Parte 1: 365 días

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Aclaraciones:
- No poseo los derechos de autor sobre ninguno de los personajes de la UAC. Esta historia fue creada con meros fines de entretenimiento y sin intenciones de lucrar con ella. Sí poseo, sin embargo, derechos sobre el personaje de Annie López.

Disfruten :*

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Ya pasaron 365 días, 16 horas, 23 minutos, 12 segundos, 13, 14, 15...

- Reid - dijo Morgan suavemente empujando un poco su hombro.

16, 17, 18...

- Spence, ¿estás bien? - le habló JJ, sin conseguir respuesta.

19, 20, 21...

- ¡Reid! - terminó por decir Hotch en un tono elevado, con el fin de llamar la atención, cosa que por fin consiguió, provocándole un sobresalto al genio de la UAC.

- ¿Qué? Ah, lo siento, me distraje un segundo, ¿qué ocurre?

- Eso es lo que deberíamos preguntarte a tí hijo, has estado ausente desde ayer. ¿Estás bien? - Inquirió Morgan preocupado.

- Claro, sí, ¿por qué no lo estaría? Lo siento solo me distraje. García, ¿podrías volver a explicar esa última parte del modus operandi del ignoto? Me perdí allí y no recuerdo que dijiste después... - respondió él rápidamente, tratando de desviar el tema de la conversación.

- ¿Te perdiste? ¿NO RECUERDAS? ¿TÚ? Ahora sí que me estoy asustando chicos, quizá está enfermo, llevémoslo al hospital - respondió Penélope genuinamente preocupada.

- Agh, vamos, incluso a mí puede pasarme de vez en cuando, simplemente estaba pensando en algo, pero no es importante, en serio... - 39, 40, 41, 42...

- Oigan yo seré la nueva aquí, pero intentar mentir de forma tan obvia en una habitación llena de perfiladores, ¿no es algo descarado? - Preguntó Kate en broma, tratando de alivianar el ambiente.

- Spence, si no quieres hablar de ello está bien... Pero no tienes por qué mentirnos, ¿sabes que puedes confiar en nosotros, verdad? - Habló JJ, tomando la mano de su amigo.

Spencer giró la cabeza y vio a todos sus amigos observándolo, sumamente preocupados por él. Se sintió mal por intentar mentirles, pero es que simplemente no quería molestarlos con el tema, ya había pasado demasiado tiempo como para seguir triste por ello, 365 días, 16 horas, 23 minutos y 54 segundos para ser exactos. Bajó la cabeza avergonzado. A pesar de todo, no podía sacársela de la cabeza, no podía dejar de pensar en su cuerpo tirado en el suelo, su rostro manchado de sangre. No podía dejar de pensar en que la primera vez que la vio fue el mismo día en que ella murió. ¿Se podía considerar que hubieran sido una pareja, siquiera? Una lágrima se derramó por su mejilla sin que se diera cuenta, y ya no lo soportó más.

- Ayer se hizo un año - dijo en voz muy baja, casi imperceptible.

- ¿Un año? - Preguntó Rossi. - ¿Un año de qué?

Vaya, ellos ya se habían olvidado. Pero no él, él no podía olvidarlo. Comenzaba a despreciar su privilegiada memoria.

- Desde que ella murió... - Aclaró.

La realidad como un frío balde de agua cayó sobre todo el resto del equipo en ese momento, ¿cómo podían haber olvidado eso? Era obvio que esa era la razón por la que su amigo estaba tan triste, y ellos ni siquiera lo habían notado, pues el año había pasado demasiado rápido, entre tantos casos de asesinatos.

Miedo (Spencer Reid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora