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Viernes

El último día de clases, el día donde la última hora se alarga más de lo normal, el día donde la lección de la profesora se siente más aburrida que de costumbre y el día donde todo mundo se prepara para hacer planes para salir con sus amigos o que serie verán después de despertar el sábado a la 1 de la tarde.

La maestra de biología seguía hablando sobre quien sabe que cosa, a Megumi realmente ya no le importaba, el solo quería regresar a su casa a dormir antes de que Satoru lo pusiera de ayudante en el puesto como cada fin de semana que lo veía dormir plácidamente en su cama y acurrucado entre sus cobijas por el frío calador de la mañana. De un momento a otro se distrajo observando a Yuuji platicando con una amiga suya, en ese momento en el que lo vio susurrarle algo a su compañera al oído, su mente divagó a aquellos recuerdos de las fantasías que solía tener durante las noches de insomnio, aquellos momentos dentro de su cerebro, donde el y el pelirosado eran protagonistas de lindas escenas llenas de calma y amor, aquellas donde ambos caminaban de la mano en un parque, durante esas tardes de primavera viendo las flores caer de los cerezos, comparando la flora con la hebras rosadas del chico, aquellas donde solamente eran los dos en su casa, acurrucados en el sillón, bebiendo té de leche, envueltos en una manta mientras ven una película en televisor con la lluvia de fondo, aquellas fantasías donde el era el destinatario de los susurros de aquella dulce voz en vez de cierta chica pelinaranja amiga del chico.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando escuchó a la profesora llamar los nombres de varios de sus compañeros, giró sus ojos hacia la profesora lentamente y los regreso mientras su mandíbula seguía reposada sobre la palma de su mano, aparentando que estaba prestando atención cuando la realidad era otra, si Satoru se enterara de su comportamiento, seguramente se reiría de él.

Sus ojos, profundos como el azul abrumador y misterioso del océano se toparon con esos ojos ámbar dulces como miel que tanto le gustaba admirar en secreto. En ese momento tuvo un derrumbe mental al darse cuenta que en efecto, sus ojos ya llevaban un rato posados sobre el chico que se encontraba al otro lado del aula, desplazó sus ojos a la izquierda muy lentamente como si todo el tiempo hubiera estado viendo el árbol que estaba a través de la ventana. Y a los segundos escucho su nombre ser pronunciado junto al del Itadori.

No comprendía que estaba pasando, y tampoco le importaba hacerlo, para el era más importante conocer la razón de porque el pelirosado estaba caminando hacia su asiento.

Miro de reojo a la maestra.

Observo el reloj.

Faltaban 20 minutos para que conluyera la clase y pudieran ir a recogerlo.

Volvió sus ojos a la maestra y la vio escribir algo en unos papeles, para este momento Itadori se habia sentado en el asiento frente al suyo y su cabellera rosa se introdujo en su campo visual.

Se vio en la obligación de hacer contacto visual con el chico que lo traía por las nubes. Escucho la voz aterciopelada del chico saludarlo y decir su propio nombre para después preguntar por el suyo, no era necesario que lo hiciera, el ojiazul ya sabía su nombre pero no dijo nada al respecto, respondió con su nombre y el chico sonrió, en esos segundos que duro su sonrisa, Megumi pensó que el sol no brillaba tanto al fin y al cabo.

-¿Quieres que vayamos a sacar el papel juntos o voy yo?

-Te acompaño- respondió

Megumi se paró de su asiento y junto a Yuuji se fueron a formar en la fila donde estaban sus demás compañeros, cuando fue su turno de escoger, Itadori metió su mano en la pecera donde estaban los demás papeles y sacó uno, los dos se salieron de la fila para no estorbar y abrieron el papel para mostrárselo primero a la profesora que lo anotó en su lista y después lo leyeron ellos.

"Genética" era la palabra escrita en el centro de la tira de papel, después de eso ya no supieron que hacer y por lo tanto se quedaron parados a unos pasos del escritorio.

Nadie dijo nada, solamente se quedaron uno a lado del otro en lo que sus otros compañeros terminaban de escoger, cuando la última pareja sacó su papel la maestra se levantó de su asiento.

-Eso sería todo por hoy chicos, ya pueden ir retirándose, investiguen bien y esfuércense.

La maestra recogió sus cosas y salió rápidamente del salón, Megumi observó a su alrededor, había parejas hablando sobre sus temas, algunos se pasaban sus números de teléfono para hablar después de la exposición, otros ya se conocían y por lo tanto se iban saliendo del salón y otros simplemente hablaban con sus amigos, rotó su cabeza hacía Yuuji lo observó y este lo miró de regreso, ninguno sabía que hacer, ninguno prestó atención a la profesora, uno por andar platicando y otro por andar soñando despierto. De repente la chica con la que el pelirosado se encontraba hablando hace unos minutos se acercó a ellos y lo pateó en el glúteo.

-Ey, ¿que debíamos de hacer, idiota?, me distraje hablando contigo y por tu culpa no le presté atención a la maestra.

-¡¿Cómo fue eso mi culpa?! Tu me hablaste primero.

Mientras los jóvenes se peleaban Megumi los veía desde cerca.

-Oye, tu sabes que debemos hacer?!- le gritó la pelinaranja que apenas se había percatado de su existencia.

Solo negó con su cabeza. Fue hasta ese momento, que la de cabello corto fue en busca de su pareja, una chica alta llamada Maki. Ambos se desconcertaron cuando los llamó con la mano para que fueran hacia ella sin siquiera voltearse a verlos, caminaron en silencio uno a lado del otro y se pararon detrás de ellas.

-¿Que pasó?

-Nobara me dijo que ninguno de los tres sabe que hacer ¿verdad?

Desviaron la mirada en señal de pena y asintieron. Maki prosiguió a explicarles todo lo que debían de hacer mientras Itadori tomaba notas de lo que la peliverde iba diciendo, luego de un rato terminó de darles todos los detalles para el proyecto y le dijo a Nobara que al rato le mandaba todo lo que encontrara de su tema para que pudieran trabajar en ello el sábado, ella asintió y se despidió de los chicos para retirarse a su casa, ahora solo eran ellos y uno que otro compañero, todo era relativamente silencioso hasta que el teléfono de Megumi sonó, mostrando el la pantalla el nombre del conductor de su hermano, al contestar la llamada este le informó que iba a pasar unos minutos más tarde de lo usual por el tráfico, aparte de que apenas iba terminando un encargo que le dio Gojo, después de colgar la llamada le preguntó a Itadori si tenía el resto de la tarde libre y este asintió.

-¿Quieres venir a mi casa a adelantar el trabajo?

-¿Queda muy lejos?

-No, como a unos 40 minutos o algo así.

-Déjame le llamo a mi papá para preguntar si me deja ir.- su acompañante asintió para sentarse en un silla mientras esperaba. Sacó su teléfono de igual manera y le envió un mensaje a Satoru para preguntar si podía llevar a alguien a la casa y mientras esperaba un respuesta le mandaba un mensaje a Tsumiki para preguntarle como estaba a pesar que estaba durmiendo, le daba algo de pena que la gente simplemente lo viera con su teléfono en manos. La respuesta tardó unos minutos porque Satoru estaba trabajando en el puesto desde temprano, pero una respuesta afirmativa junto a una burla preguntando si iba a llevar un novio o una novia llegaron a su celular, Megumi hizo una mueca pero respondió con un gracias omitiendo el segundo mensaje y guardó su teléfono. Cuando agarró su mochila Yuuji terminó su llamada y le dijo que si lo dejaron ir. Ambos salieron del salón. Uno a lado del otro. Al llegar a la entrada Megumi buscó con la mirada el auto que siempre lo iba a buscar, al no verlo estuvo a punto de marcarle a Ijichi, pero decidió no hacerlo cuando vio el auto a unos metros de la escuela conduciendo hacia el estacionamiento. Miró a Yuuji y le dijo que ya llegaron, que ya se podían ir y este le agarró la mano para dejarse guiar, al llegar al auto un hombre de traje y estatura promedio les abrió la puerta, no se veía tan viejo pero si se notaba que vivía estresado de la vida.

El hombre dio una reverencia.

-Buenas tardes joven Fushiguro, el joven Gojo me informó que hoy lleva un acompañante, verdad?

-Así es, Ijichi, este es Itadori.

Amor a solo un taco [Nanago]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora