VI

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Todos estaban comiendo sus platillos bastante calmados, Yuuji deleitaba su jugosa hamburguesa con papas desde la esquina del sillón, Megumi lo admiraba desde el medio del mismo, como se notaba que de verdad le estaba gustando su comida.

Satoru comía sus dumplings algo molesto porque Shoko le quitaba de vez en cuando, pero no le puso tanto pensamiento, al fin y al cabo pidió una orden para varias personas.

Para este momento Shoko se había terminado su café y estaba tomando del refresco que había traído previamente, también le había dado a Megumi y Yuuji estaba tomando del que venía con su comida.

La película ya se había puesto aburrida, entonces solo comían sin más.

-Muchas gracias por la comida- Dijo Yuuji al ser el primero en terminar y el primero en hablar después de casi 10 minutos en silencio con las voces de los actores como sonido de fondo.

-De nada Yuuji- le dijo Shoko quien fue quien pagó todo.

Los demás fueron terminado uno después de otro.

La comida su fue llenadora y algo pesada hasta cierto punto.

-Espérense un rato antes de irse a dormir porque les puede hacer daño.

-Está bien.-respondió Megumi por los dos.

-¿Ustedes van a tardar todavía un rato para subir a dormir?- les preguntó Yuuji.

-Sí, todavía tenemos unas cosas que arreglar para mañana.

-Está bien, si quieres ya nos subimos y allá arriba nos esperamos un rato para que no tengamos que subir cuando ya estés cansado-Le dijo al pelirosa, estaba algo nervioso, pero pensó que si no le daba mucha importancia, no lo alteraría o algo así.

-Si no es mucha molestia- le respondió en un susurro y Megumi sintió que ya había cumplido todas sus metas en la vida al escuchar esa linda voz cerca de su oreja.

Satoru lo veía de reojo y se quería reír, Megumi estaba tan enamorado.

-Ya nos vamos a subir Sato, hasta mañana Shoko, descansen.

-Hasta mañana- respondieron los mayores al unísono.

Los menores subieron las escaleras en silencio mientras los otros platicaban de quien sabe que cosas.

Cuando llegaron a la puerta del cuarto del pelinegro se detuvieron frente a esta y el propietario del cuarto giró la perilla con cuidado, se hizo a un lado de la puerta y susurro un "adelante".

-Gracias Fushiguro- le dijo con otra sonrisa.

El corazón de Megumi ya no podía, se estaba ilusionando, cada segundo sentía a su corazón latir con más frecuencia y parecía que iba a colapsar en cualquier segundo si su compañero le seguía sonriendo de esa forma.

-Acuéstate en la cama, yo dormiré en el futón- Dijo Megumi hincándose para acomodarse antes de dormir.

-No no, como crees yo soy el invitado y tu el dueño, tú deberías dormir en la tu cama.-dijo Yuuji aún de pies a un costado del pelinegro.

-Ni hablar duerme tú en la cama- dijo acostándose por completo en el futón y tapándose hasta la cabeza con las cobijas que Satoru había traído anteriormente.

-Duerme en tu cama- Yuuji se estaba forzándose dentro de las coberturas del futón intentando empujar al otro fuera de este, pero el otro no cedía, se parecían a mi perro cuando me quiere sacar de la cama, Yuuji se doblaba para estirarse más y presionar más al Megumi, pero este no soltaba las coberturas por nada del mundo y se abstenía a empujarse hacia atrás. Después de unos buenos 15 minutos a los dos les dio demasiado sueño de tanto cansancio que se quedaron los dos juntos dormidos en el futón, el cuál era designado para una persona, por lo tanto Yuuji tenía medio cuerpo fuera y Megumi tenía ambas patas expuestas al frío total de la noche.


-Ya me voy a subir Sato- le dijo Shoko bostezando mientras se paraba del sillón.

-Claro, no hay problema, yo también ya me voy a dormir porque hay que pararnos temprano mañana para abrir.

Shoko dio un gran suspiro, ya no quería trabajar, aunque últimamente no estaba yendo al club de peleas porque últimamente ha habido situaciones que la traen algo alterada, entonces no va si Satoru no va, y aunque el va de lunes a jueves todo el día, Sato se va muy temprano y Shoko ya no esta en edad para levantarse a las 4 de la mañana, piensa regresar de vez en cuando, pero por el momento disfruta estar en el puesto de barbacoa porque Sato la deja dormir en su casa todo el fin de semana, entonces puede entrar un poco más tarde o descansa un poco más que si se quedara en su casa, ya que ella vive como a una hora de Gojo.

Shoko se metió a la habitación de invitados que ya hasta parecía suya porque Satoru siempre la deja dormir allí y hasta le ayudó a decorarla como ella gustara, a veces solo piensa en la pijamadas que ella, Satoru y Suguru solían hacer algunos años atrás, pero después de lo que paso entre Gojo y Geto ella también se alejó de él, simplemente le incomodaba, pero era lindo recordar los tiempos cuando eran adolescentes, antes de Satoru conociera y adoptara a los hermanos Fushiguro, que por cierto nunca sabe de donde los sacó, aunque ella asume que ellos han de pensar lo mismo de ella, ya que ella, al menos  con Megumi, se conocieron un día donde le tocaba trabajar en el puesto.

El día que Megumi y Shoko se conocieron fue un sábado, Megumi se levanta un poco más tarde que Satoru y le ayuda a partir de las 9, desde que empezó a vivir con Satoru nunca lo había visto traer a alguien a la casa aparte de un tal Geto, pero después de un año o incluso unos meses lo dejó de ver por completo, si a Megumi no le falla la memoria, ha vivido con Sato junto con Tsumiki desde que él tenía 6 o 7 y aún así a la única persona que logra recordar es al chico pelinegro de chongo con un fleco. A nadie más. Por lo tanto cuando vio por primera vez a la castaña le sorprendió un poco, ya que Satoru nunca había hablado ella ni por accidente, entonces se preguntó si esta era su novia o algo así, tal vez incluso una prima, pero no se parecían en nada, cuando la vio, ella estaba saliendo del baño mientras se ataba el cabello , el la miró desde las escaleras y ella lo miró de vuelta, no parecía pasar de los 25, pero se veía cansada de todo, ella le asintió la cabeza y salió de la casa, desde la ventana la vio colocarse una guantes de plástico y alejarse de la casa poco a poco. 

El pequeño salió de la casa y cuando Megumi llegó al puesto, la castaña estaba preparando unos platos de consomé y distribuyéndolos entre unos clientes, fue hacia su hermano que andaba preparando unas órdenes y cortando la carne, le avisó de su llegada y se dispuso a rellenar los tazones de limones y a cortar la cebolla y cilantro, una clienta.}

Esa fue la primera vez que se vieron.







Amor a solo un taco [Nanago]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora