El viernes por la mañana, Spencer llegó temprano al bureau. Si bien había disfrutado mucho su semana con Annie, lo cierto era que ya estaba comenzando a extrañar su trabajo, que era una parte muy importante de su vida. Aun así, ¿no tiene nada de malo si conversamos por mensaje? ¿Verdad? Si de todas formas el resto aun no ha llegado. Pensaba Spencer mientras tomaba su celular y contestaba un mensaje.
Los minutos pasaron y la conversación se extendió desde un simple "¡Qué tengas un buen regreso al trabajo, sensei 😊" hasta un "Sí, yo también pienso que crear un lenguaje completamente funcional utilizando exclusivamente números y símbolos matemáticos debe ser posible🤔, alguien debería ponerse a eso, ¿no crees? 😏". Ante este último mensaje, él soltó una risita. O más bien, soltó otra risita, pues no había parado de hacerlo desde que la conversación había comenzado, hacía ya 25 minutos.Las únicas dos razones por las que se vio obligado a frenar su gesto de diversión fueron, de hecho, porque la mandíbula comenzaba a dolerle, por un lado, y porque sintió cinco miradas clavadas en él, por el otro. Levantó la vista y se encontró con todos sus amigos que lo observaban curiosos desde la puerta.
- ¿Cu-Cuánto tiempo han estado ahí? - casi gritó, tratando de no ruborizarse, al mismo tiempo que guardaba su celular, lo que no impidió una mirada burlona de Morgan y otra curiosa (bueno, chismosa) de García.
- El suficiente - Contestó simplemente Rossi, que comprendía completamente lo que estaba pasando. Haber estado casado tres veces tenía que servir para algo, ¿verdad?
A medida que todos entraron no paraban de mirarlo, pero se contuvieron de hacer más comentarios por el momento, ya que Hotch pidió directamente a García que explicara el caso en el que trabajarían.
Luego de leídos los expedientes, el equipo de la UAC salió una vez a tomar el jet privado que los llevaría esta vez a Colorado, dónde un avión se había estrellado y debían ayudar a determinar si, quizá, se trataba de algo más que terrorismo.
El caso se hizo largo, tanto como el anterior, pero al final lograron resolverlo, y regresaron a casa, luego de prometer reunirse en la mansión de Rossi por la noche para cenar.
Durante el vuelo de regreso, Spencer aprovechó para conversar nuevamente con Annie, avisarle que estaban volviendo, comentarle que había perdido su bufanda durante el caso, y preguntarle qué opinaba sobre el método socrático y el diálogo Cratilo, de Platón. Durante la charla, que duró casi todo el trayecto, apenas si soltó su celular para ir al baño, cosa que volvió a extrañar terriblemente a sus compañeros, pues esa actitud era completamente incompatible con un anti-tecnología como él.
Cuando llegaron, Reid hizo rápidamente su papeleo y se levantó para irse a casa, pero se encontró de lleno con todos sus compañeros que se lo impidieron.
- Muy bien, niño bonito, me parece que ya nos has tenido esperando suficiente, empieza a cantar, ¿cómo se llama? - dijo Derek con una mirada burlona.
- ¿Disculpa?
- Oh, vamos, no te hagas el tonto, hasta yo me doy cuenta de que algo pasa, ¡solo queremos saber quién te tiene así de embobado! ¡Y con un celular, encima! ¡Tú! ¿Cómo es ella? ¿De qué signo es? - comentó García casi con los ojos brillantes por la curiosidad.
- ¿De qué hablan? ¿Embobado? No he estado tanto tiempo con el celular. - Protestó él, ante lo que recibió miradas de "sí, claro" por parte de todo el mundo. Viendo que no podría escapar fácilmente del interrogatorio que le había caído encima, decidió intentar sacarle importancia - Oh vamos, solo es una amiga, nada más.
- ¿Y de que has estado hablando con esa "amiga", que te ha hecho reír como un crío de preparatoria durante todo el vuelo? - preguntó Kate, sin miedo de sumarse a las burlas, por lo que recibió una mirada aprobatoria de Morgan, mientras el resto simplemente reía.
- No veo porqué tenga que contestar pero, si tanto quieres saber, puedes mirar mi celular - dijo confiado mientras se lo entregaba desbloqueado, acción que sorprendió a todo el mundo, pero que sin embargo los reunió inmediatamente alrededor de Kate, para ver el contenido de los mensajes, que fueron incapaces de comprender una vez los tuvieron a la vista.
- ¿Qué se supone que es esto? - preguntaron todos con curiosidad.
- Es un idioma hecho a partir de símbolos matemáticos y números. Todavía falta definir algunos conceptos, pero es bastante completo. - Dijo orgulloso el nerd, y algo divertido por las caras de sus compañeros - En realidad, es bastante simple, por ejemplo, el 1 significa "hola" dado que es el primer número del conjunto de los naturales, y por eso tiene sentido iniciar la conversación con él, la fórmula para calcular probabilidad de un evento significa "tal vez" o "es posible" o "no creo" dependiendo de qué tan alta sea la probabilidad que se exprese, y así siguiendo. - Explicó emocionado, a lo que el resto del equipo se miró entre confundido y algo... ¿preocupado?
- Hijo, no es que quiera meterme, pero no sé si esa es la mejor forma de conquistar una chica... ¿Por qué no pruebas con algo más... tradicional? Cómo invitarla a cenar o algo así... Creeme, tengo experiencia - sugirió Rossi.
- ¡Qué no estamos saliendo! - protestó
- Y veo porqué no... - comentó Morgan riendo, cosa que molestó a Reid.
- Para su información, la que propuso crear ese idioma ficticio fue ella, y también lo de la fórmula de probabilidad - Afirmó, defendiéndose. Ante esta respuesta, Kate canturreó:
- Dos nerds sentados en un árbol... - provocando que Reid suspire de cansancio.
- No les prestes atención... Sabés que solo quieren bromear, y están felices por tí. - Dijo JJ comprensiva, como siempre. - Además si queremos saber es porque simplemente nos preocupamos por tí, somos tus amigos... No tienes porque contarnos detalles pero... ¿dónde conociste a esta chica?
- Bueno, yo sí quiero detalles - susurró Penélope emocionada.
Spencer volvió a suspirar, sabiendo que no podría escapar de sus preguntas y que sería mejor decirles algo antes de que García terminara hackeando su celular para averiguar el número de Annie y, por consiguiente, todos los datos de su vida.
Comenzó contándoles cómo se conocieron en la biblioteca, que eran vecinos y cómo esa semana la pasaron casi toda juntos, alegando nuevamente al final un "pero, en serio, solo somos amigos".
- Ya, pero muchas relaciones comienzan con una bonita amistad - comentó Penélope con los ojos brillantes, armándose toda una historia de fantasía en su cabeza.
- Quizá, pero no en este caso... En serio... Es demasiado complicado... - murmuró él y, bajando la mirada, continuó explicando - Es bastante más joven que yo... le llevo unos diez años*, además no es de aquí, así que seguramente terminará de estudiar y se irá... además... soy su profesor, simplemente no es ético... - dijo en voz baja, esperando que los demás no oyeran esto último, pero lo hicieron.El resto se miró por unos segundos entre sí hasta que JJ rompió el silencio nuevamente:
- Ciertamente... es complicado, Spence. Pero no significa que sea imposible. Y sabes que no será tu alumna por siempre, solo los meses que dure este seminario. En todo caso, si realmente ambos lo quieren, pueden estar juntos, así que no te desanimes así.
Aunque escuchó las palabras de su amiga, una especie de barrera en su mente impidió que las tomara realmente en cuenta, por lo que simplemente buscó una nueva excusa y respondió:
- Pero no sé si realmente quiero tener una nueva relación, - objetó, sin poder evitar continuar - Es solo que... - hizo silencio.
- ¿Es solo que...? - le incitó a continuar Morgan.
- Es solo que... Ella es tan inteligente... y linda... y graciosa... Entiende mis bromas y siento que realmente puedo ser yo mismo cuando estoy con ella. Siento que podemos hablar de todo, que nunca me canso de escucharla y... ella no se cansa de escucharme a mí, lo que es todavía más impresionante. - Levantó la vista, algo avergonzado - Y en solo unos días de conocerla, he hecho cosas que jamás pensé que haría, todo porque estaba con ella.
- ¿Cosas como qué? - Preguntó Rossi, con una ceja levantada debido a este último comentario.
- Ah, bueno, no sé cómo pasó, pero resulta que voy por la segunda temporada de una serie japonesa llamada Shingeki no Kyojin, y ya soy nivel 20 en un juego llamado Genshin Impact. - respondió, a lo que todos se quedaron impactados. ¿Reid jugando un videojuego? La primera en contestar a esto fue, indudablemente, García.
- ¡¿Dices que le gustan los videojuegos?! - exclamó eufórica - Reid, en serio, esa chica vale oro. Cásate con ella ya mismo. - dijo frenéticamente, a lo que todos rieron. Todos menos el aludido, que volvió a reprochar, algo ruborizado:
- ¡Ya dije que solo somos amigos! Además, no hay ninguna garantía de que le guste...
Antes de que nadie pudiera contestarle, un agente de otra unidad entró por la puerta y anunció:
- Doctor Reid, una chica lo busca abajo. Dice que se llama Anabela López.
Dada la cara de sorpresa de Spence, todos notaron inmediatamente que ese era el nombre de la muchacha que tenía al niño genio de la UAC a sus pies. Por ese motivo, y previniéndose de que Reid pudiera contestar a tiempo, Rossi intervino:
- Hágala pasar. - dijo rápidamente, a lo que el agente se retiró.
- ¿Qué? ¡Rossi! - Protestó Reid.
- ¿Qué tiene de malo que la conozcamos? Si de todas formas es solo una amiga... - Se defendió con ironía, a lo que Spencer bufó -
- Aun así, no entiendo por qué te esfuerzas tanto en decir que no le gustas... Quiero decir, mira que encontrar a alguien que esté dispuesta a hablar contigo en... matemático. - añadio Kate, volviendo al tema anterior.
- ¡Hay muchas razones! Para empezar, soy diez años mayor que ella. A sus ojos debo ser un anciano. Por otro lado, ¡mi corbata siempre está desalineada, no me sé vestir bien y mi cabello parece un nido de pájaros! - Se quejó Spencer, sordo a los pasos que sonaron a su espalda.
- ¿Qué tiene de malo tu cabello? - Se escuchó hablar a una voz femenina detrás del genio, que no pertenecía a ninguna de las integrantes del equipo.
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*Solo para aclarar, en este fanfic, dado que está ubicado en inicios de la temporada 10, Spencer tiene 33 años, y Annie 23, a punto de cumplir 24.
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Miedo (Spencer Reid)
FanfictionLuego de un año de la muerte de Maeve, Spencer conoce a alguien especial en la biblioteca, con ojos y palabras cautivadoras. La química surge de inmediato pero, ¿podrá el joven genio superar sus miedos y traumas del pasado para volver a enamorarse? ...