Parte 12

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En el apartamento, por su parte, Annie se debatía mentalmente sobre si había estado bien o no aceptar la propuesta de García. Al fin y al cabo, por muy bien que le hubiera caído, la había conocido la noche anterior. ¿Y ahora iban a pasar todo el día juntas? Ya, que había hecho eso con Spencer el primer día que lo conoció, pero era diferente. Muy diferente. 

Intentó disimular por unos momentos, poniendo algo de orden en la habitación. Cuando finalizó, levantó la mirada hacia la técnica informática, que seguía para en la puerta, y dijo:

- Eh... señorita García...

- ¿Señori...? Oh, no, cariño, ¡puedes llamarme Penélope! No te preocupes por formalidades, cualquier amiga de Spencer es amiga mía. - exclamó, poniendo un especial énfasis en la palabra "amiga", que su interlocutora no pudo dejar de notar, pero que decidió ignorar.

- Eh, de acuerdo, Penélope, ¿estás segura de que no te molestaré mientras trabajas? - insistió ella, esperanzada de que la aludida cambiara de opinión. 

- Por supuesto que no, Annie. Simplemente, deberías evitar mirar a la pantalla en algunos momentos, ya que a veces tengo que buscar algunas cosas un poco fuertes. Pero está bien, porque en realidad no estoy absolutamente todo el tiempo trabajando, solo cuando me piden buscar o confirmar cierta información. Tengo un cómodo sillón en el que te puedes sentar y hacer tus cosas tranquila. - respondió con tanta amabilidad que Annie se quedó sin ninguna excusa. - Dijiste que querías darte una ducha, ¿verdad? 

- Oh, cierto. - recordó ella. - Enseguida vengo, es solo para sacarme el olor a masa quemada. - dijo, y se metió rápidamente en el baño. 

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Ya habiendo llegado a las oficinas del FBI, por otro lado, Reid y Morgan se reunían con el resto del equipo, quienes no tardaron mucho en preguntar cómo se encontraba Annie. 

- Está bastante bien, vendrá con García en un rato. - comentó Morgan. 

- No está tan bien, creo que tiene la cabeza hecha un lío por lo de anoche. - agregó Spencer, contradiciéndolo, al recordar sus pensamientos de hacía unos minutos. 

- Pues yo la noté bastante tranquila, algo acalorada, eso sí. - comenzó a decir Morgan con malicia - aunque eso es más bien culpa tuya, ¿no? - terminó, sonriendo de lado, y provocando unos cuantos "Oh" de parte de sus compañeros, quienes habían comenzado a escuchar intrigados.

- ¿Qué? ¡No! Eso no... - dudo, el genio, cómo explicarse. - ¡Él está dando vueltas las cosas!

- Niños, niños, dejen de pelear. - Interrumpió Rossi, quien contenía la risa, para darle la palabra a Hotch, quien comenzó a explicar el caso, luego de aclararse la garganta.

— Dos víctimas masculinas fueron encontradas muertas en Utah, y aparte de su género, no parecen tener nada en común. — Comenzó a explicar el jefe de unidad.

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Por otro lado, en el apartamento, Annie había terminado de ducharse y se dirigió a la cocina para recoger el resto de las galletas que todavía podían estar comestibles y compartirlas con Penélope en la tarde.

— Lo siento, no son gran cosa, pero a lo mejor engañan al estómago... — comentó algo desilusionada de sus habilidades culinarias. La rubia, por su parte, sonrió amablemente y contestó:

— Oh, no te preocupes, seguramente no están tan mal. En todo caso, soy bastante buena cocinando, así que la próxima vez puedo ayudarte.

— ¿En serio? — levantó ella la vista, más animada.

Miedo (Spencer Reid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora