𝐌𝐀𝐆𝐈𝐂𝐀𝐋 | Arrowverse [Barry Allen] #2

XXXII. In The Distance

CAPÍTULO TREINTA Y DOS
EN LA DISTANCIA

Había pasado una semana desde que Barry había entrado en la cárcel y, como cada día, Tessa se encontraba entrando en Iron Highs para su visita diaria de la 13:30. Barry la recibió con una sonrisa tranquilizadora, pues no quería hacerla sufrir más, pero Tessa sabía que solo intentaba ser fuerte. Les separaba un cristal y se veían obligados a hablar a través de un teléfono, pero era mejor eso que nada.

—Como me alegro de verte—sonríe Barry tras agarrar el teléfono que los mantenían comunicados—

—Y yo—admite ella—¿Cómo lo llevas?

—Es menos malo de lo que imaginaba—admite, encogiéndose de hombros—Y hablas con el nuevo miembro del personal de limpieza. Soy la fregona más rápida del mundo.

Tessa ríe ante su comentario, lo que hace que Barry sonría aún más. Lo estaban pasando mal, pero aún así podía hacerla reír.

—Hemos estado vigilando a los DeVoe día y noche. Jay está agotado. Pero tienen que haber cometido algún error y lo averiguaremos—le explica tras unos segundos de silencio—Y yo he estado repasando todas las pruebas con Joe. Te sacaremos de aquí, Barry.

—Ya lo sé—le asegura—¿Aún planeas ir a Star City?

—Si, aunque odiaré estar aun más separada de ti. Pero creo que Felicity puede ser de gran ayuda para liberarte. Es la mejor hacker del mundo y...

—Hey, hey—la interrumpe al ver como comenzaba a acelerarse—Se supone que vas allí a ayudar a Oliver y a pasar tiempo con William. Sé que me sacareis de aquí, pero no puedes solo centrarte en eso, ¿vale? Yo estoy bien. Jay, Joe y Cecile pueden encargarse de las pruebas.

—Si, lo sé. Pero voy a usar todos nuestros recursos Barry. Y, por suerte, Felicity es uno de ellos—señala ella en respuesta. Barry suspira aceptando sus palabras—

—¿Qué tal el resto del equipo?—le pregunta para cambiar de tema—He visto a Ralph en la tele.

—Ralph esta... un poco gallito—admite en un suspiro. Y es que Ralph había comenzado a hacer misiones en solitario y todas habían resultado exitosas, a su manera—

—Ya. Yo también estuve así. Se le pasara—le asegura—

—Si—murmura sin dejar de observarle—

—Tess, estoy bien—le dice al ver el brillo de preocupación en sus ojos—

—Lo sé, es solo que... no sé cómo hemos acabado aquí. Quiero decir, siempre pensé que sería yo la que acabaría entre rejas, pero esto... Tenemos que solucionarlo.

—Encontrareis algo—le asegura él—Lo sé.

Tessa asiente algo dudosa antes de que el timbre que anuncia el final de las visitas suene por toda la sala.