≡ ◠ 𝕻ASIÓN 𝕯E 𝕲AVILANES ;
‹ . . . temporada dos ˒ ❜
🐴 ↷〘 ♡ ⌇ Eleonora Meyer supo
desde el primer momento en que
miró a León Reyes que él sería su
más grande perdición, pero aún
así, ese desastre la atrapó desde
el...
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── Sabes que no tienes que hacer esto.──comenté, torciendo los labios.
León soltó una ligera carcajada, intercalando su mirada entre mi rostro y la carretera de San Marcos. Ya era la cuarta vez que me sorprendía para llevarme a la facultad, y aunque adoraba estar con él, también sabía que tenía trabajo que hacer en la hacienda.
── Pero quiero.──replicó, sin borrar su sonrisa.
Contuve un suspiro bobo, notando que habíamos llegado a la facultad. De inmediato, distinguí el vehículo de Gaby estacionado a unos metros de distancia.
Miré la hora en el celular y con horror me di cuenta de que iba tarde a mi primera clase del día. Con rapidez guardé mi teléfono en el bolsillo y tomé la manija de la puerta para salir, pero la mano de León atrapó mi brazo antes de hacerlo.
── ¿No vas a darme un beso de despedida?──preguntó con una fingida indignación.
Le miré con mala cara mientras alzaba una ceja, preguntándole silenciosamente si era idiota o se hacía.
── Gracias por traerme.──fue lo que respondí, soltándome de su agarre para salir del auto con rapidez.
Me pareció escuchar una maldición, pero acabé de alejarme y perderme en el interior de la facultad. Al acabar mi primera clase, Gaby me esperaba afuera y nos abrazamos con gusto.
Me alegraba que estuviera recuperada.
── Hoy sí que te llevaré a casa.──rió.
── Más te vale.
La jornada de clases pasó con rapidez, y aunque me gustaban, agradecí que acabara porque quería tomar una siesta. Estaba cansada por haber pasado toda la noche leyendo unos libros sobre caballos que David me había prestado.
No tenía ojeras, y lo agradecía, pero aún así los ojos me pesaban mucho.
── ¿Cómo ha estado Nino?──pregunté cuando nos sentamos bajo un árbol.
Gaby me tendió una galleta de coco y sonrió como tonta, aunque se veía linda.
── Muy bien, mucho más ahora que logré que mi mamá le diera trabajo en la hacienda.──reveló, alegre.
── ¡Es una increíble noticia!──exclamé. Puesto que, Gaby me había comentado días atrás sobre la desafortunada vida que llevaba su novio, y ella moría por ayudarle.──, tú mamá es muy buena.──expresé mientras comía la galleta.
── Lo sé.──ella sonrió.──, comenzó hace unos pocos días, ha estado esforzándose mucho.──suspiró.
Me di cuenta de que su mirada decaía repentinamente, por lo que fruncí el ceño y alcancé su mano para apretarla suave.── ¿Ocurre algo malo?──pregunté, preocupada.
