenzó a comer cada vez más lento.
No dijo nada y dicho y hecho, cuando Gojo llegó a la ultima mitad de las canastas, su autobús ya había salido desde hace una hora y algo , Nanami pidió la cuenta en lo que terminaba de pagar y Satoru buscaba a qué hora podrían salir otra vez.
-Ken, encontré el autobús salimos a las 8, te cae como anillo al dedo, has estado muy estresado, nos servirá dormir un poco, descansar- sus largos dedos comenzaban a bajar de la espalda de su novio y Kento sentía como dejaba de oír su voz para sentir mejor esos dedos largos y delgados que comenzaban a bajar hasta su trasero, las manos se congelaron ahí y Nanami perdía la concentración en lo que estaba pasando- relajarnos y distraernos, no?- sus dedos hacian círculos sobre la tela de enfrente del pantalón, los movimientos se detuvieron y un Kento petrificado en la caseta, con un bulto a medio formar en su frente se quedó solo al darse cuenta que su prometido los había encerrado en el cubículo.
Es de más decir que una marca roja se encontraba en la barbilla del peliblanco después de que Nanami casi se lo cachetea en el baño del aeropuerto después de que lo intento sacar del cubículo donde estaba.
Nanami salió del baño como si hubiera cometido un asesinato, como si hubiera manchado las clínicamente pulcras paredes de la habitación, de la sucia e impuramente antihigiénica sangre de su futuro marido y hubiera dejado su cuerpo desfigurado en el baño apunto de ser succionado por el inodoro, pero Satoru lo entendía, su forma de ser nunca le había permitido experimentar ese tipo de situaciones, mucho menos con su pareja anterior, la cuál, apresar de que era bastante hiperactivo era bastante calmado, aparentemente igual a Satoru pero completamente opuestos.
De cierta forma, a Nanami le agradaba que fuera atrevido e imprudente a pesar de la edad y del tipo de vida que llevaba, era lo que siempre había necesitado para sentirse vivo y libre.
Sin ser consciente de ello una sonrisa se formó en su rostro mientras unos largos y delgados brazos se enredaban alrededor de su cuello para caminar a su lado hasta su destino, alumbrados por la luz de la luna y la inmensa oscuridad que la rodeaba.
Llegaron con pasos lentos y juguetones a la terminal del tren que los llevaría a la terminal de autobuses y disfrutaron juntos el solitario recorrido en la cabina transparente, con las manos enlazadas y su destinos vinculados, los dos hombres disfrutaron en silencio esos breves 10 minutos que les tomo llegar a la base.
Nanami acomodó todo y se preparó para bajar en cuanto se abrieran las puertas, estiró la mano a su pareja para auxiliarlo y se preocupo al ver un semblante serio en su bella cara, soltó todo y acunó el pálido rostro entre sus manos. -Cariño, estás bien? Todavía podemos regresar a Japón si quieres.- los ojos azules no estaban a la vista.
-Kento- su nombre fue soltado en un suspiro que lo hizo cerrar los ojos.
-¿ Qué sucede, te sientes mal?- si voz era calmada, su preocupación genuina, pero su sistema estaba alerta de cualquier malestar.
Las pupilas azules finalmente hicieron su apariencia, penetrando el rostro frente a el.
-¿Te la puedo mamar en el baño de la terminal?
El silencio era evidente.
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Amor a solo un taco [Nanago]
FanficDonde Yuuji y Megumi son compañeros de escuela y la familia de este tiene un puesto de barbacoa. O donde Yuuji "obliga" a Nanami a llevarlo a desayunar barbacoa y este encuentra el amor a sus 30 y tantos años. *Créditos de los headers a sus respecti...