Luego de un año de la muerte de Maeve, Spencer conoce a alguien especial en la biblioteca, con ojos y palabras cautivadoras. La química surge de inmediato pero, ¿podrá el joven genio superar sus miedos y traumas del pasado para volver a enamorarse?
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¡Hola! Lamento haber tardado tanto en actualizar, en serio... He estado muy ocupada con la universidad y mi inspiración también ha estado algo vaga estos días... Pero estoy haciendo todo mi esfuerzo por actualizar lo antes posible.
Para todos los que estén siguiendo la historia, les agradezco un montón, y espero que en un futuro también se sumen más personas :3
Quería preguntarles, además, ¿qué les parece el largo de los capítulos? ¿Son demasiado cortos? ¿Demasiado largos? Pensé en quizá publicar capítulos un poco más cortos para poder actualizar más seguido, pero quería saber su opinión primero...
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- ¿Qué tiene de malo tu cabello? - Escuchó Reid a sus espaldas, y sintió como si su piel se erizara.
Se dio vuelta y se la encontró mirándolo curiosa, sin saber muy bien qué responder. ¿Ella había escuchado...?
- Eh, ¿desde hace cuánto tiempo estás ahí? - preguntó, escondiendo su nerviosismo.
- Desde que comenzaste a quejarte de tí mismo. No seas tan exagerado, Spence, tu cabello no está tan mal. - dijo estirando la mano y acariciando su cabellera, haciéndolo ruborizar, tanto por su contacto como por la cercana forma de llamarlo. - Y en cuanto a tu postura, no creo que sea para tanto. Además, a mí me sirve, eres demasiado alto. De hecho, agáchate un poco más. - Pidió mientras sacaba un tejido de su bolso. Spencer, por su parte, olvidando momentáneamente a todos sus compañeros, que los miraban curiosos, simplemente hizo caso a sus indicaciones, y pronto vio su cuello rodeado de una suave pero cálida lana de color morado.
- Annie, ¿qué es esto? - preguntó sin entender demasiado bien lo que estaba pasando.
- ¿Cómo que qué? Es una bufanda, tonto, tú mismo me dijiste que perdiste la tuya. Se acerca el invierno y te resfriarás si no te abrigas. Hmmm, pero creo que aún le falta un poco más de largo. ¿Ves? Te lo dije, demasiado alto. - comentó mientras medía lo que aún restaba por tejer. Spencer, incapaz de reprimir sus impulsos, respondió:
- En realidad, los resfriados son provocados por virus. El hecho de creer que los provoca el frío viene de la asociación con el aumento de casos durante los meses de invierno, dado que estadísticamente la gente se acumula más seguido en lugares cerrados donde hay menos ventilación y es más probable contraer una enfermedad. - dijo, a lo que Annie lo fulminó con una mirada que él comprendió rápidamente que quería decir "ya, pero usarás la bufanda de todas formas, ¿no?". Spencer tragó saliva ante su dulce, pero amenazadora, mirada, más divertido que asustado, y asintió sonriendo a la pregunta no formulada de la joven.
En ese momento, se escuchó un "awww" en la otra punta de la sala, y ambos tórtolos tuvieron que salir repentinamente de su burbuja y, al darse cuenta de que no estaban solos, la cara de Annie pasó por todos los colores del arcoíris.
