XVI

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Nanami subió las escaleras después de haber lavado las tazas, abrió la puerta de su habitación con cuidado, se adentró y cerró la puerta con la misma delicadez con la que la abrió, se deslizó sobre la puerta y se sentó en el piso, se dedico a observar al hombre que estaba postrado sobre las telas en las cuales el dormía cada noche, al principio pensaba que Satoru era como Yu, pero eran muy diferentes, aún no lo conocía tan bien, pero le agradaba como podía ser bastante positivo y alegre sin llegar a la toxicidad de las emociones, aparte se llevaba bien con Yuuji y para él, eso era el equilibrio que necesitaba en su vida, solo era cosa de conocerse un poco más,  ya que, aunque no le disgustaba como tal, le incomodaba un poco cuando Gojo tomaba sus manos sin avisar, pero supuso se acostumbraria si interactuaban más. Nanami se levantó del suelo, dejo sus pantunflas acomodadas y se acostó en donde estaba anteriormente, el sonido de la lluvia lo acurrucó y su ultimo pensamiento fue si todo este tiempo estuvo lloviendo o comenzó después de que se quedo dormido en los laureles la primera vez.

....

Satoru se despertó solo para ver que Nanami no estaba a su lado, se paró de donde estaba y se encargo de doblar el futón que le prestaron y las sabanas que estaban sucias según él, separo todo y se dispuso a salir del cuarto olvidando revisar su celular en busca de algún mensaje de su mejor amiga o de su hermano, grande fue su sorpresa al ver a Shoko hablando con Kento, a Megumi con Yuuji y los amigos de este platicando entre si en la contraesquina de la mesa, termino de bajar las escaleras y camino despacio en dirección a la cocina tradicional que se mostraba frente a el y a la cual no le había puesto atención hasta ahora, pensaba que Nanami sería el tipo de persona que tendría una casa bastante moderna, pero algo tradicional también le quedaba bastante bien.

-Buenos días Gojo- Yuuji fue el primero en darse cuenta de su presencia.

-Buenos días Yuuji, ¿como amanecieron?

-Bastante bien, ¿y ustedes?- esta fue Nobara.

-Bien bien

Satoru paso a sentarse a un lado de su mejor amiga mientras observaba al rubio moverse de una lado a otro

-Buenos días Nanami

-Buenos días Gojo

Nanami le sirvió un plato con un par de huevos, verduras asadas al limón y unas tiras de tocino.

-¿Quieres té, café o jugo?- Kento ya estaba terminando de preparar el desayuno para los que faltaban.

-Un jugo está bien.- Nanami se volteó para sacar un vaso del gabinete y lo puso frente al peliblanco para que el mismo se sirviera. El rubio termino de servir su desayuno y lo emplato para sentarse en el asiento que estaba frente a Shoko. Todos empezaron degustar la comida que el rubio había hecho, si hubiera una palabra para describir como la sentían sus paladares, sin duda sería celestial.

Satoru de repente sintió un golpe tosco pero sutil en las costillas, volteó a ver a su lado izquierdo y vió como Shoko lo miraba feo.

-No te le quedes viendo, pareces más idiota de lo que ya estás, encima es de mala educación imbecil.

Satoru nadá más asintió y se sobo la costilla, ni se había dado cuenta de que se le había quedado viendo, era como si hubiera hecho todo de forma mecánica.
Sin necesidad de ver hacia la contraesquina de la mesa, pudo sentir los ojos de Ino mirarlo con precaución, como si hacer eso le dijera que estaba pensando el albino o que era lo que escondía, no quería que Nanami fuera arriesgado por el otro a causa de situaciones que solo lo involucraban a él, aparte de que no quería que saliera herido si la relación con Satoru no funcionaba, el mismo vió como el rubio cambió a raíz desde la muerte de su prometido, a la amistad con la familia Itadori y la llegada total de Yuuji a su vida, podía ver que era más estable, pero al fin y al cabo, no era lo mismo, a pesar de todo, Nanami no quiso molestar a nadie con sus sentimientos y eso causo que su duelo no fuera superado de la manera correcta.

-Nanami, la comida estaba muy rica, cuando nos casemos cocinaras para mí?- Gojo ni siquiera la había saboreado por andar viendo a Nanami, pero aún así hizo la pregunta mientras ponía sus brazos sobre la mesa para recostar su barbilla en ellas.

-No, cocina tu propia comida y baja tus codos de la mesa, ¿Qué tal si le haces un hoyo?- Nanami no estaba particularmente enojado por la pregunta, más bien era por los modales del otro, no le gustaban los codos en la mesa, a él le era incómodo, pero al final era otro hábito que su familia le inculcó.

-Si le hago un hoyo te compro una mesa nueva- la verdad es que Gojo barrió el comentario bajo la alfombra y solo se limitó a levantar los hombros.

-No quiero una mesa nueva, esta me gusta- Esa mesa era un recuerdo más que nada, la compró con Yu cuando pensaban en vivir juntos para ahorrarse varios gastos de vivienda, al final no lo hicieron porque empezaron a salir y pensaron que era mejor esperarse, entonces más que un recuerdo de su pareja, era un recuerdo de su mejor amigo, por eso la cuidaba y atesoraba bastante.

-Esta bien- Satoru hizo cara de perro regañado y Shoko se carcajeo de él.

Todos acabaron su desayuno, tomaron algo de café y se prepararon para salir o irse a sus casas.

-Pa, vamos a ir a la plaza, quieres que compremos algo?- Nanami pudo ver como su hijo se ponía su zapatos en la entrada mientras Maki y Nobara lo esperaban.

-Me puedes traer una caja de esos tés que siempre me compras Yu?

-Sí- Nanami lo llamó con la mano y le dio dinero, el pelirosa se lo dio a Nobara a guardar y salieron por la puerta cerrandola por detrás.

Amor a solo un taco [Nanago]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora