Marshall

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Holaa, no lo corregí así que avísenme si hay algún error. Por 3 días estoy un poco libre de mis exámenes pero la tortita continúa😭.
Espero lo disfruten.
Nos vemos bbs.
Juli.

Mi pecho tamborileaba como si tuviera una batería en mi interior ¿batería? No. Mejor dicho una orquesta.

Miré el mensaje una vez más.

Nick: estoy abajo ¿vienes a abrirme?

Ay. Dios. Santo.
Revoleé el celular y lo único que hice fue desear que ese ruido de golpee seco haya sido otra cosa que tire a mi paso, y no mi móvil.
Sin ni siquiera tomarme la molestia de calzarme, e intentando no atropellar al pobre chester a mi paso, me dirigí embalada hacia la puerta de mi apartamento y directamente al ascensor.

¿En serio había venido? ¿Sin protesta alguna salió de su casa y vino hasta aquí? Es decir...no sabía donde vivía pero, no había tardado nada. Me miré en el espejo lamentando un poco las pintas que tenía.
Una remera de unos cinco talles más grande que el mío y con la cara de Neville de Harry Potter era lo que conformaba mi pijama de hoy. Mi pelo estaba tremendamente despeinado y traté de acomodar un poco las ondas alborotadas de mi cabello con las manos. Miré mis piernas y pies descalzos justo cuando se abrían las puertas del ascensor.
Nicholas estaba parado en la puerta, aún tenía la camisa del trabajo aunque estaba bastante arrugada y con los primeros tres botones desabrochados. Unos pantalones color azul oscuro y unos zapatos.
Tenía el cabello un poco despeinado pero se veía increíble. ¿Habrá estado trabajando todavía? Es decir, eran las 10 de la noche pero, el solía hacer eso.

Salí del interior del ascensor y me quedé estática por un momento. Nuestras miradas se conectaron. Sus ojos parecían un poco cansados pero brillaban igual. Pude ver como una de las comisuras de sus labios se elevó, marcando un hoyuelo del lado izquierdo.
Madre de Dios.
Llévame ahora.
No soy digna de ver semejante belleza.

Bueno, mis pensamientos no coordinaban con mi cuerpo porque ahora mismo me encontraba corriendo en el pasillo. Los metros que había desde el ascensor hasta por fin llegar a la puerta.
Abrí con una mano temblorosa y torpe, de pronto sintiendo el aire fresco de la noche y una mezcla de perfume de Nick.

—Viniste—dije por lo bajo, aún sin poder creer que estuviera aquí.

Dio un paso hacia mi, elevando la otra comisura de su boca y alzando ese hermoso lunar de su mejilla. Sus ojos que eran un color verde mezclado con un color miel brillaron aún más con la luz del edificio.

—¿En serio por algún momento creíste, que iba a ignorarte si me pedías que viniera a verte?—preguntó como si fuera lo más obvio del mundo. Hasta casi sentí ganas de disculparme por haber sentido eso.
Colocó una mano en mi mejilla y me acarició hasta llegar a mi mandíbula. Su pulgar rozó mi
labio inferior.

—¿No...?—mentí o más bien pareció que pregunté. Mi voz era un hilo.

Negó con un chasquido con la lengua.

—Muy mal, Maia—dijo con una voz rasposa.

—Cállate y ven—cerré la puerta detrás de él y di un pequeño salto para envolver mis brazos al rededor de su cuello y besarlo.
Nick soltó una risa en mi boca y no pude contenerme de sonreír yo también. Rodeando con un brazo mi cintura y con la otra levantando una de mis piernas para que la envuelva a su al rededor, se dirigió al ascensor.
Agradecí que nadie se cruzara con nosotros durante el trayecto porque seguramente sería bastante incómodo.
Nick tocó el botón de mi piso y las puertas se cerraron.

—Lo siento, siento haberme comportado como una idiota—lloriqueé en la pausa que habían entre nuestros.

—No te disculpes Maia por dios—me plantó un beso y acarició mi cuello con su pulgar—Lamento haberte llamado la atención en la oficina, no quería hacerlo pero..—se explicó.

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