≡ ◠ 𝕻ASIÓN 𝕯E 𝕲AVILANES ;
‹ . . . temporada dos ˒ ❜
🐴 ↷〘 ♡ ⌇ Eleonora Meyer supo
desde el primer momento en que
miró a León Reyes que él sería su
más grande perdición, pero aún
así, ese desastre la atrapó desde
el...
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Estaba entusiasmada. Acababa de salir de la facultad con mi madrina después de haber solicitado información, y casi de inmediato, Norma pagó mi inscripción y las primeras dos cuotas, asegurando mi estadía en esa universidad.
Mis padres jamás hubieran permitido que estudiara fuera de casa, pero con mis padrinos, podría ser una chica de diecisiete años completamente común.
Había perdido la cuenta de la cantidad de veces que le había agradecido a mi madrina por haberme dado la oportunidad de estudiar lo que amaba. Ella fue paciente, riéndose con dulzura a cada palabra de mi parte.
Apenas habían pasado unos días desde mi llegada, y me sentía tan a gusto con ellos, con todo, y muy querida.
── Cariño.──me llamó Norma. Yo volteé, con una sonrisa radiante.──, hay mucho tiempo libre, podemos hacer lo que tú quieras.──dijo muy alegre.
── ¿De verdad?──sonreí. Ella asintió, tomando mi brazo para seguir caminando por la acera.──, creo que quisiera... llenar un poco más mi armario.──me encogí de hombros, sin borrar mi sonrisa.
A Norma le brilló la mirada y prácticamente, me arrastró hacia el auto para conducir hacia el centro comercial. En él, compré todo tipo de prendas de mi gusto, nada muy ajustado y nada muy holgado, a mi manera, el color beige predominó junto con el blanco.
La compañía de mi madrina fue lo que me hizo disfrutar la salida, su entusiasmo y brillo natural me hacían sonreír y reír; sentí mucha culpa al desear que ella fuese mi madre, pero al final, nadie podría culpar a una niña que sólo en ocasiones vio a su mamá, sólo porque ella prefirió su empleo.
En un momento de emoción, Norma había desaparecido en el interior de un salón de belleza para cortar su cabello. Yo pedí que sólo me cortaran las puntas abiertas y secas, a diferencia de mi madrina que había hecho un cambio totalmente drástico.
Decidimos regresar a casa cuando notamos que el atardecer nos caía encima, sorprendiéndonos con la velocidad de las horas transcurridas. Tal vez, y después de haber salido del salón, habíamos demorado mucho comiendo todos los pastelilllos que se me cruzaron en el camino.
── Fue un día increíble.──expresó Norma mientras conducía hacia la hacienda, concentrada en la carretera.──, nunca me había divertido tanto en un centro comercial.──confesó al reír.
── Puedo decir lo mismo.──secundé.
Tomé aire luego de hablar, sintiendo mi pecho oprimido por la repentina dificultad para tomar aire. Pasé saliva con incomodidad, apoyando la cabeza en el respaldo del asiento para controlar mis respiraciones.
