𝐌𝐀𝐆𝐈𝐂𝐀𝐋 | Arrowverse [Barry Allen] #2

VIII. What A Lucky Day

CAPÍTULO OCHO
MENUDO DÍA DE SUERTE

Tras dar vueltas sobre la cama de la habitación de invitados en la que ella misma había insistido en dormir, Tessa decidió levantarse e ir a la habitación principal, donde Barry se encontraba durmiendo. O, bueno, eso creía ella, pues él tampoco había conseguido conciliar el sueño.

—Esto me está matando—admite desde el umbral de la puerta llamando la atención de su prometido—

Barry levanta la mirada de su móvil y la posa en ella.

—Pues habla conmigo, porque a mi también—le responde mientras apagar su teléfono y lo deja a un lado de la cama—

—Hablaste con Oliver a mis espaldas—señala frustrada—

—Lo hice porque necesitaba entender tu dolor.

—Pero eran cosas que yo debía contarte—se cruza de brazos y apoya su espalda contra la pared—Lo del bebé era algo entre tú y yo.

—Aún puedes, Oliver no me dijo nada de ningún bebé—le revela. La respiración de Tessa se vuelve más pesada mientras su mirada baja hasta el suelo—Tess.

—No había asimilado que estaba embarazada cuando me dijeron que no tenía pulso—le explica—Lo perdí en el mismo instante en el que empecé a quererle.

Barry la observa con tristeza, las lágrimas luchaban por salir de sus ojos, pues también era su hijo. Tessa no lo pudo evitar y camino hasta la cama para trepar en ella hasta tumbarse sobre él en busca de un lugar seguro. Barry la abrazo entre sus brazos y hundió su rostro en su pelo para poder impregnarse de su olor.

—Tengo miedo, Barry—admite elevando su rostro para mirarle a los ojos—Tengo miedo a que nos casemos y que en el futuro yo no esté preparada para tener hijos. Sé que tú los quieres, pero tras esto yo... no sé si puedo volver a pasar por ello.

—Hey—susurra agarrándola de las mejillas con delicadeza—Todo ira bien. Pero ni por un segundo dudes sobre la boda. Si, yo siempre quise tener hijos, quiero tenerlos, pero solo si es contigo. Y si tú no estás preparada, yo tampoco. Solo quiero que hables conmigo ¿vale? Yo no quise irme.

—Lo sé—asiente intentando reprimir las lágrimas que luchaban por salir de sus ojos—Lo sé. He estado enfadada, pero siempre lo he sabido. Sé que no querías irte.

—Ojalá hubiera estado aquí, tal vez las cosas habrían sido distintas.

—No, no hagas eso—le pide ella—No piense en el "y si...", yo lo hice durante meses y no vale la pena. Estás aquí ahora. Y te prometo que no te esconderé nada.

—Y yo te prometo que siempre te escuchare, siento no haberlo hecho antes—le responde él. Tessa sonríe levemente y une sus labios en un beso—