Ustedes esperen aquí. ― Ordenó Walker con determinación, dejando en claro que esa era una instrucción que no debía ser desafiada.
Los tres se quedaron en el apartamento, ansiosos por conocer los eventos que se desarrollarían afuera. Spencer sentía la impotencia crecer dentro de él. Como agente del FBI, estaba acostumbrado a participar activamente en investigaciones, pero en ese momento, la sensación de ser dejado de lado no hacía más que aumentar su frustración. Apretó los puños involuntariamente mientras la puerta se cerraba frente a ellos, una barrera que los separaba de la acción que se desarrollaba afuera.
El padre de Annie, con la mirada fija en la puerta cerrada, apenas podía contener su ansiedad. Cada minuto que pasaba se sentía como una eternidad. La tensión en el aire era palpable y el tiempo parecía estirarse hasta límites insospechados.
El tic-tac del reloj en la pared parecía una cuenta regresiva de una espera que se prolongaba indefinidamente. Un par de horas transcurrieron, pero para ellos, se sintieron como días. El silencio que reinaba en el apartamento era ensordecedor, interrumpido solo por el lejano sonido de las sirenas.
La puerta se abrió, y con ella, el suspenso que había llenado la habitación dio paso a una marea de emociones. Walker y su equipo entraron en la habitación en un silencio expectante, seguidos por la figura confundida de Annie. Sus ojos estaban llenos de lágrimas, una mezcla de alivio por haber sido encontrada y preocupación por lo que podría suceder a continuación. La expresión de Spencer y el padre de Annie se transformó en asombro al verla allí de pie.
Spencer sintió una mezcla de impulso y contención. La imagen de Annie generó un deseo de correr hacia ella, abrazarla y asegurarse de que estuviera a salvo. Pero la cautela lo frenó en seco. No sabía cómo reaccionaría ella después de todo lo que había pasado. Temía asustarla aún más. Se quedó inmóvil, congelado en medio de la habitación, preguntándose qué sería lo correcto.
En un instante de conexión pura y sin palabras, Annie cruzó la distancia entre ellos y se abrazó a Spencer con fuerza. La sensación de alivio se extendió por la habitación como un suspiro colectivo. Las lágrimas se deslizaban por sus mejillas, pero la sensación de seguridad que le proporcionaba el abrazo de Spencer le dio una calma momentánea en medio del caos.
El padre de Annie, al verla, sintió una mezcla de alivio y nerviosismo. Durante años, había llevado consigo el peso de no haber estado presente en la vida de su hija, y ahora, frente a ella, el encuentro era abrumador y lleno de complejidades. Intentó acercarse, pero la duda y el temor a su reacción lo hicieron retroceder.
Annie lo miró con una mezcla de sorpresa, confusión y una pizca de reconocimiento. Las miradas se entrecruzaron en un mar de emociones reprimidas. A pesar de su deseo de reconciliación, el dolor y la sensación de abandono todavía latían en lo más profundo de su ser.
La muchcacha suspiró y cerró los ojos. ¿Sería demasiado tarde para dejar de lado el resentimiento, o quizá demasiado pronto? Ese hombre la había hecho sufrir, la había hecho crecer creyendo que no era deseada, que no era más que el resultado de un juego que alguien había tenido con su madre. Sin embargo, la escena de ese supuesto padre suyo, a punto de quebrarse cada vez que la miraba removió algo en su interior. Algo que no era capaz de explicar. ¿Compasión? Consideró realizar un gesto de acercamiento, pero en ese momento, el agente Walker intervino.
―La traje para que se tranquilicen y que ella pudiera verlos, pero en realidad, debemos llevarla al hospital para que la revisen. Las otras chicas también estaban en la escuela abandonada y ya están de camino al hospital. Les aclararé la situación en el camino.
El tono firme y pragmático de Walker rompió la tensión en la habitación, recordándoles la urgencia y la necesidad de atención médica para Annie. La emoción y el alivio por el reencuentro se vieron momentáneamente eclipsados por la necesidad inmediata de cuidado y protección.
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Miedo (Spencer Reid)
FanficLuego de un año de la muerte de Maeve, Spencer conoce a alguien especial en la biblioteca, con ojos y palabras cautivadoras. La química surge de inmediato pero, ¿podrá el joven genio superar sus miedos y traumas del pasado para volver a enamorarse? ...