Holaa, perdon por estar desaparecida no saben lo que me costó escribir pero ya volví y encima a la noche subo otro más y segurísimo también mañana. No saben lo que sufrí el bloqueo pero ya se esta pasando, no me gusta dejarlas colgadas.
bueno las dejo que lean en paz las amo❤️
juli.
Ya habían pasado unos 40 minutos en los cuáles se habían resumido en Nick presentándome otros empresarios o colegas y aunque yo aportaba en lo que podía en las conversaciones, mi mente seguía desconcertada en la misma pregunta ¿Por qué se había puesto pálido ante la presencia de ella? y mas importante ¿quién es ella? Podría preguntarle pero claramente era un tema personal y no muy de mi incumbencia a decir verdad.
Tuve que recordarme a que vine, y cuál era mi objetivo principal: Gianna Santoro.Aunque a decir verdad aún no la habíamos visto, o más bien, Nicholas no lo había hecho, ya que yo no tenía ni la menor idea de como lucía ella.
—Sabes—dije una vez que Nicholas terminó de hablar con un hombre mayor llamado Clearance —¿Cómo se supone que pueda ayudarte a identificarla si ni siquiera se como es que se ve?—me giré hacia el haciendo una mueca.
Vi como bajaba la vista divertido. Aparentemente el efecto que le había generado saber que ella-la mujer misteriosa- estaba aquí, ya se le había pasado.
—Pues no va a hacer falta porque esta justo frente a nosotros—respondió haciendo un gesto con la cabeza hacía un punto detras de mi cabeza.
Me di vuelta abruptamente y vi a la mujer que me estaba señalando. Tenía al rededor de unos 50 años, un pelo rubio larguisimo atado en una tensa cola de caballo, y muchisimo maquillaje que le cubría el rostro. Tambien tenía puesto un largo vestido de un color verde primaveral muy bonito que le cubria todo el torso, brazos y piernas.
Vi de reojo como Nicholas ponía los ojos en blanco antes de hablar.
—¿Planeas hacer un contrato profesional con ella o asustarla?—me preguntó.
No pude evitar fruncir el ceño mirandolo confundida.
—¿A que te refieres?
—Me refiero a que te diste vuelta como si tuvieras la cabeza del exorcista, amore mio—su tono de voz irónico— Y no creo que esa sea la mejor forma de empezar, queremos atraerla, no espantarla.
—No me digas amore mio—imité su extraño acento y le dí un codazo en las costillas o eso intenté porque la diferecia de alturas no me permitía demasiada igualdad física la verdad.
Arqueó una ceja.
—¿Te importa más el cómo te llamo que asustarla?—una sonrisa malvada hacía aparición—Vaya, me había olvidado ya lo excelente profesional que eras.
—Oh cállate—volví a mirarlo mal— ¿Podemos concentrarnos en lo importante? Necesitamos averiguar cómo acercarnos a ella de forma que no parezcamos como dos pirañas.
—Maia, trabajamos para una empresa billonaria, si que somos pirañas—se arremangó las mangas de su camisa—Justo ahora mismo está hablando con Tobey, un amigo de mi padre así que podemos aprovechar la ocasión para "saludarlo" y hablar con ella.
—Bien—exhalé despacio abriendo y cerrando mis puños para tratar de descargar el manojo de nervios que de pronto me había vuelto— ¿Vamos?
Asintió y cuando quise dar mi primer paso sentí su mano rodear mi antebrazo y me di vuelta para encontrarme con unos ojos de esos colores miel-verdoso tan bonitos, una media sonrisa decorando su rostro.
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Ambición
RomanceMaia siempre había sido una chica muy ambiciosa, siempre fue criada para hacer lo que le gustara, pero también para hacer todo lo posible para tener un futuro exitoso, por eso mismo decidió irse a sus 26 años a vivir a Manhattan por un importante pu...