XXVII

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Los globos en tonos dorados, azules y blancos adornaban todo el jardín detrás de la enorme casa blanca, había un letrero que exhibía la palabra comienzo en letras negras grandes y con decoraciones alrededor.

Shoko ya estaba bebiendo y había llegado hace apenas media hora, Meimei hablaba amenamente con Satoru y Utahime veía a Shoko desde el lado de Yuki, Kusakabe solo agarraba de los snacks, estaba cansado y quería dormir, pero apreciaba a Nanami y por eso fue a pesar de que no conocía a nadie ahí más que Ino y a Nanami.

Los festejados llegaron después del súper ya listos para celebrar, con más snacks y bebidas en lo que esperaban a qué la lasagna estuviera lista.

Dejaron las cosas en la isla y se dirigieron hacia el jardín con las manos entrelazadas.

Un pie adentro.

Un estallido.

Las bazucas de confeti sonaron alarmando al rubio. Satoru sonreía mientras sus amigos lo abrazaban y Kento saludaba a Ino y a Kusakabe. Yuuji corrió y lo abrazó a diferencia de Megumi quien estaba siendo abrazado por Gojo, una Tusmiki apenas bajada del avión sonreía y reía por la escena causada por sus hermanos, ella conocía a Satoru desde incluso antes que Megumi debido a que una vez Toji la llevo al club porque no tenía dónde dejarla, estaba feliz de ver la felicidad de su familia.

La tarde y la noche siguieron entre risas, felicitaciones, una deliciosa cena preparada por Nanami por supuesto, quien recibió totalidad de felicitaciones y halagos por la deliciosa cena, comieron y hablaron, los amigos de Satoru estaban felices por él, mucho más Shoko, quien vió con Satoru decayó una y otra y otra vez a los largo de la adolescencia y hasta la adultez, sus amigos que lo vieron saltarse actividades con ellos por sus decaídas y los regaños de su familia, la presión que está le exigía, pero mucho más, la presión que el mismo se puso sobre él toda su vida. Todos estaban felices, Ino y Yuuji querían llorar de lo feliz que se veía Nanami, sonriendo como nunca antes lo había hecho, incluso Kusakabe se sentía calmado, ese hombre que conoce desde su último año de universidad, finalmente se veía, tranquilo y calmado.

Todo era perfecto.

Todo se sentía correcto.

Entonces ¿Por qué?

¿Cuál era la posible razón por la cuál Nanami no traía camisa, Gojo no tenía pantalones y todos sus amigos estaban tirados alrededor de la casa?

Para empezar Yuki estaba encima de la barda, y parecía que la esquina le estaba perforando a través de la costilla, Shoko y Utahime estaban en alguna cama todas contorsionadas con el maquillaje corrido, al menos Mei Mei se veía decente, estaba dormida en el sillón con los ojos tan abiertos y dilatados que parecía droga y Nanami no tenía ni puta idea de dónde estaban Kusakabe e Ino.

Nanami se despertó por el frío que golpeó su pecho y casi le da un infarto al no encontrar a su hijo y sus amigos, grande o tal vez no tan grande fue su sorpresa al ver a Megumi y a Yuuji todos abrazados babeados con un cartón encima dentro de la bañera y a Nobara en una bolsa de dormir abajo de la regadera.

Pero, al final de todo, solo pudo hacerse una pregunta.

¿Dónde vergas estaba su prometido?

Se puso una camisa y buscó por todos lados, casi casi voltea la casa patas arriba, estaba al borde del colapso y del llanto hasta que un claxon sonó afuera de la casa, salió y ahí vió a un Satoru en una camioneta negra, de esas que parecía del las que secuestraban o de las que vendían droga, no sabía que tenía un carro así, solo sabía que Satoru se veía increíble, su cabello, sus lentes, esa camisa que afinaba su figura y ese pantalon que apretaba sus piernas de una forma increíble.

-Que onda flaco, ya listo para irnos a desayunar?

Se bajó de la camioneta, se acercó a él y lo beso de la forma más intensa en la que pudo, cómo si intentará conseguir algo dentro de él.

-¿Dónde estabas Sato? Pensé que te había pasado algo.

-No te preocupes Kento, solo fui a la casa a cambiarme y a traer la poderosa para llevarlos a todos al puesto, ya verás que con un consomé hirviendo se les quitan hasta los pecados.

Nanami se rio y se subió en el asiento de copiloto a esperar, ahí fue donde se dió cuenta de las botellas de Torres 10, Smirnoff y Vodka tiradas en la basura, no sabía que había pasado, pero está seguro de que más de uno iba a vomitar.

Megumi, Yuuji y Nobara fueron los siguientes en entrar, saludaron y se sentaron a esperar en parte de atrás, fue cuestión de minutos para que Gojo trajera de a tres a sus amigos medio muertos y los acomodara como dios le dió a entender.

Condujeron hasta la casa de Satoru y acomodaron el puesto, de ahí todos revivieron con el consomé hirviendo, cómo si desearan que sus gargantas se deshebraran cómo pollo, todo era alegría y calma hasta que se empezaron a vomitar, pero eso ya no era problema no de Satoru ni de Kento.

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Dejen que mi hermana se case y ya escribo el capítulo de la boda.

Amor a solo un taco [Nanago]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora