Parte 13

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Al llegar al hospital, Annie prácticamente voló hasta escritorio de la recepción para consultar el número de habitación de Spencer.

- El doctor Reid... - comentó la secretaria mientras buscaba en su computadora - Aquí está. Para darte el número de su habitación necesito preguntarte: ¿son parientes? ¿Eres su esposa, quizá? - requirió la mujer. La última pregunta provocó que el corazón de Annie, que parecía estar detenido desde que se había enterado de que Spencer había sido herido, volviera a latir, esta vez de nerviosismo. ¿Si esposa?

- No... Soy su... amiga. - se las arregló para contestar, muy a su pesar.

- En ese caso lo siento, pero no estoy autorizada para... - comenzó a decir, cuando García, que apenas había podido alcanzar a Annie cuando se bajó del taxi, interrumpió, mostrando su identificación del FBI

- El doctor Reid es agente federal, necesitamos verlo. Ella viene conmigo. - dijo, mostrando una firmeza que la chica no había visto antes. Al ver la placa, la expresión de la secretaria inmediatamente cambio a una de seriedad, y las guio sin protestar por los pasillos de la institución. Al llegar a una habitación común, el pecho de Annie se relajó un poco y comenzó a respirar más calmada. Al menos no está en terapia intensiva, bien, eso es bueno... Pensaba mientras giraba el picaporte, con algo de ansiedad resbalando en forma de sudor por sus manos, que se habían mantenido apretadas entre sí durante casi todo el trayecto.
Al abrir la puerta, entró rápidamente a la habitación y lo vio. Ahí estaba, en la cama. No lo pensó un segundo, no perdió ni un solo momento en corroborar si su herida era o no grave. De hecho, ningún pensamiento cruzó por su cabeza, ya que si mente se ocupó de mover automáticamente sus piernas y dirigirla directamente hacia él. Podría decir que corrió hasta dónde él se encontraba, pero lo cierto es que la habitación era demasiado pequeña como para siquiera tomar carrera, por lo que en cuestión de tres pasos, ya se encontraba medio agachada a su altura, al lado de la cama.
Se encontraba sin voz. ¿Dónde estaba la herida? No es que quisiera verla. No, no quería ver una sola herida en su cuerpo. No quería verlo lastimado, pero... ¿Por qué estaba en el hospital entonces?

- Annie, hola... - comenzó a decir él, pero se vio interrumpido inmediatamente.

- Spencer, yo... García recibió una llamada, y... Dios, pensé que te habían disparado, no te dispararon, ¿no? ¿Estás bien? Estás despierto, así que no puedes estar tan mal, pero... - dijo entre jadeos, apenas dándose cuenta de que había estado conteniendo la respiración desde que la secretaria había comenzado a guiarlos por el pasillo. Su garganta estaba completamente dura y apenas podía contener los sollozos. - Yo... Creí que llegaría y estarías medio muerto por una bala o algo así... - soltó ya sin poder evitar lanzarse sobre él y abrazarlo, mientras un par de lágrimas corrían por su rostro.

Durante un par de milisegundos, Spencer, enternecido y conmocionado, no supo bien qué hacer. Quería abrazarla, pero ¿estaba bien que se aprovechara de ese momento de debilidad? Bueno, ella lo había abrazado primero, ¿no?
Intentando evitar pensarlo demasiado, extendió sus brazos alrededor de su espalda y le dio suaves palmaditas para intentar tranquilizarla.

Luego de unos momentos, y ya más calmada, Annie se separó de él e instintivamente buscó su mano. Al sentir su tacto, el golpeteo que sentía en su pecho fue dejando de doler. Levantó la mirada y se encontró con los ojos de avellana de él, que la miraban con dulzura. 

- Lamento haberte preocupado, le dije a Morgan que les explicara por teléfono que no era grave... Estoy bien, tranquila, solo es una herida en el pie, no hacía falta que vinieras hasta aquí... - comenzó a explicar, el genio, deteniéndose al ver el cambio de expresión de la chica.

- ¡¿Que no era necesario?! ¡No digas tonterías! Claro que es necesario, ¿cómo se te ocurre? Por supuesto que vendré a verte si te lastimas - contestó, dejando ver su enojo, lo que dejó sin palabras a su interlocutor. Al notar que no había respuestas a sus palabras, Annie se dio cuenta de que quizá había sonado algo exagerado, por lo que decidió cambiar de tema. - Dijiste... ¿herida en el pie? ¿Cómo pasó eso?

Miedo (Spencer Reid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora