❜ 𝗗𝗜𝗦𝗔𝗦𝗧𝗘𝗥 ━━ León Reyes ꒱

❪ 𝗑𝗑𝗂𝗂. 𝗂𝗇𝗈𝖼𝖾𝗇𝗍𝖾 ❫

❛𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝘃𝗲𝗶𝗻𝘁𝗶𝗱𝗼𝘀❜
❪ 𝔡𝔦𝔰𝔞𝔰𝔱𝔢𝔯 . . .災害 ❫

── Será mejor que nos vayamos de aquí.──comentó Erick──. Si nos van a arrestar, que lo hagan en nuestra casa.

Mi estómago se sintió pesado al escucharlo, sin siquiera acabar de imaginar esa tragedia; no sería capaz de ver como se llevaban a León de mis manos sin poder hacer nada.

Percibí el acercamiento del mismo, seguramente sintiendo ese temor. León me tomó de la mano para llevarme a la camioneta, pero frené mis pasos y les hice detener a ambos.

── No quiero dejar al caballo en el que vine.──musité.

── No te preocupes, luego un vaquero lo llevará de vuelta. Tranquila.──me dijo Erick.

Con ello, permití que el rubio me llevara, casi sin poder emitir una palabra o mirarnos. Teníamos miedo, muchísimo. Y, para estar juntos, León se subió conmigo en los asientos traseros de la camioneta.

El silencio era devastador, sin lugar a dudas, habíamos dado por sentado que todo se había ido por la borda. Yo me aferraba a la mano de León, con el nudo en mi garganta y las ganas de llorar retorciéndose en mí.

── Leo.──pronunció, con voz silenciosa. Tomó mi mejilla con delicadeza, apenas rozando mi piel, como si fuese una muñeca de cristal──. No importa lo que pase...──susurró, con nuestras miradas conectadas y a poca distancia.

Mi labio inferior tembló, con ganas de llorar. Mis ojos se habían humedecido y mi garganta ardía por la retención de las lágrimas, sin embargo, no pude seguir.

── Sí importa, León, importa mucho.──devolví el susurro, quebrado y débil──, no quiero que me dejes, no quiero...──supliqué entre lágrimas, mientras tanto, nuestras manos unidas demostraban que no querían separarse.

A él se le llenaron los ojos de lágrimas y, en vista de que no habían palabras que pudieran aliviar el dolor, sus brazos me rodearon y apretaron contra su cuerpo. Ahogué un sollozo mientras dejaba caer mis párpados, queriendo gritar y llorar hasta quedarme seca.

Permanecimos abrazados por un tiempo que no me molesté en tomar, simplemente, deseando quedarnos así para siempre. Sabíamos que nos separarían pronto, a lo que traté de aferrarme a la sensación de sus manos sobre mí, rodeando y abrazando mi cuerpo, a su aroma y los latidos de su corazón golpeando de manera errática; quise grabar cada fragmento de él, aunque sabía que eso no sería suficiente.

Pero, nuestra burbuja se rompió cuando Erick frenó la camioneta y confundidos tuvimos que separarnos, porque era bastante notorio que no habíamos llegado.

── Es el tío Oscar.──murmuró, sorprendido.

Cuando me erguí, pude ver a Óscar Reyes parado en medio de la carretera de tierra, evidentemente esperando. Fruncí el ceño, confundida y esperanzada.