𝐌𝐀𝐆𝐈𝐂𝐀𝐋 | Arrowverse [Barry Allen] #2

XLVII. The Fall

CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE
LA CAÍDA

Las cosas iban muy mal en el equipo Flash tras su pelea con DeVoe. La muerte de Ralph había dejado a todos muy abatidos. Se suponía que debían salvar a los metas de aquel autubus, y sin embrago les habían fallado, a todos.

Los poderes de todos estaban agotados, especialmente los de Cisco. Tessa se recuperaba de las heridas infligidas por la katana y las flechas en el hospital general de Central City, mientras que Caitlin descubría que toda la materia oscura en su cuerpo había desaparecido al establecer contacto con DeVoe. Le había quitado sus poderes, le había quitado a Killer Frost.

Pero las cosas no iban mucho mejor en Star City, donde Ricardo Díaz tenía comprada a media ciudad, incluida a la capitana de policía y al fiscal. El equipo Arrow seguía dividido, Thea y Roy se habían ido, y Oliver no podía evitar notar la distancia que se estaba formando entre él y John.

—Oliver, tienes todo el derecho a quedarte el traje. Es tuyo—admite John—Tenias razón, mi frustración no era por el uniforme. Era por el hombre que lo lleva.

Oliver frunce el ceño, soltando un pequeño suspiro mientras se cruza de brazos.

—No te entiendo.

—Yo tampoco... al principio—suspira—Te juro que acepté tu disculpa, pero algo me reconcomía. Que tú necesitaras ser Green Arrow. Que eso te hiciera sentirte completo. Esto lo estamos haciendo para salvar la ciudad. Para ayudar a otros. No a nosotros.

—Eso lo sé—asegura Oliver—Es demasiado arriesgado y he perdido demasiadas cosas y personas para hacerlo solo por mi mismo.

—Pero estás aquí. Estás casado, crias un hijo, eres el alcalde.

—¿Y qué?

—Que, Oliver, no deberías intentar abarcar tantas cosas y en tantos campos distintos mientras el pueblo sufra—señala John, frustrado—

Oliver frunce el ceño, observándole detenidamente, intentando mantener la calma.

—Ya lo hemos tenido difícil antes.

—Teníamos un equipo. Incluso antes de Curtis, Rene y Dinah, estaba Roy, estaba Thea, estaba Tessa, pero, Oliver tus maneras de ejercer de líder aleja a todos de ti, a todo el mundo. ¡Mira a tu alrededor!—exclama, molesto—Espiar al equipo fue un error. Tuvimos una oportunidad de salvar al Vigilante, y tú decidiste no hacerlo. Y lo mismo con Laurel y el dinero.

—¿Desde cuándo todo eso es de repente una decisión mía?—cuestiona, incrédulo—Creo recordar que tú estabas ahí, a mi lado.

—Rogándote que fueras mucho más cauto, que te controlaras. Pero tú no eres así. Has cambiado, has madurado, y ha sido un honor, ha sido un privilegio verlo. Pero, Oliver, sigues siendo tú. Y si solo haces esto por ti, como has admitido...